El juicio del caso Blasco inició ayer la ronda de comparecencias de los noventa testigos a los que las acusaciones no han renunciado, tras llegar a acuerdos de conformidad con la mayoría de acusados.

Las testificales arrancaron con las representantes de dos ONG «captadas» por la Fundación Hemisferio, creada por Augusto Tauroni para controlar el dinero de las ayudas, quienes confirmaron cómo representantes de Hemisferio contactaron con sus ONG para ofrecerles sus «conocimientos técnicos» en la elaboración de los proyectos. El testimonio de ambas confirmó la obsesión por los invernaderos de la trama liderada por el empresario Augusto César Tauroni, ya que intentaron colar este tipo de instalaciones en varias de las propuestas que elaboraron. Sólo en algunas lo consiguieron.

La presidenta en 2010 de la ONG Asamanu África confirmó cómo pasaron de promover proyectos de cooperación de poca cuantía a lograr que se les adjudicara un proyecto de 232.148 euros para proyectos de cooperación en Senegal, tras la intermediación de Hemisferio (entonces con otro nombre que tuvo que cambiar por sentencia). Los miembros de esta ONG, que siga activa, detectaron que algo no iba bien cuando Hemisferio transfirió 60.000 euros a una constructora, a la que pretendía abonar 60.000 euros más por salarios. «Era inmoral que la mitad del dinero fuese a pagar a una constructora sólo en salarios», detalló la testigo. Por su parte, la presidenta de la ONG Asade África confirmó que cuando fue a contarle las presuntas irregularidades al exconseller Rafael Blasco en su despacho la llamó «desagradecida» después de defender que la Fundación Hemisferio era «quien mejor redactaba los proyectos de cooperación».