«Estoy feliz de que Pedro Duque dé la cara con nosotros por un proyecto de progreso y avance social para la Comunidad Valenciana». Así se mostró ayer el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, ante el primer encuentro con el ministro de Ciencia, Innovación y Universidades, nacido en Madrid y con vínculos familiares con Xàbia, desde que se confirmó que encabezará la lista socialista al Congreso por la provincia de Alicante para las próximas elecciones generales, que coincidirán el 28-A con las autonómicas tras el adelanto decretado por Puig.
El socialista, de visita a la sede del ministerio en el Paseo de la Castellana de Madrid, evidenció la buena noticia que representa para el PSPV el «fichaje» del ministro Duque para la doble campaña de abril. «Es una apuesta muy importante para el PSOE, supone un avance cualitativo en el intento de posicionar a las mejores personas para representar al conjunto de la sociedad», señaló Puig, quien hará «tándem» con Duque en la provincia de Alicante, un espacio electoral clave para el futuro de la Generalitat, como se demostró en mayo de 2015, cuando el empate entre el PSPV y Compromís en Valencia y Castellón de deshizo en los territorios del sur a favor de los socialistas. La decisión de cambiar la fecha electoral en la Comunidad, lo que provocó el enfado inicial en Compromís, obligó ayer a Puig a salir al paso de las críticas de destacados barones socialistas, como los presidentes de Castilla-La Mancha y Aragón, contrarios a unir las autonómicas con las generales.
El primero en mostrarse discordante con la decisión de Puig fue el aragonés Javier Lambán, quien defendió ya el pasado lunes que las elecciones en las comunidades debían tener calendario propio: «Tenían que tener su propio día, su propio debate y su propia dinámica. Las elecciones autonómicas deben ser un proceso no contaminado por ningún otro». Después fue el manchego García-Page quien también se sumó ayer a los reproches al socialista valenciano por adelantar las autonómicas, abogando incluso por un cambio, previo debate, en la normativa electoral en España: «Los ciudadanos tienen que juzgar a sus dirigentes en sus distintos ámbitos, y no mezclar el debate». Puig, ante las críticas, se limitó ayer a contestar al dirigente de Castilla-La Mancha, y lo hizo con las urnas en mente: «Solo voy a decir que no quiero discutir García-Page. Solo discutiré con él para defender a los regantes de Alicante por un trasvase Tajo-Segura que él intenta boicotear». Así, Puig evidenció ayer que ya está en órbita electoral: feliz con Duque, contestatario con Page.
