Calor humano y en el termómetro. Más de 20 grados, a pleno sol, con el mar Mediterráneo de fondo que compensaba la falta de símbolos y cartelería del Partido Popular. Con este escenario, el PP realizó ayer un ejercicio de músculo en época preelectoral, con más de 500 militantes, incluidas las «primeras espadas» de la provincia y de numerosas poblaciones alicantinas, con los que el presidente nacional Pablo Casado comenzó a fijar sus objetivos, que en realidad se reducen a uno sólo: El PP equipara a Ximo Puig con Pedro Sánchez para movilizar a sus votantes en la Comunidad Valenciana.

Y para que coja fuerza este intento de plebiscito contra Sánchez, dándolo más importancia las elecciones generales que a las autonómicas, el PP volvió a agitar ayer el conflicto lingüístico. Primero lo hizo la presidenta regional, Isabel Bonig -que se negó a «elegir entre entre castellano y valenciano, las dos por igual pero con cariño y en libertad»-, y después fue el propio Pablo Casado quien anunció una Ley de Lenguas con «cuatro parámetros», donde destacó que las oposiciones públicas se desarrollarán «todas en castellano, en cualquier zona del territorio nacional», mientras «la lengua cooficial será un mérito». La finalidad de esta medida, según Casado , es que «la sanidad y la educación valenciana merece que vengan los mejores médicos y profesores».

Además de las oposiciones, las medidas para fomentar el castellano son considerarla como «lengua vehicular en educación, junto a la cooficial·, que la administración use el castellano para que nadie pueda «ser multado si no es en castellano»; y que, «sin contraponer a nadie», la señalización urbana e interurbana de las ciudades debería estar en castellano junto a las lenguas cooficiales. «No podemos perder el uso de una lengua tan rica porque es la más hablada del mundo; no puede sufrir una discriminación», afirmó.

Como cierre a todas estas propuestas, Casado recalcó que la Comunidad Valenciana «no es apéndice ni anexo de nadie. Eso de 'països catalans' es algo ofensivo», señaló mientras levantaba los aplausos de los presentes, que dejaban por un lado el abanico o el refrigerio adquirido en las barras abiertas del restaurante donde se celebró el acto.

El candidato a la Presidencia del Gobierno desgranó ayer parte de su programa electoral, incidiendo de manera especial en temas sociales, «medidas de un plan ambicioso para apostar por la natalidad y la demografía» y para «mejorar las peores cifras de empleo que está obtenido Pedro Sánchez, las peores en muchos años», comentó el líder popular.

Cara a cara Casado y Sánchez

Cara a cara Casado y SánchezCon la agenda mirando al 28 de abril encima de la mesa, el presidente del PP afirmó que el jefe del Gobierno, el socialista Pedro Sánchez, tiene «miedo» a mantener con él un debate previo a las generales, y advirtió que, de no producirse, pasará a la historia como el primer presidente que no lo haga. El líder del PP aseguró que «a lo mejor» lo que Sánchez pretende evitar es que él, como líder de la oposición, desenmascare que pretende seguir en el gobierno «con el aval de los independentistas, los 'batasunos' y Podemos».Como «tampoco quiere que le pregunte si va a indultar presos golpistas o aceptar la autodeterminación de Cataluña», agregó.

Estas palabras llegaron después de escuchar a Isabel Bonig como aseveraba que «Ximo Puig ha ligado su proyecto al de Sánchez, cuyos aliados son los nacionalistas que quieren romper España, los que quieren la crispación y la confrontación. Ahora o gobierna esa misma coalición sanchista con los amigos de los terroristas y los que quieren romper España, o lo hace el PP. No hay otra solución. Nosotros queremos para esta tierra las inversiones, el agua, los trasvases, la financiación, los proyectos y decidirlo nosotros, pero no que lo decidan el señor Torra o Puigdemont».

Los dos primeros en intervenir, bajo un sol que apenas aliviaba la brisa marina, fueron el presidente provincial, José Ciscar y el candidato por Alicante, Luis Barcala. Ciscar afirmó que «estamos todos» y agradeció la presencia de diputados nacionales, autonómicos y provinciales, además de alcaldes y alcaldables de muchos municipios. Y Barcala pidió cita a Bonig y Casado para que, cuando ganen las elecciones «le den a Alicante cariño e inversiones que devolveremos por triplicado».

Un saludo especial para una afectada con Down

Uno de los objetivos de Pablo Casado de cara a las elecciones generales del 28 de abril es «dar visibilidad a la familia, la maternidad y la enfermedad». Relacionado con este último apartado, el presidente nacional del PP se puso a hablar de la película Campeones, donde se ensalzan las capacidades de las personas con diversidad funcional. Y de ahí, Casado se puso a hablar en el escenario de Rocío, una niña con síndrome de Down a la que saludó al entrar. «Rocío, eres estupenda e imprescindible para la sociedad, y yo quiero presidir un gobierno que os tenga en cuenta», aseguró el aspirante a dirigir La Moncloa.

Rodeado del seguidores que buscaban el selfie o el autógrafo, Casado cerró así sus tres días de actos por la Comunidad Valenciana. Ayer, acompañado de su mujer, nacida en Elche, se volvió a declarar «alicantino de adopción» y dijo que tiene «un hijo ilicitano».