Las negociaciones para conseguir un Gobierno estable en España suenan a historia repetida. El constante tira y afloja de los partidos políticos ya tiene activado el reloj que cuenta los días que restan hasta la fecha límite para alcanzar un acuerdo. «Estamos cerca de una investidura. No creo que se pudiera actuar con esa irresponsabilidad», aseveró ayer el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, en Madrid sobre el debate marcado ya para los días 22 y 23 de julio en el que Pedro Sánchez necesitaría mayoría absoluta, y en segunda votación el 25, cuando le bastaría mayoría simple. La inestabilidad política de España llevó ayer al Consell a dar un paso al frente y exigir un acuerdo que evite que se pueda dilatar la resolución de cuestiones prioritarias para la Comunidad como la mejora de la financiación autonómica, asunto clave para la agenda del Consell.
Ante este clima de densa incertidumbre y con la mirada puesta en impulsar una mejor posición política autonómica, y también de la provincia de Alicante, Ximo Puig y Mónica Oltra urgieron a las fuerzas políticas a negociar para acabar con la invisibilidad y la marginación sistemática que ha sufrido este territorio por parte del Gobierno del Estado en los presupuestos generales. Para los alicantinos, la expresión más negativa de este maltrato fueron las cuentas del año 2018, que dejaron a la provincia con la inversión más baja de su historia. Ayer, el presidente manifestó su confianza en que el nuevo Gobierno sea «sensible y cómplice» a los intereses y reivindicaciones de los valencianos, con el objetivo de recuperar «visibilidad» en una política de «cooperación y respeto a la España autonómica».
Ximo Puig aseguró que él no tendría ningún problema en que Pablo Iglesias estuviera en el Consejo de Ministros si eso lo deciden los ciudadanos, pero precisó que «estos no lo han decidido». Durante su discurso en el desayuno informativo en Madrid, Puig apostó por lograr una investidura cuanto antes, dejando claro que «acordar no es mostrar debilidad» en referencia a la posición que están manteniendo PP y Ciudadanos. En este sentido, el jefe del Consell recalcó que le gustaría que se trasladara al Gobierno de la nación «el aroma» de su modelo del Botànic, pero insistió en que la «concreción» del mismo no puede ser la misma. «La aritmética es la aritmética», recalcó, recordando que «aquí» un gobierno de los socialistas con Podemos «no tiene mayoría absoluta, es pura aritmética, hay que buscar algo diferente».
También la vicepresidenta de la Generalitat Valenciana y líder de Compromís, Mónica Oltra, se manifestó ayer en términos similares confiando en que el 22 de julio haya un acuerdo que permita la investidura de Pedro Sánchez como presidente del Gobierno. «Y para eso quedan todavía veinte días, para hablar, sentarse, dialogar y escuchar y que la investidura salga a la primera». Oltra subrayó que es necesario que se conforme el Ejecutivo central porque «tenemos mucho que hacer». «Desde luego nosotros tenemos muchos proyectos; hace falta un presupuesto, porque se está gobernando todavía con el del PP, y hay que tener unos Presupuestos Generales del Estado que pongan en el centro a las personas, que sean sociales, medioambientales y con acciones para la lucha contra la emergencia climática», enumeró. Por último, la vicepresidenta dijo que España necesita políticas que respondan a lo que las personas votaron en las urnas el pasado 28 de abril. Compromís votará a Pedro Sánchez solo si garantiza un respaldo claro a la reforma de la financiación.
