A pesar del abismo ideológico que les separa en la mayoría de aspectos, los principales partidos políticos que concurren a las municipales del próximo 26 de mayo en Benidorm podrían hablar como uno solo ante la pregunta de cuál sería el turista perfecto para la ciudad. Abuelos, padres e hijos, o lo que comúnmente se ha venido a llamar turismo familiar, ha de volver a ser, a su juicio, el mercado prioritario para un destino que hizo de este segmento su principal elemento diferencial, pero que con el paso del tiempo lo ha visto desvanecerse entre la jungla de los más de 5 millones de visitantes que cada año llegan con su maleta para pasar sus vacaciones en la capital de la Costa Blanca.
Despedidas de soltero; viajes de instituto; británicos atraídos por el «todo incluido» y la cerveza «low cost»; o mayores que llegan de la mano de los bajos precios del Imserso para bailar toda la tarde en primera línea de playa a cambio de consumir poco más que un café, han ido poco a poco ganando espacio y, a su vez, forzando una rebaja en los precios y en el gasto turístico en el destino que desde muchos sectores empresariales consideran que ya es difícil soportar. Los comerciantes y restauradores llevan años alzando la voz y ahora también los hoteles han dicho «basta». El mejor ejemplo, el desafío al Gobierno al recurrir los pliegos del Imserso para el próximo invierno y las duras palabras que unos días atrás el presidente de Hosbec, Toni Mayor, lanzó en este diario contra ese plan social: «Benidorm puede sobrevivir sin las plazas del Imserso. Si este plan tiene que desaparecer, que desaparezca».
Ante este panorama, la pregunta es clara: ¿qué medidas tienen previsto llevar a cabo los candidatos de distintas formaciones para mejorar el mercado turístico en Benidorm? Aunque, como se mencionaba anteriormente, todos coinciden en el turismo familiar como la base sobre la que se ha de volver a girar, Partido Popular, PSOE, Ciudadanos, Compromís, Esquerra Unida o Podemos difieren en otras muchas acciones que se, a su juicio, se deben impulsar desde el Ayuntamiento. Entre ellas, el papel que ha de jugar la Concejalía de Turismo frente al peso cada vez mayor de la Fundación Visit Benidorm. Populares y socialistas apuestan por seguir reforzando la colaboración público-privada por medio de este organismo, que coordina toda la promoción turística, otras formaciones, como Podemos o Esquerra Unida creen que el peso de las decisiones en esta materia y, sobre todo, de la gestión del presupuesto debe regresar íntegramente a manos municipales, «poniendo en el centro de la toma de decisiones para este respecto a la ciudadanía mediante consultas populares», mantiene el candidato de la formación morada, Gerard Ginel.
El alcalde y candidato a la Alcaldía por el PP, Toni Pérez, quien en este mandato también ha llevado las competencias en turismo, cree que el Ayuntamiento debe seguir «trabajando de la mano del sector privado para incrementar la calidad y la innovación en el servicio a los turistas». Igualmente, aboga por reforzar la inteligencia turística, la accesibilidad, la sostenibilidad, la mejora de la escena urbana o la regulación y profesionalización del alojamiento reglado.
Una oficina específica para la gestión de Brexit y sus posibles consecuencias; campañas en sectores hasta ahora inéditos, como el mercado náutico; el desarrollo de rutas culturales y senderistas para fomentar el turismo activo en el invierno; un plan de mejora de la escena urbana y regeneración social en el Rincón de Loix o más seguridad y limpieza son algunas de las propuestas de Rubén Martínez, alcaldable del PSOE, para quien el problema más inminente el Brexit: «Estamos esperando acontecimientos, pero sin ningún plan de acción».
Juan Balastegui, candidato de Cs, lamenta que el turismo de desenfreno, contra el que han intentado luchar en este mandato, «haya alejado a las familias y a otro turismo de más calidad que antes había en Benidorm». Por eso, además de poner el foco en recuperar estos mercados, también tienen entre sus objetivos establecer mecanismos para fortalecer el turismo británico tras el Brexit; acabar con la mala imagen y falta de seguridad o de limpieza en algunas zonas; o incrementar el control sobre los apartamentos turísticos que se alquilan de manera ilegal.
Una de las mociones que llevará Compromís a todos los niveles de la Administración es el reconocimiento de Benidorm como municipio turístico: «Lo hemos pedido en el Congreso, en el Senado, y ni PP ni PSOE han hecho nada», mantiene su cabeza de lista, Josep Bigorra. Además, propondrán crear un sello de calidad para reconocer a los establecimientos que respetan las condiciones laborales de sus trabajadores, especialmente las camareras de pisos; modificar la Ordenanza de Playas para prohibir y sancionar la reserva de espacio en primera línea; o incrementar los aseos públicos en las playas y su limpieza.
Como también han defendido a nivel autonómico, Podemos promoverá la creación de una tasa turística; defenderá la gratuidad de la AP7; abogará por fomentar el turismo cultural y familiar, así como un modelo turístico «más sostenible y respetuoso con el medio ambiente», según su líder, Gerard Ginel.
Por su parte, la número 1 de EU, Arantxa Romay, propone implantar una moratoria para frenar la construcción de nuevos hoteles o establecer una política de tasas e impuestos progresiva, con la que los hoteles paguen más, entre otras.
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