Adrián Ballester no se podía imaginar en noviembre del año pasado que en la fase de instrucción militar necesaria para ser reservista voluntario del Ejército de Tierra coincidiría con los días previos de la campaña electoral de los comicios autonómicos, adelantados de fecha un mes, y de las elecciones generales, avanzadas por Pedro Sánchez. Posiblemente tampoco sabría por aquel entonces que iba a figurar en la tercera posición de la lista a las Cortes Valencianas. Pero menos pasaría por su mente que en su periodo de recluta iba a coincidir con el expresidente de Baleares, José Ramón Bauzá, alto cargo del PP durante años, que se dio de baja del partido en enero y que hace un par de días confirmó su «trasvase» a Ciudadanos para las europeas.

Y con estos dos currículums políticos tan extensos, Ballester y Bauzá son ahora compañeros en el acuartelamiento de San Fernando, en Cádiz, dos reclutas que seguro que tienen muchas cosas de las que hablar los próximos días. De hecho, como señaló ayer Adrián Ballester al diario INFORMACIÓN, «estamos haciendo migas», y eso que ya no pertenecen a la misma formación política. Cuando el político alicantino finalice esta «gran experiencia», aunque esté separado por unos días de sus dos hijos, le espera una jura de bandera de la que saldrá con el rango de alférez. Ballester ya ha besado la enseña nacional, al menos, dos veces como civil, pero el 12 de abril será la primera vez que lo haga como militar, el mismo día que comienza la campaña electoral del 28-A. En cualquier caso, su puesto al acabar esta formación, además de regresar a la política, será en el Mando Conjunto de la Ciberdefensa, donde podrá aplicar sus conocimientos como ingeniero técnico de Telecomunicaciones. De momento, su día a día incluye episodios como el que tuvo que superar ayer, un análisis para detección de drogas y un examen.