En el «ring» no hay amigos. Y en el camino hacia las elecciones generales y autonómicas del 28 de abril, menos si cabe. Así lo está evidenciando el presidente de la Generalitat y candidato del PSPV a revalidar el cargo, Ximo Puig, que en los últimos días está evidenciando la estrategia electoral de su partido, con la vista puesta en las urnas, de «pescar votos» en caladeros «ajenos», en competencias de ámbito social que han estado durante estos últimos cuatro años en manos de su principal socio en el Gobierno del Botànic: Compromís. En concreto, en dos de las consellerias «estrella» gestionadas por la coalición liderada por Mónica Oltra.
El pasado sábado, en el Paraninfo de la Universidad de Alicante y con el presidente del Gobierno y candidato socialista a la Moncloa, Pedro Sánchez, como testigo de excepción, Puig aprovechó su intervención en el arranque oficial de la precampaña en la Comunidad Valenciana para empezar a dar forma al listado de promesas electorales. En este caso, por eso de estar en el ámbito académico, el dirigente socialista miró hacia la Conselleria de Educación, que ha dirigido un Vicent Marzà envuelto por conflictos en asuntos como el plurilingüismo o los recortes en conciertos con la educación concertada. «A partir del año próximo, todos los estudiantes universitarios que aprueben el curso tendrán la matrícula gratis al año siguiente», señaló Puig, quien abogó por un principio básico: «No hay nada más importante que la educación y la igualdad de oportunidades». El presidente Pedro Sánchez no quiso desaprovechar la oportunidad, sumándose a la promesa de Puig en materia educativa: «Es muy valiente y necesaria. Puedes contar con todo el apoyo del Gobierno de España», añadió el dirigente del Ejecutivo central, que pretende también revalidar el cargo tras el paso por las urnas del próximo 28-A.
La mirada de Puig sobre una de las competencias de Compromís durante este mandato, y que pretendería a buen seguro renovar si se reedita el Gobierno del Botànic, no se quedó solo en las matrículas gratis para los universitarios que saquen adelante todas las asignaturas, sino que también les hizo un guiño a aquellos que pretenden completar sus estudios en el extranjero. «Multiplicaremos por cinco el número de beneficiarios de las ayudas de la Generalitat a las Becas Erasmus tanto universitarias como Formación Profesional», prosiguió Puig, en un nuevo gesto electoral relacionado directamente con una competencia dirigida por Compromís, a través de Marzà, pero que el PSPV conoce de primera mano, ya que la actual directora general de Universidades, Investigación y Ciencia, la profesora Josefina Bueno, forma parte de ese segundo escalón de la Generalitat a propuesta de un PSPV que lleva ya dos intentos fallidos de situarla al frente de una lista electoral: para las Cortes Valencianas en 2015 y para la Alcaldía de Alicante, en 2019.
Ya anunciado la intención de que los universitarios que pasen curso con el expediente inmaculado tengan matrícula gratis y de aumentar las Becas Erasmus, el presidente Puig tardó solo dos días en volver a «picar» en una competencia que ha estado en manos de Compromís durante este mandato. Y no era cualquiera. Tal vez, la «joya de la corona» de la coalición, el área liderada por la propia Mónica Oltra: la conselleria de Igualdad y Políticas Inclusivas. Y es que Puig hizo un guiño a dos sectores en riesgo de vulnerabilidad, como son las personas mayores y el colectivo con diversidad funcional. En este caso el lugar elegido tampoco fue casualidad. Puig volvió 48 horas después a Alicante para asistir a un acto de la Plataforma «Volem Més», en la que participó también la «número tres» del PSPV a las Cortes por Alicante, Laura Soler. «Impulsaremos un plan de 500 viviendas colaborativas para que personas mayores y personas con diversidad funcional puedan tener espacios habitacionales para vivir dignamente y con autonomía», señaló el dirigente socialista, mirando de nuevo hacia colectivos sociales cuyas políticas han estado este mandato bajo la dirección de Compromís.
Según Puig, su promesa electoral se trataría de un «plan piloto» que se está desarrollando en distintos países de Europa, y de manera puntual en Alicante, y que «pretende ofrecer una mayor calidad de vida a las personas en un momento crucial de su vida, en el que tienen muchas oportunidades de vivir con dignidad». La alicantina Laura Soler, por su parte, añadió que este tipo de viviendas «permite que personas con una vida independiente puedan tener un día a día sin la ayuda de sus familias y con servicios compartidos», en un alegato a favor de la «lucha por la autonomía personal». El plan de Puig comenzaría con medio millar de viviendas y se desarrollaría en colaboración con los ayuntamientos. Se tratarían de viviendas de nueva construcción o rehabilitación que «garantizarían la plena accesibilidad, así como espacios comunes de servicios como para relacionarse».
Y así, intentando «pescar» en caladeros de Compromís ligados a su lema de «rescatar personas», ha iniciado Puig una campaña que pretende que le mantenga, tras el 28-A, al frente de la Generalitat. Por ahora, durante las próximas cuatro semanas, los socios de gobierno han pasado a ser rivales electorales, ya que ambos, tanto el PSPV -en principio, con ventaja- como Compromís, aspiran a ser la lista más votada de la izquierda para poder situarse al frente de un Ejecutivo que, ambos esperan, vuelva a firmarse en el Botànic. Hasta ese momento, todo voto cuenta, sea de competencia «propia» o «ajena». En el 2015, los socialistas ganaron el pulso por solo cuatro escaños, una diferencia lograda en Alicante.
