Información

Información

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

El PP allana un futuro pacto con Vox

Casado presenta un programa lleno de guiños a la ultraderecha

El PP allana un futuro pacto con Vox

Un programa para que no haya muchas discrepancias en el supuesto de que haya que cerrar un pacto con sus dos posibles socios de gobierno, Ciudadanos y, especialmente, los ultras de Vox. El presidente del PP, Pablo Casado, presentó ayer en Barcelona 500 medidas para las elecciones del próximo 28 de abril. Un programa electoral que se basa en «cinco principios irrenunciables», comenzando por que «España es una nación de ciudadanos libres e iguales», donde los «símbolos del Estado deben ser respetados», donde se deben «reforzar los elementos comunes que vertebran la nación, especialmente la lengua de todos, el español», y donde la Ley de Memoria Histórica se elimina «por la división que ha generado», para crear en su lugar una Ley de Concordia. Propuestas todas ellas que forman parte del corpus programático de la formación ultraderechista Vox.

De salida, Casado propone reforzar la presencia del Estado en todas las comunidades autónomas, ampliando los los recursos materiales y humanos a disposición de las Delegaciones del Gobierno. Lejos de pensar en que las comunidades autónomas amplien competencias, una eventual reedición del Pacte del Botànic, con Pablo Casado de presidente del Gobierno de España se encontraría con una moratoria que paralizará la cesión de nuevas transferencias, al igual que se realizará «una completa evaluación del funcionamiento del Estado Autonómico desde una perspectiva de eficiencia y equidad». Ese freno a la posible ampliación del autogobierno valenciano es paralelo a un sistema de financiación autonómica, que el PP plantea reformar desde «los principios de igualdad, equidad, transparencia y corresponsabilidad fiscal», sin marcar plazos ni condiciones. Al igual que los populares proponen una reforma del sistema de financiación de los ayuntamientos.

Las 500 medidas del PP no dejan pasar por alto el asunto de la lengua, especificando que quieren desarrollar el artículo 3 de la Constitución a través de una Ley Orgánica de uso del castellano como lengua oficial del Estado, que garantice «su utilización en todas las comunicaciones públicas realizadas en cualquier parte del territorio nacional, sin perjuicio del empleo de las lenguas cooficiales allí donde existan». Para Casado solo «tendrán carácter oficial aquellos actos administrativos que se realicen, al menos, en castellano», nadie podrá ser sancionado si no se le ha comunicado en castellano la infracción y las señales, paneles y placas, urbanas e interurbanas «utilizarán siempre, al menos, el castellano». De este modo, debería desaparecer toda la señalética que esté escrita únicamente en valenciano.

En cuanto a la enseñanza, las medidas lanzadas por Casado consideran que «en aquellas comunidades autónomas en las que existan lenguas cooficiales, éstas podrán también ser previstas como lenguas vehiculares»», aunque la lengua vehicular ordinaria de la enseñanza en todo el territorio español será el castellano. En todo caso, este respeto por las lenguas oficiales no priva a Pablo Casado de anunciar que va a promover «la presencia de las manifestaciones culturales y deportivas nacionales en todos los ámbitos», ya sea de compañías artísticas o de «selecciones deportivas nacionales en todas las comunidades autónomas».

En esta línea de impulso de los símbolos nacionales, además de una ley que defienda «la convivencia y la neutralidad institucional», Casado propone promover la Fiesta Nacional del 12 de octubre en el conjunto de la sociedad española, con «actividades en torno a ella en todos los centros escolares españoles», actividades que en el caso de la Comunidad Valenciana coincidirán en gran medida en el tiempo en los preámbulos con la celebración del Nou d'Octubre.

Otro asunto que preocupa sobremanera a los valencianos es la gestión de los recursos hídricos, para la que el PP quiere impulsar un Pacto Nacional por el Agua, consensuado con las comunidades autónomas, regantes y todos los sectores afectados. Este Pacto por el Agua debería «dar respuesta a los déficits hídricos y garantizaremos la disponibilidad de agua en el futuro, desde la solidaridad y la cohesión territorial». De cara al turismo, el PP pretende eliminar las tasas que gravan específicamente a los visitantes. En este mandato, el presidente del Consell, Ximo Puig dejó aparcada la tasa turística, a pesar de la insistencia de Podemos en que se aprobara por lo que será uno de los temas que se debatirán en profundidad los socios de un hipotético Pacte del Botànic II para la Comunidad Valenciana. Todo preparado, por tanto, por si el PP necesita a la ultraderecha.

De campaña con Núñez Feijóo, promotor del requisito del gallego en su administración

La candidata del PP se hace la foto con el dirigente que desafió a Casado con el uso de las lenguas cooficiales

En la agenda de la candidata del PP a la Presidencia de la Generalitat, Isabel Bonig, figura desde ayer otro presidente autonómico de su mismo partido. Si primero fue el andaluz Juan Manuel Moreno Bonilla, ayer lunes visitó la Comunidad Valenciana el presidente de la Xunta Alberto Núñez Feijóo, cuyo partido ya ha votado a favor en su parlamento «mantener la exigencia de la acreditación del conocimiento de la lengua gallega» en las oposiciones de la enseñanza y también el conocimiento del gallego como «requisito» en el acceso a los puestos de la Administración general autonómica».

Este apoyo de los populares gallegos a una moción del Partido Socialista de Galicia (PSdeG), contrasta con la promesa del líder nacional del PP, Pablo Casado de eliminar el «requisito lingüístico» de lenguas oficiales diferentes al castellano, propuesta que el candidato del PP a presidente del Gobierno lanzó precisamente en un acto celebrado en Alicante, en presencia de Isabel Bonig. En este sentido, Alberto Núñez Feijóo se ha mostrado más distanciado que su compañera castellonense, aspirante a dirigir el Consell, que ha apoyado sin discrepancias la propuesta de Casado y ha llegado a anunciar que en la Comunidad Valenciana se va a retirar el requisito lingüístico incluso en la Educación, aprobado en 2002 por Eduardo Zaplana cuando estaba al frente de la Generalitat. Alberto Núñez Feijóo, acompañado por Isabel Bonig visitó ayer la empresa Porcelanosa de Vila-real (Castellón), donde aseguró que «en Valencia hay nacionalistas y en Galicia también, y les aseguro que ni a Valencia ni a Galicia les irá bien con el nacionalismo», señaló ayer el presidente del PP gallego.

Lo último en INF+

Compartir el artículo

stats