«El proyecto político de Podemos ha ido experimentando un fuerte viraje ideológico en los dos últimos años. No compartir ese proyecto, muy alejado de la transversalidad que nos ilusionó a muchas personas en 2015, aconseja desvincularse del mismo, en mi opinión, y desearle suerte y buen hacer». Con estas palabras anunciaba ayer el alcoyano Josep Almería su adiós a formación podemita tras cuando años como diputado autonómico en las Cortes. Las críticas en el adiós del parlamentario no son nuevas. De hecho, se suman, entre otras, a las recientes palabras del exsecretario general de Podemos en la Comunidad, Antonio Montiel, quien renunció hace unas semanas a seguir en primera línea también entre reproches a la formación morada: «No dejaré el partido pero no haré campaña a favor de él. No hay que votar siempre a Podemos. Los compañeros de Podemos nos hemos perdido el respeto. No hemos integrado y tenemos que lamentar que gente valiosa se ha ido». Y mientras tanto, el actual secretario general de Podemos, el alicantino Antonio Estañ, continúa sin encontrar acomodo en las listas podemitas. Tras servir al bando de Pablo Iglesias para laminar en la Comunidad al sector de Errejón, representado por Montiel, el joven de Callosa de Segura se ha quedado sin hueco. Nada se sabe de su futuro a mes y medio de que empiecen las citas con las urnas: primero con las generales y autonómicas del 28-A y, después, con las municipales del 26-M.
Pero la marcha, con portazo incluido, y el difícil encaje de cargos públicos no supone el único problema al que se enfrenta la formación, que sigue intentando trasladar, sin mucho éxito, el pacto autonómico con EU al ámbito local. Por ahora, se encadenan fracasos, ya sea por decisión propia o ajena.
El acuerdo a dos bandas en la capital alicantina está en el aire tras semanas de intensas negociaciones. Y es que una vez superado el, supuestamente, principal escollo entre ambas formaciones, el reparto de la lista conjunta (donde los morados se quedarían las dos primeras posiciones, frente a EU que se tendría que conformar con los dos siguientes puestos), el problema ha surgido por el control de la confluencia: Podemos quiere forzar a su posible socio electoral para dejar por escrito que el corresponde el voto de calidad en caso de empate a la hora de la toma de decisiones, ya sea en el grupo municipal como en la comisión externa, un extremo al que EU se niega en rotundo. Ambos bandos aseguran que quieren cerrar «cuanto antes el pacto», pero la realidad es otra. Por ahora, nadie quiere ceder más, mientras el reloj sigue corriendo hacia las elecciones municipales.
Sucesión de «noes»
Con prisas también andan en Mutxamel, donde continúan las negociaciones entre Podemos y EU para alcanzar un acuerdo para las municipales del 26 de mayo, según confirman fuentes internas. En las elecciones de 2015, Guanyem y EU lograron dos concejales por cabeza, aunque yendo separados. Siguiendo en la comarca de l'Alacantí, donde seguro que no hay acuerdo electoral es en el resto de principales municipios: Podemos y EU serán rivales en las urnas en San Vicente, Sant Joan d'Alacant y El Campello. Y todo porque, tras cuatro años de tensiones, las formaciones han decidido no unir fuerzas. Estas decisiones evidencian las dificultades de confluir en localidades donde existen otros condicionantes, donde no todo es el reparto de los puestos de la lista. «En los pueblos, todos nos conocemos, hemos estado juntos en los ayuntamientos y sabemos que es mejor ir por separados. Aunque parecemos que tenemos los mismos objetivos en política, en la práctica somos muy distintos», señalaban ayer desde EU, un pensamiento compartido en Podemos. Tampoco habrá acuerdo en el segundo municipio de la provincia, en Elche, ya que Podemos se ha negado a transigir con las peticiones de EU, que quería el número 3 de la lista. En Benidorm, también irán por separado.
