El presidente de la Generalitat, Ximo Puig, ha aprovechado su presencia en Madrid para trazar la receta con la que pretende afrontar su segundo mandato autonómico que debe culminar, exigió, con una mejora de la financiación autonómica que sitúe a la Comunidad en la media de España, lo que supondría un incremento de más de 1.300 millones anuales. Esa hoja de ruta para este mandato estará marcada por el impulso de las políticas sociales, la vertebración territorial desde la diversidad de la Comunidad Valenciana y la cohesión generacional tanto en la atención a los mayores como en la prioridad de las políticas ambientales para combatir el cambio climático. "¿Cómo no vamos a trabajar por el planeta para nuestros hijos?", se preguntó durante el desayuno informativo de Europa Press en el que reclamó, además, que se desbloquee la investidura de Pedro Sánchez "cuanto antes" aunque reconoció que en Madrid no se puede trasladar el acuerdo del Botànic al no existir una mayoría progresista clara. "Estamos cerca de una investidura. No creo que se pudiera actuar con esa irresponsabilidad", aseveró sobre la investidura marcada ya para el 22 de julio.

Durante su intervención, el jefe del Consell reivindicó la "estabilidad, honradez y diálogo" que ha aportado el Pacte del Botànic de la izquierda valenciana, validado en las urnas durante los comicios del pasado 28 de abril. "Las urnas nos lanzaron dos mensajes electorales y un cambio de paradigma. Primero. Hemos pasado de la corrupción y la opacidad a la honradez y la transparencia. De la especulación a la innovación. Y de la confrontación al diálogo. Segundo mensaje. Hay una mayoría consistente y de progreso como expresión de la plutalidad política pero como un único gobierno", expresó Ximo Puig poniendo en valor la capacidad de acuerdo del Botànic a pesar de las dificultades que se han evidenciado en la negociación.

Como receta de ese gobierno autonómico que todavía está arrancando para esta segunda legislatura, Puig desgranó una "vía valenciana" que deberá estar marcada por la cohesión social, territorial e intergeneracional. "Tiene que haber crecimiento económico y justicia social con una tasa de paro en 2023 por debajo del 10% y una convergencia en la media de la renta per cápita. Un crecimiento económico para todas las personas y todo el territorio como recoge el Acuerdo de Alicante", dijo. Uno de los puntos de esa vertebración territorial, como reclamó durante el turno de preguntas, fue el proyecto del AVE entre Alicante y Barcelona además del Corredor Mediterráneo.

"Tiene que haber -insistió- cuidado de las personas. Cohesión territorial dentro de la propia Comunidad. Y un crecimiento sostenible con diversidad territorial para combatir la despoblación en el mundo rural", apuntó antes de poner en valor la "suma de identidades" de la Comunidad que es "de Miguel Hernández y de Vicent Andrés Estellés", citando a los dos grandes poetas, uno en castellano y otro en valenciano "En eso radica la enorme potencia de nuestra tierra. Nos queremos así como somos. Así de complicados", zanjó antes en entrar en el tercer eje. Combatir la quiebra generacional con la conciliación familiar y sostenibilidad ambiental, un punto en el que citó al vicepresidente Rubén Martínez Dalmau, presente el acto en lo que pareció un guiño de Puig al líder autonómico de Podemos.

Pero para poder desarrollar esa hoja de ruta del Botànic II, Puig marcó dos requisitos. Uno que consideró previo e ineludible cuando en esta legislatura se van a cumplir los cuarenta años del Estatuto de Autonomía que situó a la Comunidad como una "nacionalidad histórica". Ese requisito "previo e ineludible" es una reforma de la financiación autonómica. "Queremos ser españoles iguales que el resto con el mismo dinero que la media", dijo Puig ante la ministra María Jesús Montero que estaba presente en el acto junto a otras dos componentes del gobierno: Magdalena Valerio y Dolores Delgado. Pero para eso será necesario formar un ejecutivo en Madrid. "Tengo la esperanza de que esta investidura salga adelante. Tengo la confianza de que se solucione", apuntó el presidente de la Generalitat en una intervención en la que hizo una defensa del modelo federal y del modelo de descentralización frente a un "maltrato financiero" a las autonomías durante la gestión del PP en la Moncloa que tenía como objetivo, dijo, "minar el Estado del Bienestar".

El segundo requisito tiene que ver con la cuestión territorial que, recalcó, no es Cataluña pero admitió que sí tiene que ver con buscar una salida a la crisis política de un territorio al que, recordó, es el que tiene una mayor relación comercial con la Comunidad Valenciana. "Claro que nos preocupa lo que pase allí", aseveró. Puig abogó por la línea del diálogo en Cataluña dentro del Estado de Derecho aunque admitió que, en estos momentos, la relación con el gobierno catalán de Quim Torra es inexistente por la propia actitud del ejecutivo independentista. Otra cuestión que tocó en clave territorial fue la referencia, como ya ha ocurrido en otras ocasiones, al "dumping" fiscal" de territorios como Madrid. Como ya ha hecho en otras ocasiones en visitas a la capital de España, Puig se quejó de que tomen medidas para rebajar impuestos que enfrentan a las comunidades.

El presidente de la Generalitat dejó abierta su continuidad como líder de los socialistas valencianos -"tomaré la decisión cuando llegue el momento", dijo- y defendió, citando a Joan Fuster, la necesidad de acuerdos para dignificar la acción política frente, dijo, a los que afrontan elecciones desde la "mercadotecnia y la manipulación comunicativa". "Pactar no es traicionar y que acordar no es mostrar debilidad. Lo peor es la intolerancia y el sectarismo. Los acuerdos son necesarios para llegar a las soluciones", aseveró Puig que se mostró preocupado por la irrupción de la ultraderecha como germen de la quiebra social. En este sentido, el presidente de la Generalitat adelantó que intentarán evitar entregar al grupo de Vox en las Cortes Valencianas los datos en los que atacan a los colectivos LGTBI y que cuestionan los casos de violencia machista.

Ejerció como introductora de Puig la presidenta del Congreso, Meritxell Batet. A la conferencia asistió el expresidente Rodríguez Zapatero, con el que el jefe del Consell cenó el lunes; además de seis miembros del Consell con el vicepresidente Dalmau a la cabeza además de los alicantinos Rafa Climent y Ana Barceló junto a Vicent Soler, Gabriela Bravo y Arcadi España. Llamó la atención la ausencia, entre los ministros, de José Luis Ábalos y, sobre todo, de la vicepresidenta primera de la Generalitat y líder de Compromis, Mónica Oltra. También estuvieron en la cita los senadores José Asensi y Josefina Bueno junto a los diputados Alejandro Soler y Yolanda Seva además del secretario del Ministerio de Infraestructuras, el alicantino Julián López Milla. De entre los empresarios, el presidente de la CEV, Salvador Navarro, y el responsable de la patronal hotelera de Benidorm, Toni Mayor.