El 28 de abril está abocada a ser una de las noches electorales más largas que se recuerdan en la Comunidad Valenciana. La incógnita sobre si el Botànic tendrá una segunda oportunidad o si, por el contrario, la derecha volverá al poder tras cuatro años de paréntesis no se resolverá pronto. La Conselleria de Justicia, de quien depende la oficina electoral, no prevé tener resultados autonómicos hasta llegada la madrugada ya que la ley electoral marca que primero se recuentan los votos al Congreso de los Diputados, después los del Senado y por último los datos autonómicos. La previsión es que sobre la una de la madrugada puedan darse datos fiables, con alrededor del 90% de los votos escrutados. Los expertos apuntan que con este porcentaje la asignación de escaños varía poco. Y es que esta confluencia de elecciones autonómicas y generales aunque no es inédita (en 1986 Andalucía tuvo doble cita electoral) sí es extraordinaria.
El fin de las mayorías absolutas es un hecho y la previsión de todas las encuestas es la de un parlamento muy fragmentado y con dos bloques diferenciados con opciones de gobierno: el que conforme la izquierda (Compromís, PSPV y Podemos); y el de la derecha (PP, Ciudadanos y Vox). Todo puede depender de un escaño o dos, por lo que habrá que esperar hasta el último momento para saber qué bloque ha ganado. ¿Por qué el recuento se retrasará hasta la madrugada? La clave es el recuento de las papeletas de la Cámara Alta. Cada mesa electoral comenzará el recuento a partir de las 20 horas, cuando los colegios cierren. La tecnología ha avanzado mucho en el procesamiento de los datos, pero el recuento de las papeletas sigue haciéndose como hace cuarenta años, es decir, manualmente.
La LOREG marca que primero se abren las urnas de las papeletas del Congreso. Se empieza por las despositadas físicamente en cada urna y después, se produce el recuento del voto por correo. Este año, dada las fechas festivas, ha aumentado de forma importante esta modalidad de voto. Solo en València ya hay cien mil papeletas y en Alicante se prevén 70.000. Después, como marca el protocolo, votan los miembros de la mesa. Levantada el acta, el procedimiento vuelve a empezar con las papeletas del Senado. Este recuento es más engorroso porque no se trata de amontonar papeletas de uno u otro partido. Hay que abrir los sobres y contar las cruces a cada sendor o senadora. Los más veteranos de la Administración relatan que históricamente el recuento de las papeletas del Senado es lentísimo. No existe además un cálculo fiable del tiempo que se tarda, ya que lo normal es que todo el mundo tenga la vista puesta en el Congreso.
Los cálculos más optimistas es que sobre la media noche pueda estar ya escrutado y enviado a la oficina electoral el 50% de los votos autonómicos. Sin embargo, ante unas elecciones tan reñidas este dato no será significativo. Cabe recordar que el territorio (leáse los colegios electorales de toda la Comunidad Valenciana) tienen censos de electores muy variados, por lo que la curva del escrutinio puede subir rápidamente y luego estancarse en torno al 80% de lo escrutado. Será uan noche electoral será de infarto. Los sistemas de recogida y procesamiento de votos con los que cuenta la Generalitat han avanzado notablemente. La tecnología, cuentan los expertos, ha supuesto un avance, pero, insisten, «la escenografía del recuento» es la misma que la del 77».
Acuerdo para elevar el gasto en cooperación de los cinco partidos
Los cinco partidos con representación en Las Cortes (PP, PSPV, Compromís, Ciudadanos y Podemos, bajo su candidatura Unides Podem EUPV) escenificaron un acuerdo por el que se comprometen con la Coordinadora Valenciana de ONGD a destinar un 0,4% del presupuesto de la Generalitat a la cooperación en 2023. Al acto asistieron los candidatos a la presidencia de la Generalitat del PSPV, Ximo Puig; Compromís, Mónica Oltra, y Ciudadanos, Toni Cantó; así como la número 2 en la lista por Valencia de Unides Podem EUPV, Rosa Pérez Garijo; y la número 9 del PP por Valencia, Verónica Marcos.
