El presidente de la Generalitat y candidato a la reelección, Ximo Puig, volvió ayer al Jardín Botánico de València, el enclave en el que hace casi cuatro años rubricaba un histórico pacto de gobierno con Compromís y Podemos que permitió a la izquierda regresar al Palau tras veinte años de gobiernos del PP. Lo hizo para cerrar la convención programática «Seguir Sumando Futuro», que el PSPV arrancó el viernes en Castellón, prosiguió el sábado en Elche y cerró ayer en el Cap i Casal. En el acto, en el que estuvo arropado por los consellers y candidatos Vicent Soler y Gabriela Bravo, el socialista Puig puso la atención en un asunto que, por ahora, no había apenas entrado en la precampaña autonómica: el cambio climático.

El jefe del Consell prometió la creación de un Centro de Control de la Contaminación Atmosférica para «tener sistemas de alerta temprana y conseguir que haya seguridad, información y transparencia de una situación que cada vez es más difícil y urgente combatir». El socialista, que aspira a revalidar el cargo al frente del Consell cuatro años más, se comprometió a «promover un centro de vigilancia y seguimiento de la contaminación atmosférica para ser eficientes en esa transparencia que exigen los ciudadanos y saber cómo afecta a su salud esa contaminación que tenemos que mitigar».

Puig apuntó al cambio climático como «uno de los grandes retos del futuro». En este sentido, el dirigente socialista defendió la necesidad de «acelerar» en la próxima legislatura la Agenda Valenciana Contra el Cambio Climático, para que «sitúe a la Comunidad Valenciana como una referencia en esta lucha» porque, según añadió: «Aunque la sociedad valenciana no pueda parar por sí misma el cambio climático, debemos ser activos y ocuparnos de nuestra parte de corresponsabilidad».

En la misma línea, Puig también propuso ayer el impulso de un pacto valenciano por los bosques con todos los actores políticos y sociales porque para que los «bosques no desfallezcan», una promesa que vino a recordar a la realizada por José Luis Rodríguez Zapatero, también en una campaña electoral, que se comprometió a plantar 45 millones de árboles si ganaba las elecciones. Una medida que, sobre el papel, superó Mariano Rajoy, que prometió 500 millones de ejemplares. Ahora, en la Comunidad, según el candidato a la Generalitat del PSPV, «hay que buscar una nueva gestión de los bosques sostenible más allá de la protección frente a los incendios y que nos ayude, a su vez, en la lucha contra la despoblación».

Durante el encuentro del PSPV celebrado, que supuso el cierre a una convención programática dividida en tres jornadas que recorrieron la Comunidad de norte a sur, Puig anunció además el desarrollo de un centro de ciberseguridad en València que «intente generar un clúster en las políticas de ciberseguridad en un entorno de desarrollo tecnológico y de emprendimiento para actuar como tractor de un sector esencial para el desarrollo de la sociedad digital» y que «sirva para aprovechar las sinergias que puedan surgir alrededor de la base de la ONU de Quart de Poblet (Valencia) y ser así vanguardia en ciberseguridad».

Para el dirigente socialista, «la innovación es el caballo sobre el que debe aterrizar la nueva economía» y, para ello, puso de ejemplo la Agencia Valenciana de la Innovación (que Compromís está reclamando esta precampaña electoral que tenga la sede en Alicante) de la que dijo que «es un gran instrumento para la transferencia de esa innovación y ese nuevo modelo económico que estamos diseñando hacia las pymes».

El secretario general del PSPV remarcó la importancia que tiene para el futuro la puesta en marcha de un valencianismo «integrador, no excluyente, que sea en castellano y valenciano». Dentro de ese «valencianismo» del que habló Puig, reivindicó la necesidad de una reforma del modelo de financiación que acabe con el maltrato que arrastra la Comunidad, insistiendo en un mensaje que ha marcado sus actos de precampaña, incluido el «diálogo» que mantuvo el pasado jueves en Alicante con el presidente de la CEV en Alicante, Perfecto Palacio, en el que coincidieron en hacer frente común para exigir en Madrid un mejor trato. «En la próxima legislatura exigiremos la solución de este tema gobierne quien gobierne en Madrid», insistió ayer Puig, quien admitió que «si gobierna Pedro Sánchez será más fácil de conseguir». El actual modelo de financiación caducó hace más de cuatro años.

Extrema derecha

Al margen de lo tratado durante la convención programática del PSPV que concluyó ayer en el Jardín Botánico de València, Puig, ante los micrófonos de los medios, también abordó otros asuntos. Entre ellos, la irrupción de la ultraderecha, protagonista de una precampaña en la que ha optado por guardar un perfil bajo, sin apenas apariciones públicas de sus principales líderes a nivel nacional. Preguntado Puig por los partidos de extrema derecha, el dirigente socialista admitió que le «preocupa mucho» que se intente «poner celofán» respecto a lo que significa «la extrema derecha y sus principios, que son los mismos aquí, en Estados Unidos, en Hungría y en Polonia». Para Puig, partidos como Vox son «una apelación a lo peor del ser humano, al racismo, la xenofobia, al odio, al rencor, al identitarismo, al nacionalismo excluyente». Al candidato socialista a la Generalitat le «preocupa que se entienda que en un combate lógico político ideológico, aquellos que combaten los derechos humanos, que ha sido ese ámbito de civilidad en la que ha llegado la sociedad, se ponga en cuestión».

Por último, Puig defendió la relación entre Cataluña y la Comunidad Valenciana, poniendo en valor el intercambio económico entre ambos territorios, además de reconocer su deseo de que establecer alianzas en asuntos como el debate de la financiación o la cuestión de las infraestructuras.