Elecciones Autonómicas 2019

Elecciones Autonómicas 2019: El «tirón» de Pedro Sánchez impulsa a Puig para liderar un segundo Consell del Botànic

El PSPV vuelve a convertirse en la primera fuerza en las autonómicas y generales en las tres provincias de la Comunidad. Deberá pactar con Compromís, que pierde dos escaños, y Podemos, que salva los muebles pese a caer

Pere Rostoll

29·04·19 | 03:57

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Ximo Puig acertó. De pleno. La decisión de adelantar las elecciones autonómicas para unirlas con las generales le facilitó a los socialistas volver a conseguir una victoria tanto en las autonómicas como en las generales después de treinta años en las tres provincias de la Comunidad Valenciana. Un gran éxito para el PSPV. Pero, sobre todo, ese movimiento estratégico le permitió a Puig aprovecharse del «tirón» de Pedro Sánchez en unas elecciones muy polarizadas planteadas como una trinchera para frenar a la derecha y garantizarse la reedición de una segunda versión del Consell del Botànic en la que, además, tendrá más peso el papel del PSPV. Los socialistas valencianos pasaron de 23 a 27 escaños a la estela del impresionante avance que cosecharon en la urna de las generales y sumarán mayoría en las Cortes Valencianas. Lo harán nuevamente, junto a Compromís y Podemos, a pesar de que ambos retrocedieron dos y cinco escaños, respectivamente, en relación a los comicios celebrados en 2015. Así y todo sus grupos serán imprescindibles para un gobierno del que todo apunta que, en esta ocasión, acabarán formando parte los tres partidos con la incorporación definitiva de los morados.

Los socios de la izquierda tendrán un total de 52 escaños en el Palau dels Borja, tres menos que ahora pero dos por encima de la mayoría absoluta. Suficiente para una segunda versión del Botànic. La previsión que manejó el jefe del Consell para adelantar los comicios le salió perfecta: un poco más para los socialistas, algo menos para Compromís y un escenario mejor para la resistencia de Podemos. A Ximo Puig, le benefició muchísimo unir las autonómicas con las generales, una experiencia que en su momento ensayaron hasta cinco veces con éxito los socialistas andaluces y que se ha demostrado que le ha vuelto a salir muy rentable a la sigla del puño y la rosa en este caso en la Comunidad Valenciana. Es cierto que el jefe del Consell sacó menos votos que Pedro Sánchez pero también que pudo beneficiarse de una muy buen campaña y de la «transfusión» que le realizacion sus socios de Compromís y, especialmente, de Podemos, que a pesar de volver a ser decisivos perdieron fuelle, especialmente los segundos. El PSPV sacó cuatro puntos más, casi la suma de los dos que perdió Mónica Oltra en las autonómicas y los tres puntos que se dejaron los morados de Rubén Martínez Dalmau.

El resultado final de Compromís acabó dando la razón los que se enfadaron en la coalición de izquierdas con la decisión de Ximo Puig de adelantar las autonómicas para unirlas a las generales, las elecciones que peor se les dan históricamente. Eso se vio con el fuerte descalabro que sufrió Compromís en las generales, donde la formación retrocederá al nivel de 2011 con un único escaño para Joan Baldoví, tres menos de los que tenía hasta ahora y una influencia relativa en la formación de gobierno en Madrid. El «doble voto» de una urna a la otra -diez puntos menos en las generales- rebajó las expectativas electorales de los de Mónica Oltra, lo que finalmente también se notó en los porcentajes de las autonómicas. 19 diputados por 17 ahora, dos escaños menos. Aunque consolidan el proyecto político, desde luego, tendrán a la fuerza menos valor en el Consell, no podrán cuestionar a Ximo Puig al sumar con Podemos menos parlamentarios que los socialistas y además tampoco podrán jugar un papel demasiado importante en el Congeso. Y una cosa más: el liderazgo de Oltra empieza a estar tocado. Tienen cuatro años más de Consell para preparar una transición.

