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El temor al retroceso electoral y el control de Casado tensionan el cierre de las listas del PP

La cúpula aplaza la decisión - El líder popular quiere a Ruz en el Senado - Macarena Montesinos tiene muchas papeletas para volver al Congreso - Choque con Bonig por la candidatura autonómica

El temor al retroceso electoral y el control de Casado tensionan el cierre de las listas del PP

El temor más que fundado a un retroceso electoral del PP como consecuencia de la irrupción de los ultras de Vox y los movimientos de Pablo Casado para evidenciar su control sobre la organización que le eligió como presidente por escaso margen hace apenas ocho meses han terminado por complicar el cierre de las candidaturas para las próximas elecciones generales y autonómicas del 28 de abril, que deben estar registradas en la Junta Electoral antes de la medianoche del próximo lunes y que Casado está intentando ahormar a su medida. Por segundo día consecutivo, la cúpula popular volvió a aplazar el nombramiento de los cabezas de cartel al Senado e, incluso, suspendió un acto en Madrid con Pablo Casado en el que, como ya se hizo el pasado sábado con los números uno al Congreso, se pretendía presentar en sociedad su nuevos poderes electorales.

Y es que tanto en Alicante, como también en otras provincias, la papeleta del Senado juega en esta ocasión un papel muy importante y ejerce un efecto dominó que complica el resto de candidaturas. Como hizo con la designación del presidente de la Diputación, César Sánchez, para liderar la lista al Congreso en su condición de único alicantino presente en la ejecutiva nacional, Pablo Casado quiere a una persona de su máxima confianza para encabezar la lista al Senado. El elegido, en un principio, es el ilicitano Pablo Ruz, alcaldable en Elche, amigo de Casado y que encaja en el perfil municipalista que el líder del PP pretende imprimir a su grupo en el Senado. Ocurre que, a diferencia de lo que pasó en 2015 cuando los populares lograron tres senadores de calle, ahora la fragmentación del voto de la derecha no asegura ese botín y le concede todas las opciones de sacar esos tres escaños a los socialistas. Solo hay un puesto de elección muy probable. ¿El resto? Está en el aire. Y eso obligaría, al menos en los movimientos que hay en marcha, a recolocar, por ejemplo, a Adela Pedrosa, durante este último mandato en la Mesa del Senado, o a Agustín Almodóbar, el senador alicantino del PP con mejores números de trabajo parlamentario. Ambos acabaron respaldando a Casado en la carrera que acabó con su elección frente a Soraya Sáenz de Santamaría y se ha especulado con su presencia en la lista del Congreso o incluso, en el caso de Adela Pedrosa, en la papeleta para las Cortes Valencianas. Sea como fuere, quieren cobrarse la factura por los servicios prestados. Si Ruz, finalmente, quedara descartado, Pedrosa podría encabezar y entonces en la candidatura al Senado podría entrar el edil alicantino Carlos Castillo, aún sin encontrar acomodo en ningún sitio. El que cuenta, al menos a priori, con menos opciones para liderar la oferta del Senado es Almodóbar que, no obstante, conserva muy buenos contactos en Génova.

Pero todo ese encaje está pendiente y acabará condicionando, por tanto, el cierre de la lista al Congreso, ya con César Sánchez de uno, y en la que, como mucho, podrían tener opciones otros tres aspirantes más hasta llegar a cuatro. Y no es seguro. Como poco, sería uno menos de los que cosechó el PP en la cita de 2016. Pendiente de si uno o todos los senadores pasan al Congreso o de la continuidad de alguno de los diputados, la que tiene muchas papeletas para retornar a Madrid, como adelantó este periódico hace más de una semana, es la veterana Macarena Montesinos, que mantiene una excelente relación con Casado y con su número dos, el murciano Teodoro García Egea. Colaboradora en el PP de Eduardo Zaplana y de Joaquín Ripoll, esta maniobra sería como una rehabilitación política de Montesinos, después de que fuera excluida del Congreso cuando José Císcar llegó a la presidencia provincial del PP. Esta vuelta de Montesinos no gusta ni a la cúpula alicantina ni tampoco a la dirección regional. Pero lo cierto es que, en estos momentos, está sobre la mesa. Y no sería, desde luego, una anécdota. Montesinos cuenta, incluso, para ocupar el segundo puesto.

