La reunión de esta tarde para avanzar en la "arquitectura" del nuevo Consell comenzará en un clima caliente. Podemos está en el punto de mira de los socios tras el encuentro de casi siete horas ayer, en el que se avanzó en la estructura del gobierno, pero con las reticencias de los morados a la solución final, que sí aceptaría en cambio EUPV, siempre que tuviera una conselleria, aunque menor.

La fórmula que más se ajustaba a Podemos, como ha publicado este diario, es la de seis conselleries para el PSPV, cuatro para Compromís y dos para Unides Podem. La negativa de la coalición de Mónica Oltra a bajar de las cinco actuales es la que llevó a última hora de ayer a avanzar en un esquema de siete carteras para los socialistas, cinco para los valencianistas y dos para Unides Podem.

A los morados no les acaba de convencer (solicitaron una más tras el aumento de Compromís), pero hay pocas alternativas más, que no representen un Consell hiperpoblado que tendría difícil justificación ante la ciudadanía. Según ha trascendido, EUPV manifestó anoche predisposición a aceptar esta fórmula si una conselleria (la menor de las dos) es para ellos. Pero los morados no ven claro restringirse a dos carteras y que, en ese caso, tenga que repartir con EUPV.

Las manifestaciones de esta mañana denotan la tensión entre los grupos. El portavoz de Unides Podem en las Corts, Rubén Martínez Dalmau, ha asegurado en relación a las negociaciones para el Botànic II que quienes están poniendo "algún obstáculo son justamente el PSPV y Compromís, que no están de acuerdo con algunas de las medidas principales para cambiar la vida de la gente" que proponen ellos, y ha lamentado la falta de "altura de miras".

Unides Podem tiene claro, ha dicho en declaraciones recogidas por Europa Press, que están "para hacer una política diferente, no para repetir los mismos vicios de la vieja política, basada muchas veces más en ver quién se sienta en una silla o cómo se puede hacer alguna cosa para que tal persona esté contenta".

La declaración contrasta con el aroma que empieza a emanar de la mesa de negociación.