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Pulso con sabor alicantino por la política «verde»

Dalmau asume la vicepresidencia dejando claro que coordinará la acción ambiental - Mireia Mollà relanza su carrera política al mando de la conselleria

Pulso con sabor alicantino por la política «verde»

Nuevas carteras, nuevas competencias, nuevos roces... ¿nuevos choques? El nuevo Consell de la Generalitat nació ayer con alguna discrepancia latente a simple vista. Y que, además, tiene sabor alicantino. Uno de los grandes asuntos que tuvieron bloqueada la negociación del Botànic II, y que incluso llegó a condicionar el cierre definitivo del acuerdo entre el PSPV, Compromís y Podemos-EU fueron las competencias ambientales, «objeto de deseo» de estos dos últimos partidos. Ni Mónica Oltra quería renunciar a ellas ni Rubén Martínez Dalmau quería quedarse al margen de una de las grandes apuestas electorales de la coalición. Y sí, al final hubo «paz», pero después no llegó la «gloria». Nada más hay que ver las declaraciones del primer día de los responsables del Consell, cuando en caliente ya han puesto la tirita antes de que se produzca la herida. Un conflicto que, además, se produce entre dos de los cinco alicantinos que «residen» en este Consell.

De esa «disputa ecológica», la primera que salvó la papeleta ayer fue la ilicitana Mireia Mollà, consellera de Agricultura, Desarrollo Rural, Emergencia Climática y Transición Ecológica, que de estar casi evaporada en el Ayuntamiento de Elche -en el equipo de gobierno pero ensombrecida al disponer de Compromís de dos ediles frente a 12 de los socialistas- se ha convertido en el adalid de la batalla contra el cambio climático, un asidero para relanzar su carrera política después de dejar ayer el acta de concejal en Elche. Mollà comenzó recordando aquella época en la que «demostré que luchadora soy un poco», por lo que «tendrán en mí una aliada luchadora para hacer posible esta tarea». Y frente esta claridad de ideas, el nuevo vicepresidente segundo y conseller de Vivienda y Arquitectura Bioclimática, Rubén Martínez Dalmau, agradeció «especialmente» tanto a la propia Oltra como al presidente Ximo Puig la oportunidad de formar parte del nuevo gobierno valenciano con una vicepresidencia encargada de coordinar todas las políticas medioambientales mediante una comisión delegada pendiente de ser creada pero que activará de inmediato.

Para estos cuatro años, los objetivos de Dalmau son «acabar con la pobreza energética, plantear medidas para que la vivienda sea un derecho y no un privilegio, incorporar mecanismos para reducir los precios de los alquileres o que la gente joven tenga acceso a vivienda sin ninguna limitación para que puedan hacer sus vidas». Es decir, propuestas más teóricas que prácticas, dentro de las llamadas «políticas verdes», que chocan con la realidad cuando, de salida, «la última palabra» en licencias medioambientales, básicas hoy en día para cualquier tipo de actividad, «la tendrá la Conselleria de Medio Ambiente», al ser el departamento que otorga estas licencias. El vicepresidente Dalmau insistió en que su labor es «coordinar» las políticas ambientales de la Generalitat, aunque las decisiones las tome Mireia Mollà.

Barceló sigue sola mientras Climent logra sobrevivir

Los dos alicantinos que se mantienen firmes en el Consell, al frente de las mismas áreas con las que acabaron el mandato, son la socialista Ana Barceló y Rafa Climent, de Compromís. Sigue en Economía el exalcalde de Muro apoyado por la vieja guardia del Bloc y pese a las reticencias de los jóvenes que ahora controlan la dirección. Cubre con Marzà la cuota de consellers de este partido junto a Oltra y Mollà de Iniciativa. Como también seguirá la sajeña Barceló en Sanidad, que sigue siendo la única referencia de la estructura provincial del PSPV en el gobierno valenciano. La otra consellera alicantina elegida dentro de la cuota que tienen los socialistas es Carolina Pascual Villalobos, que es independiente.

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