Pedro Sánchez inició en 2017 en Castellón el proceso de primarias para recuperar la secretaría general del PSOE -de la que había sido destronado por los barones territoriales del partido- arropado por un millar de militantes de la provincia. Ayer, como presidente del Gobierno y candidato a las elecciones generales del 28 de abril, devolvió el gesto y regresó a la capital de la Plana en el comienzo de la campaña. Sánchez apeló al voto útil y presentó al PSOE como «el único partido que puede frenar a la derecha» e impedir que «España retroceda 40 años».

Sánchez mostró músculo en el arranque electoral en Castellón y desbordó las previsiones de asistencia, con 2.000 personas dentro del Palau de la Festa y quedándose fuera varias centenares. Exhibió una euforia contenida e instó a los socialistas a convencer «a los que alguna vez nos han votado» e, incluso, «a los que no lo han hecho» para contener a «las tres derechas». Hubo menciones a la Comunidad Valenciana y prometió que mejorará la financiación autonómica en la próxima legislatura. También recordó que cerrará la campaña en València. El próximo sábado estará en Alicante.

Su discurso estuvo trufado de referencias a la igualdad entre hombres y mujeres y a la justicia social, pero sobre todo contrapuso «la España de progreso» con «el regreso al «blanco y negro» que representan, sostuvo, PP, Ciudadanos y Vox. «En las elecciones nos jugamos avanzar o retroceder», insistió el socialista, quien reiteró que «ante el mar de siglas, es evidente que hay gente que tiene dudas, pero entre el futuro y el pasado las dudas se disipan; el futuro está en cada uno de nosotros con nuestro voto». Según Sánchez, «dicen que no somos constitucionalistas, pero la Constitución no es patrimonio de nadie, es la patria de todas y todos los españoles. Frente a la manifestación de la plaza Colón, queremos representar a la España que se manifiesta el 8 de marzo por la igualdad, que el 2 de mayo reivindicará mejoras laborales, o a los jóvenes que cada viernes se concentran en favor del medio ambiente».

El jefe del Consell, Ximo Puig, instó a los suyos a no dar por ganadas las elecciones generales y autonómicas. «Si no somos capaces de movilizar, de ir casa por casa, no ganaremos», espetó.

Puig criticó la herencia de los populares en la ciudad de València. «Casado dijo que estaba orgulloso del legado del PP valenciano y de Rita Barberá, y al poco pillaron a su cuñado por mordidas», espetó el aspirante a la Generalitat, que aseveró que «no volveremos a caer en el pozo de la historia con el PP». En el acto de ayer estuvo presente el candidato socialista a presidir la Comisión Europea, el holandés Frans Zimmerman, que al igual que en Alicante habló en valenciano y castellano.