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Hasta el último minuto

Puig apurará para decidir antes del martes si adelanta las autonómicas mientras crece la presión por las encuestas favorables y la culminación de la actividad en las Cortes

Hasta el último minuto

Un día menos para que Puig siga deshojando la margarita: adelanto electoral, sí; adelanto electoral, no... Y es que el secretario general del PSPV y presidente de la Generalitat, Ximo Puig, tiene previsto apurar al máximo el plazo para decidir si adelanta las elecciones autonómicas al 28 de abril, para hacerlas así coincidir con las generales, que el presidente Pedro Sánchez también anticipará en un cargado calendario electoral para los próximos tres meses. Con el Estatuto de autonomía ratificado en la mañana de ayer por las Cortes Valencianas y con los buenos resultados que arrojó el último barómetro del CIS de Tezanos, que se conoció poco después de la votación en el Parlamento valenciano y que catapultaría a los socialistas hasta el 33,3% del voto a nivel nacional y al 28,2% en perspectiva autonómica, Puig confirmó en una visita a Alicante que sigue dándole vueltas a la cabeza a la opción de adelantar las elecciones autonómicas, previstas inicialmente para celebrarse junto a las municipales el 26 de mayo y que lleva meses barajando.

La decisión, por ahora, sigue en el aire, y todo apunta a que no se conocerá hasta última hora. El presidente Puig, que puede activar por vez primera en la historia del autogobierno valenciano la competencia que tiene desde la última reforma del Estatuto para disolver el Parlamento y separar las autonómicas de las municipales, dispone de plazo hasta la medianoche del martes al miércoles de la próxima semana para firmar el decreto de convocatoria de los comicios. Por tanto, el socialista cuenta con cinco días para decantar la balanza, para dar una respuesta definitiva y sobre la que no cabe marcha atrás a una pregunta que lleva meses sobre su mesa y que ha sufrido alteraciones imprevistas en los últimos tres meses, como el sorprendente resultado de las andaluzas y el bloqueo del Congreso a los Presupuestos Generales del Estado, lo que impulsó a Pedro Sánchez a adelantar los comicios generales al próximo 28 de abril.

Este fin de semana, según admitió ayer en Alicante, Puig seguirá madurando la decisión en su pueblo natal, Morella, hablando con unos y con otros, con los suyos y también con miembros de sus socios del Botànic, Compromís y Podemos, que siguen sin estar por la labor de que la cita autonómica se desligue de las urnas municipales. En la coalición de izquierdas sostienen que, por su peso a nivel municipal, les interesa una doble cita local y autonómica, aunque admiten que la dupla Joan Baldoví (que suele ser el político más valorado en España) y Mónica Oltra, en una campaña hasta ahora inédita en la Comunidad Valenciana, puede ser «muy potente» para sus intereses. Los podemitas, por su parte, consideran que el adelanto electoral puede perjudicar a su candidato autonómico, Rubén Martínez Dalmau, un todavía desconocido para el electorado, que contaría con el «abrigo» en las locales de la formación morada. Tampoco ven interesante que las autonómicas se celebren el 28 de abril, por una razón más de gestión: cuentan con un calendario parlamentario, con propuestas por votar, que se suspendería si se disuelven las Cortes.

Contactos a alto nivel

Entre los interlocutores con los que el presidente Puig tiene una conversación pendiente, y que a priori tendrá lugar en estos días, está el presidente del Gobierno de España y líder de los socialistas, Pedro Sánchez. En Madrid siguen expectantes ante la resolución que adopte Puig, que será personal, como ayer mismo se encargó de subrayar el dirigente socialista: «No será una decisión del partido, será del presidente. Hay que hablar con mucha gente, pero yo asumiré la responsabilidad». Y es que Puig no quiere transmitir la sensación de que el visto bueno al adelanto electoral, si se concreta, sea tutelado por el partido, por lo que se encargó ayer, en primera persona, de enfatizar el carácter personal de la fecha que elija para las próximas autonómicas.