Podemos, en coalición con EU, salvó los muebles a pesar de los malos augurios que apuntaban los sondeos. Pierden cinco diputados pero, finalmente, rebasaron con una cierta solvencia el listón del 5% hasta alcanzar el 8%. Es evidente que les benefició en gran medida el papel de Pablo Iglesias en los debates televisados. Esó se vislumbró en el resultado de las generales, donde llegó a superar el 14%. A los votantes morados, probablemente, les gustaba más Oltra que su propio candidato a la Generalitat. Y muchos se fueron con los socialistas o con Oltra. Por poner algún «pero» al resultado del bloque de la izquierda en su conjunto, una vez más, los datos de la provincia de Alicante, donde se defendieron mejor las fuerzas de la derecha. De hecho, cosecharon un escaño más -18- frente a los 17 de la izquierda. El nuevo Botànic tendrá también un flanco que defender en la provincia como su eslabón más débil. Un toque de atención para empezar.

Ana Barceló celebra el resultado de las elecciones en Alicante

En el lado derecho, el PP volvió a sufrir un notable retroceso electoral. Otra debacle. Desde 2011 a 2019, en apenas ocho años, los populares valencianos han perdido la hegemonía política y electoral, dos de cada tres votos y la friolera de 35 escaños. Una auténtica sangría. Ayer se dejaron nada menos que 17 puntos en las generales -la mitad de su porcentaje- y ocho en la urna de las autonómicas. En el nuevo hemiciclo del Palau dels Borja tendrán un grupo de apenas 19 escaños frente a los 31 con los que contaban hasta ahora y, además, serán la segunda fuerza política. Eso deja en el alero la continuidad de Isabel Bonig, muy golpeada por este resultado. El único consuelo que le queda a Bonig para resistir al frente del PP es que Pablo Casado está todavía peor y que, en este momento, no hay nadie con autoridad moral dentro de su partido para cuestionarle. Su única oportunidad era un pacto «a la andaluza» con Ciudadanos y Vox, pero esa opción se quedó sin ningún tipo de posibilidad. Se vio casi desde el primer momento del recuento electoral. En ningún punto de la noche los números le llegaron a dar.

Decepción en el PP por los resultados electorales

Ciudadanos celebra en Alicante el resultado electoral

Vox celebra en Alicante los resultados electorales

Los populares no aprovecharon el avance de Ciudadanos, que consiguió aglutinar una parte del voto que perdió el PP. A la estela del avance de los de Albert Rivera en el Congreso, la candidatura de Toni Cantó logró pasar de 13 a 18 escaños pero sus votos en las Cortes Valencianas, como en Madrid, valen para poca cosa. No son determinantes ni decisivos en tanto que el bloque de derechas se mostró incapaz de sumar los votos suficientes para gobernar. Y en política, las expectativas son muy importantes. Y los de Albert Rivera no las cumplen. Eso sí, Ciudadanos logró convertirse en la tercera fuerza política de la Comunidad con un escaño por encima de Compromís y sólo uno menos que el PP. Las próximas municipales, en menos de un mes, serán una prueba de fuego para el liderazgo de la derecha. Ciudadanos se quedó muy cerca de los populares e, incluso, le venció en ciudades importantes como Alicante. Batalla a la vista. Tampoco aprovecharon en el PP la irrupción de Vox, dicho sea de paso, con una influencia inferior a la esperada. No alcanzaron ni siquiera el 10%, menos que en Andalucía y sus diputados quedarán diluídos al no poder marcar la mayoría en las Cortes. En Alicante se defienden mejor que en el resto de la Comunidad. Ojo a las municipales, donde volverán a jugar un papel determinante. Esa es la batalla que viene a partir de ahora. La segunda vuelta de esta cita Y queda muy equilibrada entre los dos bloques. Las espadas en alto.