Y así se van sucediendo los «noes» a los pactos a poco más de dos meses de las municipales. Y eso que ambos partidos irán de la mano en las elecciones autonómicas del 28 de abril, con el alicantino Rubén Martínez Dalmau -por ahora casi inédito- al frente de la candidatura conjunta, tras un acuerdo alcanzado en el que Podemos evidencia su actual poder sobre EU, y que el resto de las fuerzas de izquierdas consideran clave para el futuro de la Generalitat. En Alicante, por ejemplo, los dos primeros puestos serán para los morados, con los números 3 y 7 para EU. Ese acuerdo, con todo, tampoco despertó el entusiasmo: en Podemos, menos de 4.000 personas en toda la Comunidad validaron el pacto.
División en IU por la lista con Iglesias para las generales
Uno de cada tres militantes de Izquierda Unida no quiere concurrir junto a Podemos a las generales del 28 de abril. Así se desprende de la consulta realizada por IU a nivel nacional, donde las bases han refrendado el pacto con el partido de Pablo Iglesias, pero evidenciando una división a nivel interna, y es que las dos principales corrientes críticas de IU (lideradas por Cayo Lara y Ricardo Sixto) abogaban por ir sin Podemos a las urnas. Las bases de Izquierda Unida han apoyado con un 61,5% de los votos a favor, y el 34,7% de la militancia en contra, reeditar la coalición con Podemos, Equo y el resto de confluencias para el 28-A en una consulta en la que han participado algo más de 10.000 militantes.
El control interno deja en el aire el pacto en Alicante
Las direcciones autonómicas de Podemos y EU interceden para intentar que el acuerdo local se refrende en la capital alicantina
Pasan los días, se acercan las elecciones y el acuerdo a nivel local entre Podemos y EU en la capital alicantina sigue igual, atascado en el «voto de calidad». Un escenario de máxima incertidumbre que ha obligado a que las direcciones autonómicas de ambas formaciones tomen cartas en el asunto para intentar allanar un pacto local que sigue sin firmarse, pese a que ya se llegó a un acuerdo para el reparto de la candidatura, que contó con el visto bueno de las bases de EU (un 70% de los votos a favor, pese a la fractura interna) y de la dirección de Podemos.
La formación morada, sin embargo, exige ahora tener la «última palabra» en el caso de empate en el grupo municipal (una situación que se daría si la confluencia sacara cuatro concejales en las urnas, ya que se las actas se repartirían a partes iguales) o si alguna decisión trascendente o no contemplada en el acuerdo programático se tuviera que decidir en una comisión externa que se crearía con miembros de cada partido.
Sin embargo, en EU no está dispuestos a más cesiones frente a sus posibles socios, asegurando que aceptar el puesto tres y cuatro de la candidatura (para los ahora concejales Daniel Simón y Julia Angulo) es un gesto que muestra su voluntad para alcanzar un pacto. Entre los podemistas, en cambio, subrayan que el voto de calidad a favor de la formación que sitúa a Xavi López como cabeza de lista debe dejarse por escrito para evitar futuras guerras internas.
De la última reunión de la comisión negociadora, celebrada el pasado miércoles, EU se levantó dejando el acuerdo en el aire, al negarse a aceptar que el voto de calidad en caso de empate corresponda a Podemos, una decisión que respondería al mandato de la asamblea de la coalición. En los últimos días, según ambas formaciones, no se han producido avances significativos, pese a haber conversaciones informales. Por ahora, tampoco hay fecha para un nuevo encuentro. Y es que ninguna formación ha levantado el teléfono para ceder o para proponer una alternativa. En EU y en Podemos esperan recibir una llamada, aunque por ahora nadie da el primer paso. La dirección de la formación morada se reúne hoy, y ahí esperan seguir hablando, aunque a nivel interno, de cómo desatascar el acuerdo para las elecciones municipales del 26-M.
En la izquierda de la ciudad, donde los socialistas y Compromís ya conocen a sus cabezas de lista y la configuración de sus respectivas candidaturas, se espera que Podemos y EU firmen un pacto que consideran puede ser fundamental en la configuración del próximo gobierno de la capital.
