No fue una debacle como la del Partido Popular, pero sus resultados tampoco se pueden considerar como positivos. Unidas Podemos (UP) ha perdido en estas elecciones un total de 29 escaños respecto a sus resultados en 2016, quedándose fuera del tablero político en algunas autonomías y dejando trece provincias más sin representación morada. Es la nueva realidad que vivirá la formación liderada por Pablo Iglesias después del 28A, donde se puede convertir en la bisagra de un futuro gobierno de izquierdas o quedar relegado a una posición más alejada en caso de que el PSOE opte por el acuerdo con Ciudadanos o por un gobierno en minoría.

Pese a que será el próximo 6 de mayo cuando el partido morado analice los resultados en un Consejo Ciudadano Estatal en el que estarán presentes, entre otros, miembros de la ejecutiva, los círculos o los diputados electos, ya desde el momento en que se daba a conocer los resultados finales en la noche del domingo, Iglesias resaltaba que les hubiera gustado «un resultado mejor» que los 42 diputados conseguidos. El líder de la formación se mostraba convencido que el escenario final «era suficiente» para sus dos objetivos: frenar a la derecha y optar por un gobierno de coalición de izquierdas. Sin embargo, con el paso de las horas, esta seguridad en un pacto progresista se difuminaba dentro de la incertidumbre parlamentaria propia de unos comicios con el espacio político más fragmentado de lo normal. Medios de comunicación nacionales y entidades como el Santander ponían ayer en la coalición PSOE-Cs un mayor apoyo de cara al mercado financiero que, según un texto emitido por el banco, estaría más complacido con el liberalismo naranja que con el acuerdo con Unidos Podemos.

Ante ello, el secretario de Organización de UP, Pablo Echenique, manifestaba a través de su perfil de Twitter que esta situación en la que se opte por un gobierno sin la formación morada «va a ser así durante meses». «Estáis avisados. Señores multimillonarios, medios propiedad de señores multimillonarios y tertulianos invitados por esos medios explicándoos una otra vez que tiene que haber un acuerdo Rivera-Sánchez por vuestro bien», insistía el dirigente.

Ni Cs ni gobierno monocolor

Pero el secretario de organización no fue el único que habló en la jornada de ayer del futuro postelectoral. Voces dentro de la formación que dirige Pablo Iglesias mostraron también su intención de evitar que el PSOE acabe encontrando en Ciudadanos un socio de gobierno.Así lo explicó la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, quien se mostró esperanzada de «que las bases socialistas le digan a Sánchez 'Con Rivera no'». En un video a través de Twitter, la representante de EnComúPodem manifestó que «se ha logrado una amplia mayoría de izquierdas» que servirá para que la derecha «no pueda impulsar políticas de odio contra mujeres, el colectivo LGTBI, migrantes y, en definitiva, contra los derechos humanos».

En esta misma línea Juantxo López de Uralde, dirigente de Equo -integrado dentro de UP- y con escaño por Álava en estos comicios, valoró que los ciudadanos hayan apostado por un Gobierno progresista «que mira al futuro» y que se aleja de aquellos «que lo único que buscan es la confrontación».

Asimismo, otros representantes de Unidas Podemos como la diputada por Guipúzcoa, Pilar Garrido, hicieron hincapié en los problemas que generaría un Ejecutivo de Pedro Sánchez si este fuera en minoría. «Los gobiernos monocolor del bipartidismo ya no tienen demasiado sentido», aseguró Garrido, recalcando además que un gobierno en solitario podría llevar a «una situación de bloqueo», por lo que «hay que aprender a negociar y pactar, pero Pedro Sánchez será quien lo decida».