La debilidad territorial que sufre Compromís en la provincia de Alicante ha llevado a sus dirigentes locales a pedir al conjunto de la formación y, por tanto a la dirección nacional, que comience un proceso de reflexión política global para recuperar dinámicas de crecimiento de este proyecto en el sur de la Comunidad. De cara al 26-M, Compromís pretendía «mantener o aumentar» su presencia en el Ayuntamiento de Alicante y ser «decisivo» en la suma progresista, alineada con el Botànic. Su retroceso en las elecciones municipales les ha obligado a entonar el «mea culpa» y hacer un ejercicio de autocrítica para tratar de buscar nuevas estrategias dirigidas a un territorio que, sin duda, se ha convertido en el talón de aquiles de la coalición.

En esta búsqueda de responsabilidades y aunque la puerta de salida todavía no se ha abierto para ninguno de sus dirigentes, la agrupación local no sólo se ha comprometido a iniciar un «proceso de reflexión interna» para buscar la forma de enmendar los errores cometidos y superar las debilidades, sino que también ha puesto la mirada en dirección a València para responsabilizarla de un fracaso electoral en el que los de Mónica Oltra han mantenido en las tres provincias el mismo discurso en cuestiones prioritarias como el agua o la política lingüística, a caballo entre el valenciano y el castellano. A tenor de los resultados electorales, esta estrategia ha tenido mal encaje en Alicante, como también ha ocurrido con las cuestiones organizativas, la falta de medios que arrastra la organización en la provincia. En este ejercicio de tratar que el conjunto de la formación asuma una mayor presencia e implicación de sus líderes en este territorio, el reto es recuperar y ampliar la confianza electoral de los alicantinos «y ser capaces de volver a acontecer un proyecto decisivo para la conformación de mayorías de progreso», según afirmó ayer el secretario local, Natxo Bellido, quien considera fundamental dirigir los discursos al sur del territorio para superar la menor fortaleza electoral y ampliar la adhesión al proyecto de las comarcas meridionales alicantinas. En cuanto a la gobernabilidad, la posición de Compromís es pedir a PP y Ciudadanos que no busque alianzas con la extrema derecha para sumar mayoría en Alicante. En el supuesto de que la derecha forme gobierno, se comprometen a hacer una firme oposición ligada a la defensa de los intereses generales de la ciudad, la lucha contra las desigualdades y a hacer propuestas vinculadas a su programa de gobierno.

Consciente que se abre un nuevo ciclo político, Compromís convocará para el mes de septiembre un proceso de elección de una nueva y más reducida Ejecutiva local, una decisión que ya ha generado un nuevo enfrentamiento entre sus miembros. Maria José Espuch, actual concejala en funciones y portavoz de Iniciativa en Alicante (una de las patas de Compromís), abrió una nueva brecha en las relaciones internas al criticar que el documento de valoración de los resultados electorales (aprobado por unanimidad por la asamblea) fue redactado únicamente por Natxo Bellido y no fue debatido ni consensuado por la Ejecutiva. «Conmigo no se ha consensuado nada. Lo firma y lo presenta Natxo y a mí hay muchas cosas que se me pierden y con las que no estoy de acuerdo. Falta mucho diálogo en el seno de Compromís», apuntó. Con contundencia, Maria José Espuch aseguró ayer que está acostumbrada a «otras formas». Por su parte, Bellido manifestó que el informe electoral fue enviado a la Ejecutiva y al conjunto de la militancia y precisó que ahora es momento de iniciar un proceso de renovación en la Ejecutiva.