n La alcaldable de Ciudadanos en Alicante, Mari Carmen Sánchez, no se movió ayer un ápice. Un día después de tender la mano a los socialistas para un posible pacto postelectoral, la cabeza de lista de la formación naranja se mantuvo firme. Y todo con el objetivo, según subraya, de evitar que se vuelva a reeditar el tripartito, calificado de «caótico y desastroso». Sánchez siguió tendiéndole la mano al PSOE, encabezado por el independiente Sanguino, aunque ese «coqueteo» electoral y nada casual [busca «pescar» votos en el centro del espectro político] ha levantado un gran revuelo entre el resto de fuerzas políticas con opciones de entrar al Ayuntamiento de Alicante.

Preguntada de nueva sobre si mantiene su propuesta, la «número uno» de Ciudadanos se reafirmó, no quiso matizar sus declaraciones del pasado lunes en un desayuno informativo, donde incluso no aclaraba si prefería gobernar con el PP o con el PSOE tras el paso por las urnas. Para ambas formaciones, la de Luis Barcala y la de Francesc Sanguino, tuvo reproches. Con los socialistas especuló que prefieren reeditar el tripartito porque «Sanguino se siente más cómodo con Compromís», del que además recordó que «hace cuatro años hacía campaña con EU [ahora integrada en una coalición con Podemos]». Y a su otro «posible socio», el PP, Sánchez les criticó que «se creen que el Ayuntamiento es suyo y que tienen derecho a hacer y deshacer sin contar con nadie».