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El PP «tira» del presupuesto público con ayudas millonarias ante el temor a otra debacle el 26-M

La Diputación, controlada por los populares, tramita en plena campaña uno de los repartos de inversiones más importantes del mandato con 38 millones a distribuir entre todos los consistorios de la provincia

César Sánchez con Luis Barcala y José Císcar durante la noche electoral del pasado 28-A. jose navarro

A menos de una semana ya de que el próximo domingo se vuelvan a abrir las urnas para las elecciones municipales y europeas, el PP intenta echar el resto desde las instituciones que aún conserva. Tira de presupuesto público con repartos millonarios de subvenciones ante el temor de otra debacle electoral que le deje sin poder tampoco en la administración local. La Diputación ya ha empezado a tramitar, de acuerdo con la información que ya publicó este periódico hace dos semanas, una inyección económica de 38 millones que supondrá un «aguinaldo» electoral para los 141 municipios de la provincia y que se aprobará, definitivamente, en un pleno que se celebrará el próximo jueves, justo tres días antes del 26-M. No fue el único uso de fondos públicos con un objetivo electoral de la jornada. En Alicante, el alcalde Luis Barcala, del PP, también le subió cerca de un 25% la subvención a la Federació de Fogueres, entidad que hasta hace unos días presidía Manuel Jiménez, ahora número cinco de la lista popular en la ciudad de Alicante.

En el PP son conscientes de que el escenario se ha complicado muchísimo después de la victoria del socialista Pedro Sánchez en las generales y de que el Consell de izquierdas del Botànic -conformado por el PSPV, Compromís y Podemos- renovara su mayoría para un segundo mandato en la Generalitat, un gobierno que se empezó a negociar ayer mismo. El viento de cola que impulsa a la izquierda unida a la delicada situación del PP pendiente del bloque progresista pero también de un posible «sorpasso» de Ciudadanos ponen contra las cuerdas a los populares de cara al próximo 26-M, cita en la que se pueden encontrar con la peor cuota de poder de toda su historia. La Diputación y el puñado de municipios que resistieron en sus manos después de las municipales de 2015 a los que se sumó la ciudad de Alicante, conseguida hace un año de rebote gracias a una tránsfuga, es la última trinchera defensiva que le resta al PP para articular una nueva estrategia de oposición al Consell del Botànic no solo en la provincia sino en el conjunto de la Comunidad.

Y, efectivamente, todo apunta que la corporación provincial jugará un papel determinante en esta recta final de la campaña para las municipales. Ayer mismo, la comisión de Hacienda, en una convocatoria que había quedado aplazada la semana pasada, dictaminó a favor de una modificación presupuestaria que permitirá la mencionada inyección económica de 38 millones. Esta propuesta incluye, entre otros programas inversores, el Fondo de Cooperación Municipal con 14 millones a distribuir entre las 141 localidades de la provincia. Como se recordará, la institución alicantina se negó a participar en el fondo de la Generalitat y eso propició que los municipios alicantinos fueran los que menos dinero recibieran de ese plan del Consell. La Diputación, con César Sánchez a la cabeza, quería mantener el control de esas cantidades para, como se evidencia, poder repartir ese dinero en el momento que le conviniera, como ha ocurrido ahora en plena campaña.

Además, se impulsará una partida de dos millones en una nueva convocatoria de subvenciones destinada a municipales para la renovación del césped artificial de los campos de fútbol municipales; y otra de 1,1 millones para caminos en varios municipios del interior. También se aprueba un plan de subvenciones «a dedo» -las llamadas nominativas- para cerca de una cuarententa de poblaciones. Y, finalmente, se reservan cerca de 3,4 millones más para actuaciones vinculadas con la propia Diputación. A buen seguro que la cuestión suscitará debate en el pleno provincial aunque la oposición de izquierdas está ligada de pies y manos en este asunto en tanto que sus alcaldes también entran en un reparto que se produce en un momento muy complicado para abrir debates como es la campaña electoral.

