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Tras el fracaso del 28-A

César Sánchez se mete en otro lío

Está otra vez en la picota por el delito urbanístico al que se enfrenta el alcalde que le acogió en su lista como «cunero»

El día que César Sánchez aceptó ser número 1 del PP al Congreso por Alicante le envolvieron todos los males. Desde ahí todo han sido un cúmulo de circunstancias negativas. El actual presidente de la Diputación ha deambulado por callejones con pocas salidas en la campaña para las generales y autonómicas y ahora también para las municipales. No las echará de menos tras el 26-M porque la frenética actividad que caracteriza estas fechas ha quedado en segundo plano con los infortunios que está acumulando y que amenazan con poner sordina a su ya larga trayectoria política. El último de los líos se ha producido tras dictar el juzgado de Instrucción de Dénia un auto de apertura de juicio de oral por un supuesto delito urbanístico cometido en Llíber, donde aparece entre los investigados el actual alcalde y candidato a la reelección de la localidad, el popular José Juan Reus.

Se da la circunstancia de que la candidatura que encabeza para las elecciones municipales del 26 de mayo el popular Reus tiene en su número tres al presidente de la Diputación y diputado electo en el Congreso, César Sánchez. Fue el refugio que encontró para mantener su apuesta por el Palacio Provincial. Y ahora se ha convertido en un problema. Las supuestas irregularidades se refieren a la autorización de cerca de 300 licencias para construir viviendas en parcelas no urbanizables para casas de nueva planta, que adquirían la apariencia de legales. El juzgado investiga un presunto delito continuado contra la ordenación del territorio en una causa en la que también figuran otros exalcaldes, empresarios y funcionarios municipales, a los que se les imputan varios delitos. El tema está lejos de pasar desapercibido y el PP ya ha abierto expediente informativo a los implicados mientras que a la apertura firme de juicio oral, puesto que todavía caben recursos, se les abrirá de carácter disciplinario en espera de sentencia. Suerte adversa es la que se ha encontrado de frente César Sánchez en esta carrera para intentar volver a la presidencia de la Diputación. Y el tiempo no hace más que complicar la situación.

Hace tan solo un mes y medio todo parecía estar a su favor. A mediados de marzo, el PP hizo público que Sánchez optaba a la única lista electoral que le faltaba: el Congreso de los Diputados. Se blindaba como principal referente de Pablo Casado en la provincia y dejaba la puerta abierta para decidir si hacía carrera política en Madrid o buscaba un segundo mandato en el Palacio Provincial. Todo eran expectativas positivas. Poco le duró la suerte porque días después tuvo su primer tropiezo al tener dificultades para encontrar un espacio desde el que materializar su candidatura municipal. Descartadas las listas locales de Calp y Alicante y sin poder acomodarse, por tanto, en candidaturas de su preferencia, finalmente se presentó como concejal en Llíber, un pequeño pueblo de la Marina Alta, en su propia comarca. No pudo más que asumir el imperativo de la realidad que le imponía su propio partido. Tan solo días después comenzaba una batalla interna por el control de la Diputación en la que el todavía presidente fue testigo directo. Fuego cruzado en el seno del PP en medio de la campaña de las generales y autonómicas. La vuelta de Carlos Mazón, antiguo vicepresidente de la Diputación, como número 2 de la lista municipal de Alicante lo colocaba en la parrilla de salida para aspirar a presidir la institución provincial. Esto supuso un nuevo obstáculo en el camino de César Sánchez y un pulso abierto que en estos momentos dibuja un conflicto de largo recorrido hasta que Madrid tome una resolución oficial.

Si no era suficiente con esta «serie de catastróficas desdichas», el PP sufrió un batacazo histórico el 28 de abril que dejó al partido en una de sus cifras más bajas de unas elecciones generales. Y para culminar este mes fatídico en las filas populares, se suma la reactivación judicial del caso Blasco y que el expresidente Camps -antiguo jefe de César Sánchez en el Palau de la Generalitat- se sentará en el banquillo por el supuesto fraude de la Fórmula 1. Está por ver si el diputado electo sabe moverse en este decorado tan complicado a la espera de lo que ocurra en una campaña de las municipales que puede seguir dándole frutos envenenados en su refugio como «cunero» en Llíber.

César Sánchez dejó claro ayer que confía en la Justicia y echó un capote al alcalde, recordando que es un tema en el que también «el partido socialista votó lo mismo». Además, el diputado electo dijo que «un cargo público, cuando vota algo con los informes técnicos y jurídicos favorables, entiende que está haciendo lo correcto». Por su parte, Aitana Mas, número uno de Compromís a Las Cortes por Alicante, dijo ayer que el PP «no puede consentir que su candidato a la Diputación, César Sánchez, vaya en la lista de una persona envuelta en un proceso de estafa». «No es estético ni tampoco ético», zanjó.

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