Empleo, listas de espera sanitarias y educación. Estos son los tres ejes sobre los que Isabel Bonig hace pivotar su campaña. La aspirante del PP a presidir la Generalitat esbozó ayer el proyecto político que pretende aplicar si los valencianos le dan su confianza en las urnas y, tratando de evidenciar más fortalezas que debilidades, ofreció un relato convincente y se vendió como la única candidata capaz de devolver a los ciudadanos sus derechos y «sacar a este territorio de la paralización». La también presidenta del PP en la Comunidad abrió la puerta a una vertebración de la Comunidad, teniendo en cuenta la sensibilidad de la provincia de Alicante y sus particularidades en cuestiones como la lengua, la industria o las inversiones en infraestructuras. Frente a una izquierda que pretende acabar con las concesiones privadas y recuperar la gestión pública de los organismos, el PP aboga por las colaboraciones público-privadas que son, en opinión de Bonig, la solución a los problemas que sufre la Educación, la Sanidad, los Servicios Sociales y las Infraestructuras. Estos argumentos se englobaron en un discurso electoral en el que ayer dio a conocer sus principales propuestas de cara a las elecciones autonómicas del próximo 28 de abril en una ponencia que tuvo lugar en el Hotel Meliá, dentro del ciclo de conferencias impulsado por el diario INFORMACIÓN y Global Omnium en el que están interviniendo los líderes de las principales formaciones para estos comicios autonómicos.

En primer lugar, Bonig puso en el punto de mira la Educación y sacó todo su arsenal para criticar la gestión de Vicent Marzà. Con rotundidad e intentando dar un giro de 180 grados a las polémicas en las que ha entrado el conseller de Compromís en los últimos cuatro años, la popular propuso volver al sistema de líneas educativas instaurado en su día por los socialistas y que mantuvo después el PP para que sean los padres quienes elijan la lengua vehicular en la que quieren educar a sus hijos. Bonig manifestó la importancia de la «libertad» para que «haya líneas en valenciano y líneas en castellano», tratando de evitar «confrontaciones en una tierra bilingüe», en referencia a las quejas suscitadas entre la comunidad educativa por la Ley de Plurilingüismo. Según la popular «no se puede imponer ninguna lengua y abrir más guerras, los padres deben elegir lo que quieren para sus hijos». Además de reiterar en numerosas ocasiones que nadie de su partido «cuestiona la importancia del valenciano», lanzó duras críticas contra el modelo educativo del Botànic y lo calificó como «ilegal» y un «arma de confrontación». Además de volver a implantar las líneas, el PP apuesta por instaurar un sistema educativo en los colegios públicos mediante el que, de forma paulatina, el 80% de las asignaturas sean en inglés «para que los niños tengan igualdad de oportunidades con independencia de la situación económica de sus padres», indicó.

Dentro de su apuesta educativa y bajo la realidad de que solo el 4% de los 92.000 estudiantes se plantean estudiar y trabajar en una empresa al mismo tiempo, Bonig anunció que si gana las elecciones autonómicas del 28 de abril pondrá en marcha un «ambicioso» plan de Formación Profesional Dual, que apueste por ese modelo desde la colaboración público-privada, de manera que exista una FP dual concertada: «Estamos hablando de sectores que tendrían fácilmente reinserción laboral, de personas que no quieren continuar con la formación universitaria», sostuvo. La candidata puso como ejemplo el sector del calzado y el del juguete, que requieren «especialización». Para mejorar la gestión de la Educación, el PP propone la colaboración público-privada, de manera que «no solo sea pública sino pública-concertada», precisó la aspirante popular.

Si Bonig se hizo fuerte en su discurso contra la Educación, todavía entonó un mensaje más duro contra la política sanitaria del Botànic en lo que se refiere a las listas de espera. La candidata dejó clara su postura y, de nuevo, precisó que el problema se solventaría con la colaboración público-privada. Para aliviar los problemas más sangrantes de la sanidad pública valenciana, la candidata a presidir la Comunidad pretende establecer por ley los plazos máximos de espera y, transcurrido ese tiempo, el ciudadano elegirá si se queda en el hospital público de referencia o se va a cualquier otro centro concertado por el gobierno de la Generalitat. Entre los pilares del estado del bienestar, además de los asuntos sanitarios y educativos, el empleo juega un papel fundamental. Consciente de esta realidad, Bonig, en clave económica, recordó la denominada «revolución fiscal», mediante la que pretende que más de 700.000 alicantinos paguen menos impuestos gracias a la reducción al 7% del Impuesto de la Renta (IRPF) en el tramo autonómico para los contribuyentes que declaran hasta 35.000 euros. La aspirante volvió a prometer, igual que hizo Ximo Puig en la campaña de 2015, que instalará la conselleria de Turismo en Benidorm.

