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Control de Puig en la lista autonómica del PSPV y del «sanchismo» para las generales

El jefe del Consell sólo cede una plaza de salida y ultima el «fichaje» de una independiente en las Cortes. Franco encabeza al Senado y Alejandro Soler es ratificado a pesar de su imputación

El secretario provincial, José Chulvi, en primera fila de la reunión del comité provincial socialista. jose navarro

Como estaba previsto y cantado, reparto de papeles en las candidaturas socialistas para la doble cita electoral del 28 de abril -autonómicas y generales- junto a las municipales del 26 de mayo. Tras dar el paso de adelantar los comicios, el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, tendrá el control total y absoluto de la candidatura a las Cortes Valencianas del PSPV. No solo se han cumplido los criterios que marcó con la presencia, como adelantó este periódico hace semanas, de la consellera Ana Barceló y del secretario provincial, José Chulvi, haciendo tándem al frente de la lista sino que, además, también se facilita la continuidad del grupo parlamentario y de caras nuevas que se concretarán con el fichaje de una independiente que Puig termina de perfilar. Una sola concesión en las Cortes Valencianas al bando «sanchista» que, sin embargo, controla las candidaturas a Madrid en las que destaca la vuelta a primera línea de Ángel Franco, con muchas opciones de sentarse otra vez en el Senado a sus 73 años.

Los principales órganos de dirección del PSPV en la provincia se reunieron ayer para validar las candidaturas de su competencia -todas las de menos de 20.000 habitantes-, remitir a València las autonómicas y poblaciones en el tramo hasta 50.000 habitantes para su aprobación mañana y dar traslado a Ferraz de las propuestas para las generales y en las grandes ciudades. En un proceso que duró toda la jornada en medio de fuertes tensiones dentro del «sanchismo», el comité provincial ordenó una lista autonómica en la que Puig conserva en los diez primeros puestos a siete de los actuales diputados, incluyendo a la consellera Barceló. En las otras tres plazas incorpora a Chulvi, más leal como secretario provincial que el ahora relegado a la cola David Cerdán; fichará a una independiente aún por desvelar; y le cede una muestra a los «sanchistas» en puesto de salida para Francis Rubio, hombre de confianza de Alejandro Soler y ahora en la Subdelegación del Gobierno.

Las plataformas que respaldaron a Pedro Sánchez -con José Luis Ábalos controlando las operaciones- se tomaron cumplida revancha en las listas de las generales. Junto al ministro Pedro Duque, los socialistas salvan, de momento, a la diputada Patricia Blanquer. Una de las parlamentarias alicantinas más trabajadoras del Congreso, la alcoyana podría saltar al cuarto puesto si, de aquí al día 17 cuando Ferraz ratificará definitivamente todas las candidaturas, encuentra un «fichaje» de relumbrón para hacer «ticket» con el ministro Duque. Pero, de momento, resiste justo antes que el citado Alejandro Soler, imputado por una denuncia del PP que le obligará a hacer el paseíllo a 23 días de la cita con las urnas. La alcaldesa de Santa Pola, la también «sanchista» Yolanda Seva, puede encontrar premio en Madrid. Va la cuarta de la lista. Queda fuera Herick Campos, el otro diputado socialista de este mandato. El control del «sanchismo» es más claro en el Senado. Franco vuelve tras pactar con Soler para apoyarse. A cambio los otros dos puestos de la lista a la Cámara Alta los ocupan dos «patas negra» de las tropas de Pedro Sánchez. El alicantino José Asensi, de 69 años, y la presidenta provincial del PSPV, Asunción Llorens, con 64, exalcaldesa de Mutxamel y enfrentada de siempre con Franco. Candidatura de edad para el Senado.

El comité provincial, además, suspendió las candidaturas municipales de Elche, Torrevieja, La Vila Joiosa y El Campello. Sus alcaldables han presentado informes discrepando de las listas presentadas por las ejecutivas locales que, en todos los casos, los dejan sin personas de su confianza. Los dos primeros se resolverán en Ferraz y los dos segundos en el PSPV. Allí tendrán que decidir si ratifican las listas presentadas o se modifican. Especialmente graves son los conflictos de la capital ilicitana y de La Vila, donde actualmente los socialistas ostentan el gobierno municipal y temen que la lucha interna mine sus opciones.

Fuertes tensiones «sanchistas» por su cuota y por la vuelta de Ángel Franco

El reparto de las cuotas de las candidaturas y la vuelta de Ángel Franco a la primera línea con un puesto de muy probable elección al Senado, provocó el reventón del bando «sanchista», que ya había tenido sus propias cuitas internas en los últimos tiempos. Hubo notable tensión, Franco había pactado el apoyo del ilicitano Alejandro Soler, el único dirigente de la provincia en la ejecutiva federal de Pedro Sánchez. De hecho, Alejandro Soler -imputado pero al que Ferraz avala a raíz de un informe que éste ha entregado- fue el más votado en la agrupación de Alicante, controlada por Franco, por encima incluso del ministro Pedro Duque. A cambio, eso le daba el salvoconducto para volver al Senado 16 años después, su gran sueño después de estar convencido de que entonces el partido no le trató como correspondía. A una parte del bando «sanchista» no le gustó esa decisión. Hubo palabras gruesas contra Franco. Pero, además, otra parte del «sanchismo» se encrespó con Francis Rubio, secretario de Organización provincial y hombre de Soler. Le atacaron en la ejecutiva, de la que se ausentaron varios miembros. En el ambiente, apuntan, subyace que el alto mando «sanchista» se ha repartido los principales cargos de listas sin contar con los demás.

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