Si alcanzar una mayor movilización entre el electorado valenciano se ha convertido en una de las claves que ponen sobre la mesa quienes defienden la idoneidad del adelanto de las elecciones autonómicas del 26 de mayo al 28 de abril coincidiendo con las generales, la estadística abona esa vía. Las seis elecciones que más han activado a los valencianos ante las urnas desde la recuperación de la democracia hace 40 años son todas generales, según los datos históricos. Solo una convocatoria autonómica, la de 1995 con la victoria del PP de Eduardo Zaplana que apartó a la izquierda del poder con un pacto con Unión Valenciana, se cuela entre las diez que han registrado una menor abstención.
En porcentaje, la movilización sube seis puntos de media en la urna al Congreso (76,2%) frente a la de las Cortes (69,6%) en el análisis histórico. Y en números absolutos, el dato medio de participación en las generales de los últimos 25 años comparado con el de las autonómicas arroja una diferencia de 220.000 valencianos más movilizados para votar en la urna estatal, un dato nada baladí si lo que se busca es que los valencianos acudan por encima de lo que sería habitual en unas elecciones a Cortes. 220.000 votos podrían representar una decena de diputados en las Cortes, que podrían ser clave a la hora de decidir entre el bloque de izquierdas o la derecha.
El análisis frío de los datos también señala que la mayor movilización no beneficia de partida al bloque de derechas o al de izquierdas. Porque hay ejemplos para todos los gustos. La mencionada victoria del bloque de derechas en 1995 con un 74,8% de participación tiene su otra cara de la moneda con los triunfos socialistas en generales de 1982 y 1993 y más recientemente con Rodríguez Zapatero en 2004 y 2008, todas ellas por encima del 76%. En cambio, la participación en las autonómicas ha caído en las últimas convocatorias. Hace casi 25 años que no se supera el 70% de participación, lo que evidencia que genera menos interés y que los valencianos se movilizan más cuando se les llama a decidir sobre la gobernabilidad de España. En las dos últimas citas, las elecciones de 2011 que ganó Francisco Camps ya imputado, y las de 2015 en las que la izquierda acabó con veinte años de gobiernos populares quedaron por debajo del 70%. Otro elemento a tener en cuenta es el «puente» autonómico: el 29 de abril, el día posterior, es festivo.
