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Una jornada «madrugadora» con extraños pactos a izquierda y derecha

Una alcaldía resuelta de madrugada, alianzas de Cs con el PSPV y Compromís, cambio en el pueblo de Císcar, gobiernos de EU y socialistas con el PP y desencuentros sonados del Botànic II

Alejandro Soler con Carlos González en el pleno de Elche. M. Segarra / V. L. Deltell

Fue una jornada atípica la que sirvió para investir a los alcaldes de 140 municipios de la provincia de Alicante a falta de que el 5 de julio se celebre el pleno de San Vicente del Raspeig, cuyo inicio de mandato ha quedado suspendido por un recurso judicial. Un calendario que se inició de madrugada con la constitución del Ayuntamiento de Agres. El color del consistorio entre el PP y Compromís, empatados en concejales, dependía del voto de un edil socialista que se marchaba de crucero a las tres de la mañana. Finalmente, el pleno de constitución se celebró pasada la medianoche para garantizar la continuidad de Josep Manel Francés, de Compromís, como alcalde y que el concejal del PSPV se pudiera marchar de vacaciones. Fue el arranque de un proceso en el que hubo de todo: casi tantos pactos de Ciudadanos con el PP como con los socialistas y hasta con Compromís, un cambio histórico en el pueblo de José Císcar, acuerdos extraños y desencuentros sonados del Botànic II.

En líneas generales, el acuerdo de progreso firmado entre los socialistas y Compromís funcionó casi a la perfección en toda la Comunidad. También en la provincia, donde las fuerzas del Botànic se apoyaron para retener la Alcaldía, entre pitos y flautas, en una veintena de localidades como, por ejemplo, el citado caso de Agrés. Hubo algún problema serio, la excepción de la regla, en la localidad valenciana de Sueca, municipio del diputado Joan Baldoví, donde los socialistas pactaron con el PP y Ciudadanos para sacar a Compromís, fuerza más votada, del gobierno. Y tres conflictos importantes en la provincia. En Muro, un edil de EU, formación con una conselleria en el nuevo Botànic, salió elegido alcalde con el PP y Ciudadanos para sacar del gobierno a Compromís y los socialistas nada menos que en el pueblo del conseller Rafa Climent.

En Callosa d'En Sarrià volvieron a aflorar las complicadas relaciones que han mantenido históricamente socialistas y valencianistas en esa localidad. Con ocho concejales, cuatro para cada uno aunque el PSPV cosechó más votos, fueron incapaces de llegar a un acuerdo y dejaron que el PP con sólo cinco ediles recuperara la vara de mando. En Pego, el alcalde socialista optó por buscar a Ciudadanos como socio en lugar de llegar a una alianza Compromís, segunda fuerza del consistorio. En el trasfondo del desencuentro, la negativa de la coalición a una iniciativa del alcalde socialista para impulsar un macroproyecto urbanístico con un campo de golf y 1.300 viviendas. Ciudadanos, en el que se apoyará el PSPV, sí está a favor de ese proyecto.

Los de Albert Rivera ejercieron de partido «veleta»: llegaron a casi tantos acuerdos con el PP -cinco localides, entre ellas, El Campello, Mutxamel, en ambos casos con la colaboración de los ultraderechistas de Vox, o Calp- como con los socialistas. Concretamente, junto al de Pego, llegaron a alianzas diversas con ediles del PSPV en otras cuatro localidades entre ellas algún municipio de la Vega Baja como Benejúzar o Granja de Rocamora o Sant Joan d'Alacant, donde compartirán la alcaldía en periodos de dos años. Pero, sin duda, se produjo un movimiento que puede tener un enorme calado político en Teulada, la población del presidente provincial del PP, José Císcar. Después de cuatro décadas de gobiernos de la derecha con los populares y el partido independiente que formó en su día el mencionado Císcar, la nueva alcaldesa será Rosa Vila, de Compromís con el respaldo de los socialistas y de Ciudadanos. Habrá que ver cuál es la decisión que toman los naranjas, contrarios a cualquier alianza con los valencianistas, sobre sus munícipes en Teulada.

Aún se produjo algún pacto extraño más como la alianza entre populares y socialistas en la localidad de Benilloba -un municipio cercano a Alcoy- para repartirse la Alcaldía por periodos de dos años con el objetivo de apartar del gobierno a una formación independiente. La jornada de constitución de los consistorios locales dibujó un tablero político en el que los socialistas cuentan 57 alcaldías por 47 del PP. Compromís consolida su posición como tercera fuerza en número de gobiernos locales con 18 primeros ediles mientras que Ciudadanos suma 4 varas de mando y EU se quedó en 3. El reparto de alcaldías evidencia el descalabro electoral que sufrió Podemos en esos comicios, que no ha sido capaz de alzarse con ningún alcalde. Mal asunto para los morados con cuatro años sin poder generar espacio local.

La izquierda acumula un mayor volumen de gobiernos municipales pero, sin embargo, el PP ha logrado reducir la diferencia en las ciudades con más de 20.000 habitantes de la provincia. Los populares gobernarán en diez mientras los socialistas con sus socios de Compromís llegan hasta 14. En València y Castellón, la hegemonía de los dos principales socios de la izquierda es casi absoluta tanto en el cap i casal como en la capital de La Plana y en sus respectivas áreas comarcales.

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