Cuestionada por la posición del PP sobre el Distrito Digital, la presidenta del PP quiere convertir Alicante en un foco de atracción de Inteligencia Artificial. Isabel Bonig pretende adelantarse a los mejores y crear un marco que genere riqueza en la zona cuanto antes, para poner a la provincia al nivel europeo y de Estados Unidos, donde ya se está formando el grupo de expertos en Inteligencia Artificial. Bonig aseveró que esa posición está hablada con el presidente nacional del PP, Pablo Casado y, además, se mostró a favor del Distrito Digital aunque mostró su oposición a que se impulse desde un «chiringuito» como la Agencia Valenciana de la Innovación, cuya gestión calificó de «desastrosa». Al respecto, criticó las medidas fiscales de la «coalición sanchista», y lamentó que las empresas «no vendrán a invertir» con las políticas de Ximo Puig.

En el turno de preguntas, la candidata del PP a presidir la Generalitat no dio prácticamente importancia a la discriminación que sufre Alicante frente a otras provincias, una circunstancia que todas las fuerzas políticas han denunciando en multitud de ocasiones, instando a Pedro Sánchez a que impulse los cambios necesarios para conseguir «inversiones justas». En su opinión, el PP ha demostrado que «sabe conseguir las inversiones de Madrid cuando gobierna y transformar la Comunidad Valenciana y la provincia gracias a sus prioridades».

A sabiendas de que un escenario más que problable tras la cita electoral del 28-A es que sean necesarios los pactos, Isabel Bonig no se negó a un futuro acuerdo con la fuerza ultraderechista Vox, aunque dejó claro que su única intención en estos momentos es «salir a liderar el bloque centro derechas». Los pactos «ya vendrán a posteriori», afirmó Bonig. Ante cerca de 150 personas y buscando captar apoyos y movilizar a los votantes dubitativos, pidió una mirada reflexiva a los ciudadanos «para que sepan bien lo que votan». Terminó su intervención exigiendo a los partidos que no subestimen al PP ni a las mujeres y dejando bien claro que lo primero que hará si gana las elecciones es disfrutar de las playas alicantinas.

Amplia asistencia de cargos del PP

Isabel Bonig reunió a unas 150 personas con una amplia representación de candidatos, diputados y militantes

La aspirante a convertirse en presidenta de la Generalitat reunió a una amplia representación de candidatos, cargos y militantes del PP, que no quisieron perderse la conferencia que se engloba dentro del ciclo denominado «Propuestas de futuro» y que organiza INFORMACIÓN y Global Omnium para que los candidatos presenten sus programas electorales. Isabel Bonig estuvo respaldada por la secretaria general del PP y portavoz adjunta en las Cortes, Eva Ortiz; el presidente provincial de Alicante, José Císcar; la candidata al Congreso de los Diputados, Macarena Montesinos; los diputados autonómicos José Juan Zaplana, Manuel Pérez Fenoll, Elisa Díaz, José Salas, Fernando Pastor y Juan de Dios Navarro además de otros candidatos y miembros del Partido Popular.

En la conferencia de Isabel Bonig también estuvieron el presidente de la Diputación y número uno al Congreso de los Diputados, César Sánchez, además de Luis Barcala, alcalde de Alicante, junto a los concejales Israel Cortés, José Ramón González y Carlos Castillo, también vicepresidente de la Diputación. Además, la presidenta del PP en la Comunidad Valenciana contó con el apoyo del primer edil de Benidorm, Toni Pérez; la alcaldesa de Almoradí, María Gómez García; del regidor de Orihuela, Emilio Bascuñana, o del número uno al Senado y alcaldable en Elche, Pablo Ruz, acompañados del coordinador provincial del PP, Raúl Dalmau, y de concejales de numerosos municipios de la provincia como Alicante, San Vicente del Raspeig o El Campello. Por parte de la Diputación también acudió Carmen Verdú, diputada de Bienestar de las Personas; Juan Bautista Roselló y Toño Peral, del Área de Presidencia; Alejandro Morant, vicepresidente y diputado de Hacienda y José López Garrido, del Consorcio de Bomberos. En nombre de Global Onmium acudió Enrique Sáez, delegado de Alicante-Murcia; Jesús Civera, consejero; y Dionisio García, CEO.

El acto contó con la presencia del director general de Contenidos de INFORMACIÓN, Juan R. Gil; el director de INFORMACIÓN, Tomás Mayoral; y el director de INFORMACIÓN tv, Adrián Ivorra. También estuvieron presentes el presidente de la CEV en Alicante, Perfecto Palacio, con el adjunto primero del Síndic de Greuges Ángel Luna y el síndic de Greuges José Cholbi. De APSA (Asociación Pro-Discapacitados Psíquicos) acudió su presidenta Nito Manero, el gerente Carlos Giner y la directora María José Juan. También acudieron de la FAPA Gabriel Miró y de la Federación de Apas de Alicante.