Pero también echa el resto Luis Barcala en Alicante en un mundo como en el de las Hogueras en el que espera «pescar» tras el fichaje de Manuel Jiménez, que dirigía hasta hace un mes el organismo que ahora recibe ese dinero. Aprovechando la recta final del mandato, la Junta de Gobierno prevé aprobar hoy el aumento de esas ayudas. En un comunicado remitido desde el consistorio a pesar del evidente tufo electoralista, el concejal de Fiestas del Ayuntamiento de Alicante y número ocho de la candidatura del PP, José Ramón González, elevará la propuesta de una nueva subvención de 66.000 euros para la Federació de Fogueres de Sant Joan y «atender parte de los gastos relativos a la organización, gestión y desarrollo de las fiestas, una cantidad que se suma a los 220.000 euros ya otorgadas el pasado 12 de febrero del presupuesto prorrogado del 2018», según el comunicado. Intentos de sumar votos para el 26-M desde la Diputación y el Ayuntamiento de Alicante con dinero público.

La cúpula popular solo ve claro que gobernará en Benidorm y cree que el resto está en el aire

La dirección del PP centra gran parte de sus opciones de salvar los muebles en la vuelta de votantes de Vox

El panorama en el que se mueve el PP, en estos momentos, es tan complicado; tan difícil; tan inexplorado que sólo con un pequeño sondeo entre algunos de los notables populares que miran con preocupación el embrollo en el que está metido el partido surgen las dudas y temores sobre el escenario con el que se puede encontrar la organización una vez que se conozcan los resultados electorales del próximo domingo. La cúpula popular sólo ve claro, a día de hoy, las posibilidades, de entre los principales municipios, de uno de sus candidatos: el actual alcalde de Benidorm, Toni Pérez, al que apuntan con opciones de mejorar algo su posición y de gobernar aunque sea en solitario. El resto, incluída la Diputación y también el Ayuntamiento de Alicante, están abiertos. Todo está en el aire. Y el PP se pueden encontrar con la más baja cuota de poder institucional de toda su historia. Poca broma

En la cúpula popular hay cierto pesimismo y resignación por los datos que pueden surgir de estos comicios locales. La dirección del PP centra gran parte de sus opciones para salvar los muebles en tratar de recuperar parte del voto que en las elecciones generales y autonómicas del pasado 28-A se marchó directamente hacia Vox. Dirigentes populares están convencidos de que en esta contienda municipal una parte importante del despliegue que mostraron los ultraderechistas hace menos de un mes se acabará diluyendo. Por dos motivos: la formación que lidera Santiago Abascal apenas ha registrado 23 candidaturas en toda la provincia de Alicante y, además, sus cabezas de lista son desconocidos. Las formaciones de un ámbito estatal tan marcado suelen sufrir cuando los escenarios electorales se reducen, apuntan. Y a ello se aferra el PP aún a sabiendas de que le será difícil recuperar todo el votante que se ha marchado a Vox y de que, además, ya da por perdido la porción de electores que se ha asentado en Ciudadanos.

El escenario de la noche electoral del 26-M puede ser, por tanto, de reclamación de responsabilidades y de una batalla política que abra en canal al PP tanto en España como en la Comunidad Valenciana y la provincia. La cuestión, así, pasa por determinar si alguien estará en disposición, de acuerdo con los datos que salgan de las urnas, de reclamar a otro dirigente que asuma el coste de una posible derrota. Ni Pablo Casado estará en condiciones. Ni puede que Isabel Bonig. Ni tampoco, es probable, los principales alcaldables para esta cita.

Carlos Mazón toma ventaja por si el PP llega al Palacio Provincial

La situación de César Sánchez, que hoy se estrena en su nuevo escaño en el Congreso, empieza a ser muy complicada para intentar repetir al frente del Palacio Provincial, como era su voluntad al recalar en la candidatura municipal de Llíber, una pequeña localidad de la Marina Alta. En estos momentos y siempre que los populares ganen la Diputación, algo que no está nada claro, Carlos Mazón, número dos del PP en Alicante, es la persona que tiene ventaja y que cuenta con casi todos los números para la presidencia de la Diputación.

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