El entorno de Puig, con todo, no está al margen de la decisión. En las últimas horas, su núcleo de confianza ha incrementado la presión para que haga coincidir las autonómicas con las generales que el socialista Pedro Sánchez fijó en el 28 de abril. En el frente político a favor del adelanto de las urnas se posiciona, como una figura preponderante, el síndic en las Cortes y vicesecretario del PSPV, Manolo Mata, que lleva meses presionando en esa dirección. Sobre la división interna en el partido ante la fecha electoral, el jefe del Consell salió por la tangente, rehuyendo la polémica: «El PSPV está con ganas de jugar y de ganar, y de hacerlo en cualquier momento»

Puig admitió ayer que las generales siempre llevan más votantes a los colegios electorales, pero a su vez también añadió que existen otros factores desfavorables, como podría ser la efervescencia de Vox. «Es necesario una gran movilización [para la izquierda] e históricamente la participación es más elevada en las generales», relató el jefe del Consell, quien intentó restar trascendencia a las encuestas electorales, pese a los buenos resultados que augura el último CIS para los socialistas: «Hay una gran volatilidad demoscópica». Previamente, en los pasillos de las Cortes tras la ratificación del Estatuto, Puig aseguró que estos días, hasta que la decisión sobre la fecha de las autonómicas sea firme, está inmerso en un proceso «de reflexión, de deliberación y de decisión».

«Cuanto antes»

Para la líder de los populares en la Comunidad, Isabel Bonig, ese proceso no debe dilatarse tanto en el tiempo, por lo que le apremió a que anuncie el calendario electoral «cuanto antes». La candidata del PP a la Generalitat, tras la sesión de control en las Cortes, advirtió de que esta situación de incertidumbre «no es buena» y está, a su juicio, haciendo mella en la «relación de los miembros del Botànic, un gobierno que está totalmente finiquitado, acabado, agotado y roto». Para Bonig, «si al final se adelantan las elecciones», no sabe «dónde se va a quedar la agenda valenciana, porque va a ser todo campaña nacional».

La resolución definitiva, por mucho que se dilate, se conocerá antes de la medianoche del martes al miércoles de la próxima semana, cuando concluye el plazo para adelantar las autonómicas. Dos fechas están sobre la mesa: el 28 de abril, para que coincidan con las generales; o el 26 de mayo, a la vez que las municipales. Puig tiene la última palabra, y parece que no la dará a conocer hasta el último momento. Cinco días de cuenta atrás.

Las Cortes ratifican el nuevo Estatuto que exige más inversión con la abstención de Cs

Las Cortes ratificó ayer, con el voto de todos los partidos salvo de Cs, que se abstuvo, la reforma del Estatuto que garantiza sobre el papel que las inversiones del Estado en la Comunidad sean acordes con la población. La ratificación, que cierra un ciclo que se abrió en marzo de 2011, cuando las Cortes aprobaron inicialmente la propuesta, fue recibida con un largo aplauso de los diputados puestos en pie -menos los de Cs- y de los miembros del Consell, y un abrazo entre Puig y Oltra. Tras la votación, el socialista señaló que era un día importante para los valencianos, pues a partir de ahora «será muy difícil» para cualquier Gobierno central decir que no se hagan las inversiones que les tocan a los valencianos».

Por su parte, el diputado de Ciudadanos Antonio Subiela explicó que su partido defiende la necesidad de mejorar la financiación de la Comunidad, pero hay que hacerlo «de manera efectiva y legal, y no tomando el pelo a los valencianos», porque esto es «un parche que no traerá ni un euro».

La ratificación de la reforma estatutaria necesitaba una mayoría cualificada de los dos tercios del pleno (66 votos), y consiguió 84 votos a favor (los de PSPV, Compromís, Podemos, PP y los diputados tránsfugas de Cs) y 8 abstenciones (los diputados de Cs).

A la espera de ver si el parlamento vuelve a abrir sus puertas

La imagen de las Cortes Valencianas con todos los diputados autonómicos y la alineación entre el presidente Ximo Puig, la vicepresidenta Mónica Oltra y el conseller Vicent Soler en sus respectivos escaños podría ser la última de esta legislatura. Si el jefe del Consell adelanta las elecciones autonómicas, el de ayer podría haber sido el último pleno de las Cortes de este mandato. El broche de oro del gobierno del tripartito, en caso de que Puig anticipe los comicios, fue la aprobación de la reforma del Estatuto Valenciano de Autonomía, uno de los hitos de esta legislatura que recibió el apoyo de todos los grupos menos de Cs después de ocho años de bloqueo en Madrid. La de ayer se convertiría en la última estampa del Botánic, a falta de ver si el número de votos permite o no la reedición del tripartito de izquierdas. Si Puig disuelve in extremis el parlamento valenciano las Cortes actuales bajan la persiana, algo que algunos políticos autonómicos como Alexis Marí ya dan por hecho, como escribió en su cuenta de Twitter.

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