La universalidad del sistema valenciano de salud tuvo ayer un protagonismo destacado en el discurso de Ximo Puig. Primero fue la matrícula universitaria gratuita para los buenos estudiantes que superen el curso. Seguidamente, un plan piloto de construcción de 500 viviendas colaborativas destinado a personas mayores o con diversidad funcional. Ahora, el presidente de la Generalitat y candidato socialista a la reelección hace un guiño a la Sanidad para que todas las personas puedan recibir asistencia mediante un sistema eficiente. En la escala de sus principales preocupaciones, Ximo Puig anunció ayer que su máxima prioridad es una sanidad pública consolidada vinculada en todo momento a la igualdad.

El presidente de la Generalitat se comprometió a rescatar de manera inminente el servicio público de Sanidad en la Marina Alta para que el Hospital de Dénia vuelva a manos del Consell. Las negociaciones están en marcha y ya existe un principio de acuerdo para dejar vía libre a Sanidad.

Tras concluir la reversión del Departamento de Salud de la Ribera hace justo un año, la Conselleria se marcó como objetivo revertir a lo público antes de las elecciones autonómicas el Hospital de Dénia, propiedad de DKV y Ribera Salud. En un acto celebrado ayer en Valéncia, Puig puso sobre la mesa la privatización del modelo sanitario que lleva más de diez años crispando a ayuntamientos y colectivos de la comarca. Las conversaciones entre la Generalitat y la actual concesionaria están abiertas y de manera inminente ambas partes pretenden llegar a un consenso que les beneficie. Así lo puso de manifiesto Puig, quien añadió que en cuestión de solo unos días se intentará llegar a un acuerdo y que se está trabajando sin pausas en la reversión. Su principal escollo: las exigencias económicas de la empresa. De no alcanzar un entendimiento y si la concesionaria «va más allá de lo razonable», la Generalitat comenzará un proceso de rescate para ofrecer a la comarca un servicio público de Sanidad. El presidente pretende dar respuesta a una demanda social: «Es un compromiso que adquirimos con la ciudadanía, y en el que existe una voluntad social importante para que La Marina vuelva a ser público y que tiene como objetivo mejorar la gestión y la atención a los pacientes».

Este anuncio coincide con el primer aniversario de la reversión a la gestión pública directa del Hospital de Alzira, 365 días en los que ha habido nuevas inversiones e incrementos de personal pero también denuncias por el incremento de las listas de espera y el empeoramiento de las condiciones laborales. El Departamento de Salud La Ribera, en Alzira, volvió al control público el 1 de abril de 2018, después de funcionar durante casi veinte años como una concesión administrativa. La reversión contó desde el principio con la posición en contra del PP, que acusó al Gobierno del Botànic de «primar la ideología sobre la salud» e inició una recogida de firmas, mientras que Ciudadanos advirtió de que se produciría un «caos» en la gestión del personal.

Con la mirada puesta en Alzira para seguir los mismos pasos y con la estrategia de dar importancia a la sanidad para dar un salto de calidad, el presidente anunció ayer que quiere resolver asuntos pendientes y para ello la principal apuesta es crear un Estatuto del Investigador para ofrecer estabilidad a los profesionales en la búsqueda de soluciones para enfermedades como el cáncer o el alzheimer. «Sin investigación no hay futuro de la medicina. Contamos con una tecnología extraordinaria que necesita de grandes profesionales que trabajen de forma estable». Ximo Puig no dejó pasar la oportunidad de mencionar los logros consolidados en los últimos años en esta materia: «Ya hay 30.000 personas que están dentro del sistema de universalización de la sanidad y 15.000 personas que gracias a los medicamentos han salvado su vida de la hepatitis C». No obstante, el presidente reconoció que queda mucho por hacer «porque estamos hablando de la conselleria más importante en cuanto a inversión».