Hace cuatro años, cuando se produjo el relevo en la Generalitat con el Acuerdo del Botànic, uno de los grandes problemas que arrastraba la administración autonómica era, precisamente, la hipoteca reputacional derivada de las investigaciones por corrupción que afectaban a la gestión del PP después de dos décadas. Uno de los asuntos que más impacto generó fue el fraude en la cooperación internacional, que surgió a raíz del desvío de fondos en las ayudas de emergencia del Consell para Haití y que terminó con el exconseller Rafael Blasco en la prisión valenciana de Picassent. La creación de la conselleria de Transparencia no solo ha supuesto que se hayan multiplicado las ayudas a la cooperación como emblema de la política exterior de la Generalitat sino que, además, la gestión haya disipado de un plumazo todas las dudas arrastradas de la etapa del PP.
Para la próxima legislatura, Compromís, responsable de la gestión de la conselleria con el alicantino Manuel Alcaraz al frente, quiere dar un paso más en la política de ayuda internacional y propondrá en su programa electoral que, en el caso de que la izquierda sume y se pueda reeditar un Pacte del Botànic, se impulse una Agencia Valenciana de Cooperación que permita desarrollar de forma directa la acción exterior de emergencia de la Generalitat. «Nos permitiría actual sin intermediarios como ocurre actualmente cuando tenemos que trabajar a través de la agencia estatal y mejorar la posición de la Comunidad como una referencia que amplifique nuestra proyección internacional», explica el conseller Alcaraz, que cerrará la candidatura municipal de Alicante pero que ha descartado concurrir en la lista a las Cortes. Considera Manuel Alcaraz que tomar este camino serviría aún más para mejorar la posición valenciana en el exterior. Por eso la medida figurará en las propuestas de Compromís.
La puesta en marcha de esta Agencia Valenciana de la Cooperación, efectivamente, tendría que surgir de la experiencia de estos cuatro años en las que estas competencias han estado integradas en la conselleria de Transparencia. Cuando el Botànic llegó a la Generalitat, los proyectos estaban bajo sospecha y había expedientes pendientes por importe de unos 90 millones de la etapa del PP. Era la pesada herencia, muy difícil de digerir, que venía de la época del encarcelado Blasco al frente de este organismo. Sin embargo, desde entonces, se saneó toda la política de la conselleria y se aplicaron criterios de transparencia que han permitido gestionar un total de 18 proyectos de emergencia en todo el mundo por importe de casi 1,2 millones. Solo para 2019, ya hay presupuestados unos 500.000 euros. Pero además, también se ha desplegado una acción exterior con programas estables de ayudas. Las partidas de la dirección general de Cooperación se han multiplicado por ocho al pasar de 3,8 millones en 2015 hasta los 32,6 millones que están previstos para este año.
Es verdad que el montante global todavía está lejos de alcanzar el 0,7% del PIB pero, en cualquier caso, la Comunidad Valenciana, en estos momentos, tiene un volumen de ayudas internacionales superior al que está poniendo en marcha el Gobierno del Estado. Para profundizar en esa política, Compromís propondrá esa Agencia de Cooperación que, en opinión del conseller Alcaraz, debe pivotar sobre tres pilares: absoluta transparencia, potenciar a las ONGs de la Comunidad extendiéndolas al conjunto del territorio y, finalmente, colaborar con criterios de desarrollo sostenible. Encarrilar una nueva etapa.
Una presencia fuerte en Madrid para exigir inversión en Alicante
El número uno de Compromís al Congreso, el diputado Ignasi Candela, hizo campaña ayer en Alicante junto con el aspirante a la Alcaldía, Natxo Bellido. Ambos dirigentes reclamaron una presencia fuerte de Compromís en el Congreso -la coalición se ha marcado el objetivo de tener un grupo propio durante la próxima legislatura- que permita negociar inversiones pendientes en la provincia de Alicante y desbloquear temas como el Parque Central de la capital, donde los dos aspirantes se hicieron la foto como reivindicación del proyecto. «El hándicap de Alicante es que tienen políticos que hablan mucho aquí pero hacen poco en Madrid. Nosotros queremos fuerza suficiente para poner sobre la mesa la negociación todos los asuntos en el aire», coincidieron.
