La provincia de Alicante está en el punto de mira de uno de los futuros socios del Botànic II para convertirse en el emplazamiento elegido para la firma del nuevo acuerdo del gobierno. La marginación que ha sufrido la provincia de Alicante durante décadas fue una de las principales reivindicaciones del candidato de Unidas Podemos a la presidencia de la Generalitat, Rubén Martínez Dalmau, durante la campaña electoral. Ahora que es decisivo en el nuevo gobierno, la formación morada quiere hacer un guiño a la provincia para que tenga más peso y sus promesas electorales no caigan en saco roto. Ese es el objetivo que ayer tuvo Dalmau, natural de Teulada pero vecino de Xàbia y número uno de Podemos por la provincia de Alicante, en la reunión con el presidente de la Generalitat en funciones, Ximo Puig, en la que le pidió que el próximo Consell no sea continuista del actual, sino que profundice y consolide el cambio iniciado en 2015. Además, le propuso con insistencia que el nuevo acuerdo de gobierno se haga en la provincia de Alicante, para darle «más importancia al sur».
De hecho, Dalmau puso una propuesta concreta sobre la mesa: que la firma entre PSPV, Compromís y Unidas Podemos se lleve a cabo en el Montgó con el fin de visibilizar el apoyo a las comarcas centrales, a medio camino entre Alicante y València, y a la provincia que supondría un gesto por la descentralización de la Comunidad. Este ha sido uno de los principales caballos de batalla de todas las fuerzas políticas, que han reconocido la falta de apoyo hacia la provincia y la escasa consideración que Madrid y València han tenido hacia sus principales necesidades. Así lo señaló el candidato de Unidas Podemos tras reunirse con Puig en el Palau de la Generalitat, después de que el miércoles se viera también con la vicepresidenta del Consell y coportavoz de Compromís, Mónica Oltra, y como paso previo al encuentro oficial de los tres que está previsto que se celebre el próximo martes. La prioridad que tienen los tres líderes en estos momentos es perfilar una alizanza para elegir la Mesa de las Cortes, el órgano de gobierno del parlamento que se constituirá el jueves día 16 de mayo.
Pero antes de que llegue ese encuentro a tres bandas, Dalmau quiso dejar claro que la reunión de ayer con Puig tan solo fue un encuentro informal de lo que denominó «mayoría de progreso» que que ganó las elecciones autonómicas del pasado 28 de abril y que próximamente formarán Gobierno. El candidato de Unidas Podemos expuso a Puig que quiere entrar en el Consell, aunque no hablaron de puestos, de la presidencia de la Generalitat ni de las consellerias. En la reunión planteó que el nuevo Consell debe ser un Gobierno «unido, leal y con capacidad de transformación en las áreas en que es necesaria, como acabar con la precarización o mejorar las inversiones públicas». Dalmau afirmó que en el encuentro con Puig, que calificó de «enormemente positivo», se habló «de muchas cosas» y citó el tren de la costa, el problema de la financiación o la liberalización de la AP-7, pero «en absoluto se habló de cargos, pues creo que primero hay que hablar de propuestas y más tarde «quién ocupará cada lugar». Según afirmó «hay mucha armonía entre los que serán los tres socios de gobierno, la mayoría ganadora en el Parlamento», insistiendo en que primero hay que tratar las cuestiones programáticas y de transformación y en un futuro ya se verá «quién ocupa qué cargos».
Preguntado sobre si el pacto entre los tres socios de Gobierno debería referirse a varias instituciones, contestó que los acuerdos «han de ser globales» aunque a la pregunta de si deberían incluirse las diputaciones se limitó a responder que no se habló de ellas. El próximo martes arrancarán las negociaciones dentro del Botànic.
