La caja de los truenos de la tasa turística volvió a abrirse ayer con inusitada intensidad. Estalló después de que en una entrevista concedida a este periódico, el vicepresidente segundo del Consell y pilar de Podemos en la segunda reedición del Botànic, Rubén Martínez Dalmau, abogara por implantar la tasa en la Comunidad como un «elemento de justicia social ante la presión turística». No es una novedad que Podemos apueste por esta medida. Pero la formación morada vuelve a apoyarla en el arranque de una nueva legislatura y justo cuando acaba de integrarse en el Consell.

Y eso se notó: las palabras de Dalmau provocaron una impresionante reacción en cadena del PP de Alicante, algunos de cuyos miembros más destacados atacaron con saña al vicepresidente y se manifestaron en contra de cualquier carga económica al turismo. Fue el caso del alcalde de Benidorm, Toni Pérez, quien manifestó su «rechazo frontal a la implantación de la tasa porque con ese gravamen no se compite más, sino peor».

«Con su entrada en el Consell, Unidas Podemos sólo busca generar nuevos problemas en lugar de resolver aquellos que acucian al sector turístico», añadió Pérez, quien considera que la Generalitat debe dedicarse a otras cosas: «La voz y los esfuerzos de Ximo Puig y sus socios deben centrarse en incrementar las inversiones en las infraestructuras y en los destinos turísticos, y en exigir al Gobierno de España que mejore las condiciones para atender con garantías programas como el Imserso, en lugar de instaurar fórmulas que penalicen a un sector clave de la economía valenciana como es el turismo, asfixiando su competitividad». «Empecinarse en desoír al sector y a los destinos y marcas para subir impuestos e implantar nuevas tasas sólo evidencia su incapacidad para gestionar los recursos de todos los valencianos» agregó el munícipe de Benidorm para concluir advirtiéndole a Dalmau de que «la justicia social de la que habla debe empezar por invertir en la sanidad y educación públicas que como valencianos nos merecemos en Benidorm y la Marina Baixa».

Hubo más reacciones en cadena de la cúpula del PP: tanto la diputada y número dos de los populares valencianos, Eva Ortiz, como el presidente provincial de los populares alicantinos, Eduardo Dolón, exigieron al jefe del Consell, Ximo Puig, que «desautorice a Dalmau». Ortiz acusó a Puig de «ser el responsable de que uno de los motores económicos de la Comunidad se eche a temblar después de haberle permitido a la extrema izquierda tantas concesiones»; y reclamó la «comparecencia urgente» en las Cortes Valencianas de propio Dalmau «para que explique porqué quiere lastrar al sector turístico».

Tanto ruido hubo que la consellera de Participación, Rosa Pérez, de Unidas Podemos y a la vez la cuota de Esquerra Unida en el Consell, tuvo que salir al paso: aprovechando su visita a la mascletà de Alicante, aseveró que «al PP le falta comprensión lectora porque lo que dice Dalmau es que él está a favor de la tasa turística, pero eso de ninguna manera quiere decir que ese tema sea una línea roja, ni tampoco es una medida que ahora mismo se haya planteado».