Uno de los responsables de la ONG Ceiba nacida para promover actuaciones de cooperación al desarrollo en Guinea Ecuatorial ratific confirmó ayer el control absoluto que los hermanos Tauroni tenían sobre la entidad. «Hacíamos lo que decía que hiciéramos» aseguró A. M. O. M. durante el interrogatorio que se prolongó durante casi toda la mañana en la décimo tercera sesión del juicio por el desvío de las ayudas a la cooperación en la sección quinta de la Audiencia de València.

Ceiba es una pequeña ONG que también fue beneficiada con una lluvia de subvenciones durante la etapa de Rafael Blasco al frente de Solidaridad. El testigo admitió que no superaban la veintena de socios, aunque gracias a la participación de la Fundación Hemisferio (creada y dirigida por los hermanos Tauroni) lograron que les adjudicaran tres subvenciones por casi un millón de euros para realizar proyectos de cooperación en Guinea y Paraguay.

«No desconfiábamos de él»

«En ningún momento desconfiábamos de él. Siempre nos decía cosas lógicas, nosotros no entendíamos de proyectos y él nos lo explicaba», detalló este cooperante, quien también admitió que obedeció las órdenes del empresario también a la hora de transferir los fondos que recibía de la Conselleria de Cooperación «sin verificar ni comprobar nada». El testigo, que llegó a estar investigado en la causa, no supo aclarar por qué la práctica totalidad de los 300.000 euros que recibió Ceiba para un proyecto contra la violencia sexual y la explotación infantil en Guinea fueron a parar a empresas de la construcción o de servicios informáticos vinculadas a la trama corrupta. Similares explicaciones encontraron las acusaciones para los otros dos proyectos adjudicados en Guinea y Paraguay.

Al final de la mañana declaró una de las evaluadoras de Expande, I. C. A. G. con amplia experiencia en evaluación de proyectos de cooperación. La testigo constató que determinadas evaluaciones obtenidas por algunas ONG no obedecían al análisis previo, de modo que las valoraciones iniciales habían sido modificadas al alza. Por ello contactó con una diputada autonómica -que no identificó- a quien transmitió sus sospechas sobre la posible manipulación de las subvenciones.