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Arrimadas se cree que está en Cataluña

La candidata de Cs al Congreso centra su discurso, en un íntimo acto de campaña en Alicante, en la deriva nacionalista que, a su juicio, está sufriendo la Comunidad Valenciana

Los candidatos de Ciudadanos Marta Martín, Toni Cantó e Inés Arrimadas, ayer en el acto en Alicante. álex domínguez

Con la vista puesta permanentemente en Cataluña. Así transcurrió el acto de campaña de Ciudadanos en Alicante de ayer, protagonizado por la cabeza de cartel de la formación al Congreso por Barcelona, Inés Arrimadas, que se celebró en un lugar poco accesible (la terraza de un centro comercial) y al que apenas asistió un centenar de personas, la mayoría cargos del partido. Más que un acto de precampaña en una provincia clave para el resultado del 28-A, parecía más bien una reunión de amigos.

Arrimadas, ya desde el inicio, marcó la línea argumental de un discurso que apenas se movió un milímetro de la crítica al nacionalismo catalán, con alusiones continuas al «procés», que extrapoló constantemente a las políticas del Gobierno del Botànic en los últimos cuatro años en la Comunidad Valenciana. «Aquí estáis igual que en Cataluña hace diez años», dijo. Y de ahí no salió. En su intervención, posterior a las palabras de la «número uno» de la lista de Cs al Congreso por Alicante, Marta Martín, y del candidato naranja a la Generalitat, Toni Cantó, la jerezana alertó de que la Comunidad se encuentra en la misma deriva que Cataluña. «Estáis siguiendo los mismos pasos. El nacionalismo no solo está en Cataluña, se contagia más rápido que la gripe», siguió. De ese escenario culpó, en todo momento y de manera directa, a Compromís y, también, al PSPV de Ximo Puig por ceder ante su socio. Lo mismo dijeron, tirando de argumentario, la alicantina Martín y sobre todo el valenciano Cantó.

Las palabras de unos y otros, un trío que hizo acto de presencia en el lugar elegido para el acto íntimo con el retraso usual de toda campaña electoral, fueron seguidas desde la primera fila por los habituales dirigentes del partido. Entre las caras más conocidas, el coordinador autonómico de la formación, Emilio Argüeso; la síndic de Cs en las Cortes y alcaldable virtual en la capital alicantina, Mari Carmen Sánchez; el diputado autonómico Emigdio Tormo, el senador Luis Crisol y el coordinador de Organización en Alicante y «número cuatro» al Congreso, Adrián Santos, entre otros. Los concejales de Cs en la capital, por su parte, se perdieron las intervenciones, y es que en sus agendas tenían un acto irrenunciable: el pleno ordinario del Ayuntamiento de Alicante del mes de marzo, en el que se unieron a PSOE y Compromís, frente al PP del alcalde Barcala, en el punto más relevante del orden del día que trataba sobre el proyecto del Parque Central. Sí estuvo presente en el acto de campaña Lorenzo Plaza Arrimadas, que fue secretario del Ayuntamiento de Alicante hasta 1997 y, como se adivina por el apellido, también es tío de Inés Arrimadas.

Desde las últimas filas y con atención siguió las palabras de su sobrina, que habló mucho de Compromís, pero que en clave nacional aludió constantemente al binomio PP-PSOE, a los que puso a un nivel similar en aspectos como las «cesiones» a los nacionalistas, el cambio de discurso en función del territorio o los resultados de las políticas económicas (los datos del paro, dijo, son iguales con unos que con otros). Ambos partidos, entre los que se encuentra en teoría Cs (a la izquierda del PP y a la derecha del PSOE), fueron blanco de sus ataques por creerse además los propietarios de La Moncloa, que en las últimas cuatro décadas solo ha conocido inquilino de carné popular o socialista.