Todos los bailes que se produzcan, como siempre, dependen de ese encaje de piezas. Todas las negociaciones de las candidaturas están siendo timoneadas directamente desde Génova por la ejecutiva nacional sin apenas participación ni de la cúpula provincial ni tampoco de la autonómica. La presidenta regional del PP, Isabel Bonig, sí ha mantenido conversaciones con Madrid sobre este asunto. Ha intentado ceder paz a cambio de territorios. Es decir: Casado hace las listas al Congreso sin interferencias desde València pero, como compensación, la dirección autonómica, de acuerdo con las provinciales, dispondría de margen de maniobra para cerrar las listas a las Cortes sin movimientos desde Madrid para colocar a sus peones. Pero lo cierto y verdad es que, con los plazos acuciando, los «casadistas» no quieren dejar pasar la oportunidad de dejar su sello en las autonómicas contra el criterio de Bonig. Pulso a la vista. Es la primera batalla por el futuro control del PP en la Comunidad.

El exministro Margallo apunta de regreso a Europa

Todo apunta a que el exministro José Manuel García Margallo formará parte de la lista del PP para las elecciones europeas del 26-M. El hasta ahora diputado alicantino ya manifestó su interés por regresar a Europa (donde ocupó escaño entre 1994 y 2011) y no repetir como cabeza de lista del PP al Congreso por la provincia, como hizo en las dos últimas convocatorias (2015 y 2016). Se espera que Margallo no sea el único ministro de Rajoy que se marche a Europa. Según Europa Press, también parecen seguros Juan Ignacio Zoido y Dolors Montserrat.

César Sánchez visita al «Pulpo Paul»

El candidato del PP al Congreso anota las peticiones en un cuaderno rojo durante una ruta por el Mercado de Alicante

César Sánchez comenzó ayer su carrera electoral como número uno del PP a las generales entre jamones de bellota extremeños y cava catalán. La campaña «puerta a puerta» con la que el Partido Popular quiere que sus candidatos se acerquen a los ciudadanos, para «hablar, escuchar y compartir las necesidades de la gente», tuvo su primer escenario en el Mercado Central de Alicante, entre ristras de embutidos en una serie de visitas preparadas de antemano por su equipo de campaña y casi guionizadas. Sánchez eludió que le preguntaran de la duplicidad de cargos y buscó su primera «toma de contacto» con el electorado alicantino que hoy seguirá en Xàbia.

César Sánchez arranca la campaña en los puestos del Mercado Central de Alicante

César Sánchez arranca la campaña en los puestos del Mercado Central de Alicante

El presidente de la Diputación empezó a emborronar las páginas de un cuaderno rojo, escribiendo de su puño y letra las demandas de los placeros. Un vendedor le pidió que los políticos «den mejor ejemplo». Con otro compartía ser militante del PP y seguidor del Atlético de Madrid, y otro le agradeció «las reformas que Luis (Barcala) está haciendo en el mercado». Es decir, obviamente, hubo más piropos que quejas. Y para cerrar la visita, rodeado de escasos clientes, César Sánchez se acercó a un puesto que se quiere ganar a pulso la fama de oráculo electoral. Jaime Ivorra quiso «darle la suerte» al cabeza del lista del PP al Congreso, al igual que hizo, en su momento, con Sonia Castedo, Gabriel Echávarri o Pedro Sánchez. Todos brindaron con este vendedor de productos gourmet, que si atina de nuevo, se convertirá en el «Pulpo Paul» particular del Mercado Central.

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