El president de la Generalitat en funciones y secretario general del PSPV, Ximo Puig; la líder de Compromís, Mónica Oltra, y el líder de Podemos, Rubén Martínez Dalmau, han rubricado este miércoles el documento que certifica el nacimiento del nuevo Consell, denominado como Botànic II, y que supone la entrada de la formación 'morada' en el Gobierno valenciano.

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En un acto celebrado en la sala de Felipe II del Castillo de Santa Bárbara de Alicante ante una gran expectación mediática, bajo la mirada de buena parte de la comisión que ha negociado el acuerdo durante ocho sesiones, los tres dirigentes han reeditado el pacto que se firmó hace cuatro años y un día, exactamente a las 18.40 horas.

Entre los asistentes, han estado los consellers en funciones Vicent Soler, Gabriela Bravo y Ana Barceló, por el PSPV, y Manuel Alcaraz, Vicent Marzà y Vicent Climent, de Compromís. También han estado cargos públicos de las tres formaciones, además del presidente de la Autoridad Portuaria, Juan Antonio Gisbert, o el presidente de CEV-Alicante, Perfecto Palacio, entre otros.

El acuerdo, de 23 páginas, recoge seis ejes que incluyen la lucha contra la emergencia climática en el centro de las políticas del nuevo Consell; el feminismo y la creación de empleo vinculado a la innovación; el buen gobierno; la continuación del rescate de las personas y el de la fiscalidad progresiva.

En su intervención, el socialista Ximo Puig ha destacado que el nuevo proyecto está pensando para "toda la Comunidad", mientras que Mónica Oltra ha insistito en que el gobierno del Botànic "seguirá gobernando para la gente". Por su parte, el alicantino Rubén Martínez Dalmau se ha mostrado esperanzado en que el nuevo ejecutivo "sea el más importante de la historia" en la Comunidad Valenciana.

Oltra ve el Botànic II como un modelo "exportable y admirable" para Madrid

La vicepresidenta en funciones de la Generalitat Valenciana y líder de Compromís, Mónica Oltra, ha calificado el pacto de gobierno del Botànic II como un "modelo exportable y admirable" para un futuro Gobierno central.

En declaraciones a los periodistas tras firmar el pacto del Botànic II, en Alicante, Oltra ha considerado que "probablemente si los gobiernos de España hubieran tomado ejemplo de los gobiernos a la valenciana, a todos nos habría ido mejor".

"Hemos demostrado en la legislatura pasada que los gobiernos de coalición son buenos porque hay diferentes miradas e inteligencias al servicio de un proyecto común", ha subrayado antes de añadir que esas sensibilidades "siempre enriquecen".

Ha señalado que las urnas han desechado desde hace tiempo las mayorías absolutas, por lo que debería haber "una cultura democrática del diálogo, de la palabra, de la coalición o cooperación o colaboración, como se quiera llamar".

Por ello, ha apostado por "acuerdos de gobiernos plurales y de coalición, o que les llamen como quieran", ha reiterado.

El Botànic II: un acuerdo cerrado en tiempo de descuento y con suspense final

La reedición del pacto de gobierno entre las tres fuerzas de la izquierda en la Comunitat Valenciana ha necesitado de catorce intensos días de negociaciones que finalmente se han cerrado en el tiempo de descuento, sin que hayan faltado los sustos y el suspense hasta última hora.

Un total de 45 días han pasado desde que la Comunitat Valenciana celebrara sus primeras elecciones anticipadas en la historia del autogobierno valenciano, aunque la cercanía de los comicios municipales, celebrados menos de un mes después, aletargó cualquier inicio de negociación a la espera de esos resultados.

De hecho, más allá de encuentros públicos a principios de mayo entre los llamados a liderar el nuevo pacto de gobierno -Ximo Puig (PSPV), Mónica Oltra (Compromís) y Rubén Martínez Dalmau (Unides Podem-EU)-, las reuniones de las comisiones negociadoras de los tres partidos no comenzaron formalmente hasta el 29 de mayo.

Para entonces se tenía claro que el nuevo Gobierno valenciano no sería un bipartito del PSPV y Compromís, sino que contaría esta vez con tres socios, toda vez que Podem, que la legislatura pasada optó por dar apoyo parlamentario al Consell y no entrar en el Gobierno, había reclamado estar ahora en el Ejecutivo.

Con este punto de partida, y con la nueva correlación de fuerzas determinada por las urnas -el PSPV subió de 23 a 27 escaños, Compromís bajó de 19 a 17 y Podem, ahora en coalición con EU, pasó de 10 a 8-, echó a andar una negociación para lograr un Gobierno "plural, paritario, mestizo y con equilibrio territorial".

Desde entonces, se han sucedido ocho reuniones -algunas en sesiones maratonianas- celebradas alternativamente en las sedes de los partidos llamados a entenderse, en las que no se ha avanzado todo lo rápido que se esperaba y en la que no han faltado algunos reproches públicos e incluso sustos de última hora.

Así, tras más de 50 horas de reuniones de la comisión negociadora, Unides Podem-EU se levantó este martes de la mesa a menos de veinticuatro horas de la fecha límite para celebrar en Les Corts el pleno de investidura del socialista Ximo Puig como president de la Generalitat, y emitió luego un comunicado en el que afirmaba que no podía asegurar su apoyo a la investidura.

Con esa incertidumbre, finalmente ha sido poco antes del pleno de investidura cuando una reunión en el Palau de la Generalitat entre Puig, Oltra y Dalmau ha permitido desbloquear el acuerdo, que esta vez no se ha firmado en el Jardín Botànic de València, sino en el Castillo de Alicante.

Durante las últimas dos semanas, en las que se ha intentado avanzar a la par en los ejes programáticos y en la estructura del Consell, una de las palabras más repetidas por los negociadores ha sido "generosidad", aunque cada uno ha interpretado de distinta manera quién la ha ejercido en mayor grado.

Finalmente, el pacto alcanzado implica que el nuevo Consell crece en dos consellerias (hasta ahora había diez, cinco para el PSPV, incluida la presidencia, y cinco para Compromís, incluida la vicepresidencia), a razón de seis para el PSPV, cuatro para Compromís y dos para Unides Podem-EU (una de ellas vicepresidencia segunda, para Podem, y la otra para EU).

Hasta llegar a este pacto han hecho falta muchos recesos, llamadas telefónicas, "paseos" durante las reuniones, pizzas a domicilio en las sedes de los partidos y anécdotas como la lluvia de pétalos de flores que cayó sobre los negociadores en un descanso del encuentro que se celebró en la sede de EU y que coincidió con una procesión del barrio.