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Análisis

Pere Rostoll

Otra vez, la última semana

A siete días de las locales y con todo abierto, los socialistas podrían rentabilizar el 28-A: sostienen a la izquierda, dejan abierta la vía con Cs y podrían ser la primera fuerza en Alicante, Elche y València

Otra semana clave antes de las elecciones municipales del próximo domingo. Y otra vez con casi todo en el aire para el 26-M. Todo pendiente de un puñado de votos que acabará decantando la correlación de fuerzas de cada partido en los pactos, el reparto interno en cada uno de los bloques y que perfilarán, a la espera de las alianzas, la identidad de los principales alcaldes. Pero todo eso, a siete días de que se vuelvan a abrir las urnas y como recoge hoy la encuesta de Invest Group para este periódico con datos sobre las cuatro principales ciudades de esta Comunidad entre ellas Alicante y Elche, está en un pañuelo: pendiente de la movilización de cada bloque después de unos comicios generales y autonómicos celebrados hace menos de un mes en los que la participación fue mucho más alta. Esa será una de las grandes incógnitas para ordenar un decorado que tendrá impacto en la posterior negociación del Consell -aplazada hasta después de estos comicios- y en la estabilidad interna de cada uno de los partidos.

La ola socialista: Los datos del sondeo no sólo le darían la razón al presidente de la Generalitat, Ximo Puig, sobre el beneficio para los socialistas valencianos de adelantar las autonómicas y celebrarlas en abril junto a las generales sino que, de cumplirse los vaticinios demoscópicos de la encuesta, cabría calificar la operación de una jugada maestra. El PSPV podría garantizarse con cierta solvencia Elche y Castellón con mejores resultados; recuperar Alicante después del fiasco del tripartito en 2015 siendo los más votados después de 30 años y pudiendo elegir entre la izquierda y Ciudadanos para apuntalar el gobierno; e, incluso, liderar, aunque es cierto que con una ventaja mínima que lo deja todo en el aire, el pacto de la izquierda en València arrebatando a Compromís la alcaldía, la joya de la corona de la coalición de Mónica Oltra. Siguen necesitando pactos pero ganarían una posición de fuerza como continuidad al resultado de la cita del 28-A. Los socialistas, por tanto, seguirían subidos a la ola que ratificó a Pedro Sánchez en la Moncloa y que facilitó que Ximo Puig volviera a liderar el pacto de izquierdas en la Comunidad. El problema es que, en estos momentos, candidatos como el alcaldable en Alicante, Francesc Sanguino, lo único que transmiten para esta última semana es encomendarse, casi en exclusiva, a ese viento de cola que llega desde Madrid y que queda evidenciado con los datos de recuerdo de voto: hay más gente que asegura haber votado a los socialistas en abril de la que realmente les apoyó. Electores que se apuntan a caballo ganador ante la pregunta de la encuesta pero que luego está por ver lo que deciden. Eso y la desmovilización son los grandes riesgos para el PSPV.

Grave peligro para el PP: La debacle del PP en las generales y autonómicas junto a la cercanía de estas municipales, le permitió a los populares contar con una prórroga. Así que el resultado de estos comicios de dentro de una semana son claves no sólo para determinar el poder institucional que pueden conservar sino, sobre todo, para la estabilidad interna del PP. Está en juego no sólo la posibilidad de controlar plazas que le permitan contrarrestar el poder de la izquierda en la Moncloa y el Consell sino también el liderazgo del bloque de la derechas. En plata: en el supuesto de que los resultados vuelvan a ser malos, el PP se meterá en una batalla campal. Y, al menos con los datos de la encuesta de Invest Group en la mano, el enfermo sigue crítico. No sólo no tendrían ni una sola opción de recuperar ni València ni Elche ni Castellón sino que, además, partirían en desventaja en relación al bloque de izquierdas en la ciudad de Alicante, donde hace un año recuperaron el gobierno con Luis Barcala y gracias al respaldo de una tránsfuga. Sólo conseguirían conservar la hegemonía de la derecha frente a Ciudadanos pero eso sería casi lo de menos en un escenario en que se quedarían, quizá, con la peor cuota de poder institucional de su historia. Y ojo, con todo eso, como viene apuntando este periódico, la Diputación de Alicante también estaría en el alero. El último gran bastión del PP también podría caer. Todo eso arrastraría a decenas de liderazgos locales, a José Císcar, a Isabel Bonig y también, posiblemente, a un deteriorado Pablo Casado.

La obligación de Ciudadanos: Ciudadanos está obligado a tocar poder para consolidarse como proyecto. La encuesta viene a confirmar que la marca sigue teniendo un componente muy vinculado a las generales que se reduce cuando las elecciones se centran en espacios más reducidos y, además, se esfuma el «sorpasso» al PP. De hecho, consiguen resultados muy similares a los que lograron en 2015. Los dirigentes locales de la formación de Albert Rivera se están abriendo, incluso, a pactos con los socialistas. El espacio en el que Ciudadanos podría sembrar dudas sobre la decisión de los socialistas en relación a sus acuerdos de gobierno es Alicante y Elche. Eso ratifica que la provincia se ha convertido en la locomotora electoral de los naranja en esta Comunidad pero que aún estarían lejos, a pesar de su mala situación, de pasarle al PP. No entrar en gobiernos y no superar a los populares sería, aunque pudieran crecer algo en votos, un resultado que no se ajustaría a las expectativas.

Todo o nada para Compromís:Si atendemos a los datos de la encuesta, posiblemente estamos ante la semana más importante en la historia de Compromís. La coalición de Mónica Oltra se había marcado dos objetivos para las municipales: retener la Alcaldía de València con Joan Ribó para seguir ejerciendo como contrapeso de imagen al Consell; y mantener su representación en Alicante con Natxo Bellido y Elche con Mireia Mollá ante la evidencia de que la provincia, como se demostró el pasado 28-A, continúa siendo su Talón de Aquiles. Aunque continuaría siendo pieza necesaria para los gobiernos de izquierda, a una semana de los comicios todos esos objetivos de Compromís, seggún la encuesta, estarían en duda. Ribó está en problemas, Bellido lucha por igualar los datos del año 2015 y Mollá está a la baja. Riesgo de que la marejada que ahora hay en la coalición tras las autonómicas se pudiera convertir en una tempestad.

La resistencia de Podemos: La suerte les cambió las dos noches en las que Pablo Iglesias se defendió con brillantez en los debates de las generales. Salvó los muebles en las autonómicas para ser decisivo y aguantó el tipo en Madrid. Ahora, de acuerdo con el sondeo, este escenario le conserva el espacio y le permite aguantar en las municipales donde, además, sería clave en Alicante y Elche para cualquier pacto de izquierda. Una inyección, desde luego, para que Rubén Martínez Dalmau negocie el Botànic en mejores condiciones.

Baja el «soufle» de Vox: Los datos del sondeo apuntan a un bajón de los ultraderechistas en las municipales hasta el punto de que, incluso, si siguen cayendo, estarían en apuros hasta para lograr representación. Un notable descenso en apenas un mes.

Y otra vez, semana decisiva.

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