Rubén Martínez Dalmau llegó el martes a su reunión con Ximo Puig y Mónica Oltra con un documento que aúna, en 34 páginas, los logros y los incumplimientos del Pacto del Botànic. Una «evaluación» de la legislatura que Podemos se ha encargado de hacer antes de comenzar con las negociaciones en firme. Aunque hasta ahora Podemos solo había prestado su apoyo a los dos socios, en esta nueva legislatura formará parte activa del Consell y su nuevo rol lo ha comenzado con los deberes hechos: una comprobación exhaustiva de las 201 medidas firmadas en 2015 y su estado en la actualidad. El lunes se producirá el primer encuentro entre los equipos negociadores y en Podemos esperan que la evaluación esté sobre la mesa y sea ampliada con la valoración del resto. Los socios se han dado de margen hasta el 28 para volver a las conversaciones.

El martes, Oltra fue un paso más allá y antes de hablar del «qué» consideró que hay que negociar un «pre-qué», que en Podemos consideran que bien podría ser todo lo que al Botànic se le ha quedado en el tintero. Recuperar la sanidad universal, la Agencia Antifraude, la ley de pobreza energética, el Pacto Valenciano contra la Violencia de Género, la ley Lgtbi, suprimir el copago farmacético, la renta garantizada para la ciudadanía o la Agència Tributària Valenciana son algunos de los éxitos botánicos que los de Podemos aplauden, pero son más las críticas que emiten: hasta 118 incumplimientos. El que engloba a todos ellos es haber fallado en la «calendarización» de los objetivos, es decir, haber marcado plazos a lo largo de estos cuatro años para acometer cada uno de los acuerdos. Además, también llaman la atención a Compromís y PSPV por no haber establecido previamente una agenda de reuniones.

En Compromís, ha causado malestar que se anunciara la decisión sobre la Mesa de las Cortes un día antes de que el grupo parlamentario de Compromís se posicionara sobre la continuidad de Enric Morera al frente de la presidencia del hemiciclo. La propuesta para la reelección de Morera al frente de la Cámara la hizo pública el martes el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, tras reunirse con la lideresa de Compromís, Mónica Oltra, y el representante de Podemos, Rubén Martínez Dalmau. Pero era una propuesta sobre la que el grupo parlamentario aún no había fijado posición, lo que ha molestado especialmente al síndic, Fran Ferri, reelegido ayer por sus compañeros para repetir en el cargo. «Nunca sienta bien que se anuncien decisiones que no se aprueban», admitió Ferri ante los periodistas y que incluso llegó a decir que su cargo de síndic en las Cortes era «de momento».