Hace tiempo que los partidos políticos dejaron de organizar esos actos multitudinarios en los que entregaban carnets a los nuevos afiliados para animar a la tropa y, al tiempo, evidenciar que el músculo organizativo crecía. A pesar de que, de momento, no lo ha conseguido, el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, ha intentado darle la vuelta a la convulsa agrupación socialista de Alicante, la única gran ciudad de la Comunidad Valenciana que permanecerá en manos de la derecha para el mandato que ahora arranca. Parte de su estrategia ha pasado por intentar atraer a independientes que pudieran darle un aire nuevo a una organización alicantina sumida en una eterna convulsión y controlada «manu millitari» por el exsenador Ángel Franco, el hombre que sigue moviendo los hilos del alto mando socialista en la capital.
Siempre que ha podido, el jefe del Consell ha intentado sumar a independientes de prestigio que demostraran, en cierta medida, la apertura de la organización a personas de corte progresista pero que, hasta ese momento, no habían encajado por diversos motivos dentro de la estructura socialista. Hace cuatro años, sin ir más lejos, el presidente de la Generalitat fichó a la profesora alicantina Josefina Bueno para la dirección general de Universidades en la conselleria de Educación. Y hace solo unos meses, después de una intensa búsqueda en la que descartó varios perfiles, el presidente de la Generalitat confió la candidatura socialista a la Alcaldía de Alicante, con un resultado moderado en relación al avance que registró la marca en casi toda la Comunidad, a Francesc Sanguino, hasta ese momento director del Teatro Principal de Alicante y conocido por su cercanía con Podemos o EU. Era miembro del Consell Valencià de Cultura a propuesta de los morados y protagonizó anuncios de la coalición de izquierdas para las elecciones autonómicas y municipales de 2015.
Ambos llegaron como independientes a la órbita socialista pero ahora se acabarán afiliando como un ejemplo de la estrategia de Puig de ampliar el espacio del PSPV. Tanto Francesc Sanguino como Josefina Bueno ya han dado el paso y esa decisión se visualizará el próximo miércoles en una convocatoria de la agrupación socialista de Alicante en la que el presidente de la Generalitat les entregará a ambos el carnet con las siglas del puño y la rosa. Como en los viejos tiempos. Será en una convocatoria previa a otro acto simbólico como el desembarco de la multinacional Accenture en el Distrito Digital de Alicante, emblema de la administración autonómica en la provincia y que ahora, si cabe, adquirirá más importancia con la conselleria de Innovación.
El viaje de Josefina Bueno hacia las filas socialistas, en su momento también una opción para la Alcaldía de Alicante, se completará una semana después de que las Cortes Valencianas la eligieran para que ocupe un escaño como senadora territorial después de dejar sus tareas en Universidades. Francesc Sanguino, por su parte, anunció en su momento su voluntad de afiliarse a la formación y hace sólo unos días, durante una ejecutiva local, le urgieron a firmar la ficha. Ambos ya tendrán carnet a partir del próximo miércoles.
