Apenas 24 horas después de que los focos de la corrupción apuntasen al PP, con el inicio de un juicio contra el exconseller Rafael Blasco por el caso Cooperación, la corrupción golpeó ayer a los socialistas en València, también en plena campaña electoral ante la doble cita del 28 de abril. Horas después de que se levantase el secreto del sumario del Caso Alquería, que investiga al expresidente de la Diputación de Valencia y alcalde de Ontinyent, el socialista Jorge Rodríguez, por presunta prevaricación y malversación, el PSPV consiguió una solución de urgencia para una historia que arrastra desde la detención del dirigente valenciano hace diez meses, en junio de 2018.

Después de reunirse con el secretario de Organización de los socialistas valencianos, José Muñoz, un encuentro en el que se analizó el alzamiento del secreto de sumario, el también expresidente de la Diputación de Valencia anunció que abandonaba el partido en el que ha militado durante casi veinte años. De esta manera, aunque seguirá de primer edil hasta la cita con las urnas, no liderará la lista de los socialistas en la localidad en las elecciones del 26-M. Una candidatura que se debe presentar ante la Junta Electoral antes del próximo lunes. En lo referente a su futuro político, Jorge Rodríguez no despejó la incógnita sobre si finalmente se presentará a la Alcaldía de su localidad bajo otra marca electoral. En un comunicado, sólo indicó que hará «aquello que más beneficie al pueblo de Ontinyent, que es al único al que se debe».

Presión de Ferraz

Los socialistas valencianos habían sentido la presión de Ferraz, que ya ha demostrado su mano dura con otros investigados, como Isabel García, apartada de la lista al Congreso de los Diputados por València por su imputación por la subvención a un equipo de motociclismo. No obstante, también hay excepciones recientes, entre ellas, la del «sanchista» Alejandro Soler, el exalcalde de Elche y «número tres» del PSOE al Congreso por Alicante, que se ha mantenido en la candidatura alicantina a pesar de declarar apenas unos días antes de arrancar la campaña.

La dirección federal socialista, de la que el valenciano José Luis Ábalos es el máximo responsable como secretario de Organización, guardaba un as en la manga: la comisión federal de listas del partido no dio el visto bueno en su momento a la encabezada por Jorge Rodríguez para Ontinyent bajo el argumento de que estaba suspendido de militancia hasta el levantamiento del secreto del sumario, hecho que se produjo ayer. Y un suspendido de militancia no puede figurar en lista alguna.

Poco antes de la decisión de Rodríguez forzada por su partido, el líder del PSPV y candidato a repetir como presidente de la Generalitat, Ximo Puig, le había pedido que asumiera responsabilidades políticas. «Más allá de las responsabilidades jurídicas hay que asumir las responsabilidades políticas. En las próximas horas habrá novedades», aventuraba Puig durante el día de ayer. Horas después, Rodríguez anunció que dejaba el partido que le aupó a alcalde de Ontinyent en 2011 en coalición con Compromís y EU. Cuatro años más tarde, barrió en las elecciones municipales, duplicando el número de concejales (de 7 a 14) y logrando mayoría absoluta.

Ya conocida la renuncia a encabezar la lista municipal de Ontinyent, el calendario es apretado para los socialistas. El plazo de presentación de candidaturas municipales ante las juntas electorales se abre hoy y se prolonga hasta el lunes 22 de abril. La dirección de Puig ya tuvo que lidiar con la presión de la agrupación local cuando Ferraz movió hilos para evitar que Rodríguez optara a las primarias. Todos los militantes firmaron en su apoyo y amenazaron con crear una plataforma independiente. Ontinyent es plaza estratégica para el PSPV. Es clave para tener la mayoría en la Diputación de Valencia, si bien la situación puede ser distinta por la fragmentación del voto en la derecha. En todo caso, no presentar lista en una cabecera de comarca sería trágico para el PSPV.