Fecha de caducidad

Eso sí, Arrimadas defendió que su líder nacional, Albert Rivera, haya tendido la mano al PP, en un «ejercicio de responsabilidad», para evitar la «vergüenza» de que haya un nuevo Ejecutivo presidido por Pedro Sánchez, al que acusó de haber puesto «fecha de caducidad» a la unidad del país, en alusión a las palabras del líder del PSC, Miquel Iceta, sobre la hipotética independencia de Cataluña. Así, para desalojar al socialista del Gobierno, Arrimadas pidió una participación masiva en las urnas el próximo 28 de abril, siguiendo la estela de lo dicho en Alicante, hace menos de una semana, por el propio Sánchez para, en su caso, evitar que un tripartito de derechas, Vox incluido, se haga con el mando del país tras las generales.

En ese reparto de golpes, de diferente intensidad, a izquierda y derecha, Arrimadas también criticó al aspirante del PP al Gobierno, Pablo Casado, pero para acusarle de «graciosillo», refiriéndose así al intercambio virtual de carteras ministeriales que empezó el popular ofreciendo a Rivera la titularidad de Exteriores y que continuó con, éste en tono de broma, proponiendo a Casado para estar al frente de Universidades, por eso de la polémica con su máster en la Rey Juan Carlos.

Mientras Arrimadas hablaba en un acto sin banderas ni gritos, aún resonaba en el ambiente «Santa Lucía» de Miguel Ríos. El cantante hace ahora tres años, tras las últimas generales, firmó un manifiesto, junto a otras 450 personas, para reclamar un «gobierno de progreso» con un acuerdo «de mínimos» entre PSOE, Podemos y Cs. Visto lo visto ayer, parece que ese deseo debe esperar. El escenario es otro.

Cs se enreda en la crítica a Compromís: cerrará Transparencia y quitará las ayudas al desarrollo

Cantó desacredita al departamento que dirige Alcaraz, al afirmar que hay otros mecanismos ante la corrupción sin advertir que incluye otras áreas

Ciudadanos, en su acto íntimo de ayer en la terraza de un centro comercial de Alicante con vistas al Puerto y al Castillo, centró sus dardos electoralistas en dos de los socios del Botànic: PSPV y Compromís. La Conselleria de Transparencia, dirigida por el alicantino Manuel Alcaraz, fue diana preferencial de las palabras del candidato de Cs a la Generalitat, Toni Cantó, quien cargó con dureza contra un departamento que engloba cuatro áreas distintas, lo que le llevó a anunciar, tal vez sin intención, que eliminaría el presupuesto destinado ahora a Cooperación, que supone un 63% de la conselleria, 33 millones del total de sus 52 millones. «Compromís ha llenado la administración de enchufados. Ahora tenemos diez consellerias y las dejaremos en siete. Entre las que no sirven de nada está Transparencia», arrancó Cantó su ataque contra una conselleria con ADN del Botànic: «No sirve de nada porque ya existe un Consejo de Transparencia, una intervención...». Así, Cantó restaba relevancia a la «pata» de la conselleria que se dedica a luchar contra la corrupción. Pero en su intervención, sin decirlo, también venía a anunciar que dejaría en cero el dinero destinado a las otras tres áreas: Responsabilidad Social, Participación y Cooperación. Y eso que minutos antes había criticado al PP por «robar las ayudas que generosamente se donaban a los que más lo necesitan en África». Unas palabras que a la mayoría de los presentes les trasladó a los procesos judiciales contra el exconseller Rafael Blasco (PP) por Haití y Nicaragua, ambos en suelo americano. «Esta conselleria tiene un presupuesto de 49 millones. ¿Sabéis cuántos médicos se pueden contratar? A 900», prosiguió Cantó, quien desveló que si accede al gobierno de la Generalitat tras el 28-A cerrará la actual conselleria de Transparencia, que suma a Responsabilidad Social, Participación y Cooperación.

«Viendo vuestras primarias...»

Ante el envite de Cs, la respuesta desde Compromís no se hizo esperar. Fue a través de Aitana Mas, ex directora general del departamento autonómico y actual cabeza de lista de la coalición a las Cortes por Alicante. «Viendo cómo hacéis las primarias, casi mejor que mantengáis la Conselleria de Transparencia, que también es la de Participación», le espetó la candidata a Cantó a través de su perfil en redes sociales.

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