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El presidente de las Cortes baraja dilatar la votación ante los choques en el Botànic

El único candidato a la Generalitat, Ximo Puig, abrirá hoy el pleno de investidura en una intervención sin tiempo máximo

El presidente de las Cortes baraja dilatar la votación ante los choques en el Botànic europa press

La intervención de inicio del único candidato a presidir a la Generalitat, el socialista Ximo Puig, puede ser la única que se escuche hoy en el arranque del pleno de investidura. Y todo por la falta de acuerdo entre los partidos de la izquierda, que puede obligar al presidente de la Cortes, Enric Morera, a dilatar al máximo la votación.

El pleno, que tiene un único punto en el orden del día («Debate y votación de la investidura del presidente de la Generalitat») comenzará a las 10 horas en València. En primer lugar, Morera recordará que, atendiendo a las consultas de los pasados días 7 y 10 de junio, propone a Puig como candidato a encabezar el Gobierno autonómico. Ahí arrancará la intervención de Puig, que no tiene un tiempo máximo. En su turno, el socialista debe exponer a la Cámara el programa político del Consell.

Después de la intervención de Puig, ya nada es seguro. Lo habitual es que se suspenda la sesión unos minutos y después de retome con la intervención de los portavoces de los grupos políticos, de mayor a menor, excepto el PSPV, por ser el partido de Puig, que lo hará en último lugar. Pero todo apunta a que, en esta ocasión, los tiempos serán distintos, y todo por la gran incertidumbre que existe en el seno de la izquierda.

El presidente de las Cortes, Enric Morera, baraja desde ayer la posibilidad de suspender la sesión tras la intervención inicial de Puig para evitar una votación sin la investidura asegurada. El pleno, según el reglamento del Parlamento, se tendría que reanudar en un plazo máximo de 24 horas.

Finalizado el debate con todos los grupos (ahora seis con la llegada de Vox), se celebre hoy o mañana, Morera anunciará el momento de la votación, suspendiendo la sesión hasta entonces. El día y la hora de la votación todavía es una incógnita ante los choques entre los grupos de la izquierda. En primera ronda, Puig necesitará el respaldo de la mayoría absoluta de los miembros de la Cámara, es decir, de 50 diputados (PSPV cuenta con 27 miembros; Compromís, 17 y Podemos, 8). Si el socialista no lograse ese apoyo de la Cámara, se procederá, 48 horas después, a una nueva votación en la que será suficiente, para su investidura, el voto favorable de la mayoría simple de los miembros de la cámara, es decir, más votos a favor que en contra. Si efectuadas las dos votaciones, el socialista no lograse la confianza para su investidura, el presidente de las Cortes, según el reglamento, tramitaría propuestas atendiendo al resto de candidatos presentados, aunque en este caso sólo el socialista Puig dio el paso.

Aunque nadie se plantea ese escenario, si transcurridos dos meses a partir de la primera votación de la investidura, ningún candidato obtuviera la confianza de las Cortes, se disolvería la Cámara y se convocarían nuevas elecciones.

La jornada empezó con risas y terminó... con Podemos dejando la negociación

Las negociaciones entre la izquierda empezaron ayer con risas entre los principales representantes de los partidos, como así se puede ver en la imagen a la coportavoz de Compromís, Águeda Micó; al vicesecretario general del PSPV, Manuel Mata, y el secretario general de Podemos, el alicantino Antonio Estañ. Sin embargo, el ambiente se enrareció hasta llegar al extremo de que los morados se fueron de la negociación acusando a sus posibles socios de «truncar» un preacuerdo de gobierno.

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