La titular del Juzgado de Instrucción número 8 de València ha incorporado a la causa conocida como caso Erial en calidad de imputados a María Zaplana, hija del expresident de la Generalitat Valenciana y exministro, y a su marido en el marco de una investigación sobre blanqueo de capitales.

Según han informado fuentes judiciales, la jueza mantiene sospechas sobre los pagos de un piso ubicado en la céntrica calle de Pascual y Genís de la capital valenciana -donde fue detenido Eduardo ZaplanaEduardo Zaplana en mayo del año pasado- cuya contratación, al parecer, efectuó María Zaplana.

Fuentes del entorno del exministro han informado de que el alquiler de ese piso fue gestionado por María Zaplana para que lo ocupase su padre en las constantes visitas que debía hacer a València para tratarse de la leucemia que padece y por la que fue trasplantado de médula, y la familia abandonó ese inmueble cuando Eduardo Zaplana fue ingresado en prisión.

Las mismas fuentes han indicado que el piso fue alquilado a finales de 2015, cuando Zaplana fue trasplantado, porque los médicos que le atendieron le recomendaron que residiese cerca del hospital y en unas determinadas condiciones de habitabilidad.

Estos trámites, siempre según el entorno del exministro, fueron realizados con cierta urgencia por María Zaplana, a través de una conocida inmobiliaria, de modo que fue ella quien firmó el contrato.

La investigación de la Guardia Civil respecto a esta vivienda, según consideran las mismas fuentes, se debe a que era la residencia de Eduardo Zaplana en el momento de ser detenido.

María Zaplana no tuvo contacto alguno con el propietario del piso -que según fuentes judiciales es originario de Europa del este y se encuentra buscado por la Justicia española-, puesto que firmó el contrato de alquiler en la inmobiliaria y los pagos se hicieron por transferencia bancaria.

La "trazabilidad" de los fondos aportados para el pago de este alquiler es fácilmente comprobable, han apuntado fuentes del entorno del exministro.

La Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil sitúa a Eduardo Zaplana como supuesto jefe y administrador oculto de una red corrupta que, según la Fiscalía Anticorrupción, pudo haberse apropiado de unos 10,5 millones procedentes del cobro de comisiones.

En el caso Erial se investiga el presunto cobro de comisiones derivadas de las concesiones de ITV y parques eólicos durante la gestión al frente de la Generalitat de Zaplana, que está en libertad provisional tras más de ocho meses en prisión.

Junto a él están procesados, entre otros, el abogado Francisco Grau, el exdirectivo de Terra Mítica Joaquín Barceló, el ex director general de la Policía y expresidente de Les Corts Juan Cotino; la mujer de Zaplana, Rosa Barceló, y la secretaria personal del expresident, Mitsuko Henríquez.

Sobre todos ellos pesan acusaciones de blanqueo de capitales, cohecho, prevaricación, malversación de caudales públicos, tráfico de influencias, fraude en la contratación, delito fiscal, falsedad documental, asociación ilícita para delinquir y pertenencia a un grupo criminal.