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Análisis

Las primarias fantasma de Cs

Ciudadanos se encuentra inmerso en un proceso precocinado para designar a sus candidatos del que saldrá un resultado ya conocido

Toni Cantó y Marta Martín el miércoles ante un centenar de militantes en la plaza Calvo Sotelo de Alicante. héctor fuentes

Si alguien registrara previamente en una notaría la identidad de los ganadores de las primarias de Ciudadanos en Alicante y en la Comunidad Valenciana no se equivocaría. Los resultados del proceso interno organizado por la formación para elegir a su candidato a la Generalitat y a sus cabezas de lista serían los mismos con votación o sin ella. Se sabe desde hace semanas que Toni Cantó será el aspirante a la presidencia del Consell y nada podrán hacer los otros ocho aspirantes desconocidos que han registrado su candidatura. La diputada Marta Martín repetirá como número uno al Congreso pese a que tiene seis competidores que nadie sabe de dónde han salido ni quiénes son. Y María Quiles, de la Vega Baja, será candidata a las Cortes Valencianas por Alicante aunque hay otra media docena de «sparrings» en busca de un minuto de gloria que para cubrir el expediente se han registrado y dicen optar también a ese puesto. Todo está atado y bien atado en Ciudadanos, con la bendición siempre de Albert Rivera. No se mueve ni un papel sin el aval del gran líder.

Las conversaciones previas para elegir a los diferentes candidatos se han sucedido en las últimas semanas y se han acelerado en los últimos días tras el anuncio de Pedro Sánchez de adelantar las elecciones generales. En ese acelerón surgió el nombre de María Quiles para sustituir a una primera opción, que inicialmente era la de Mari Carmen Sánchez, actual portavoz de Cs en las Cortes. Después se planteó que liderara la lista a las Cortes por Alicante uno de los miembros del grupo parlamentario. Pero finalmente será Quiles la que encabece. La decisión del partido de ponerla en el candelero para darle visibilidad autonómica se produjo tras el visto bueno de la cúpula nacional y después de dejar sin destino definido a Mari Carmen Sánchez. Ciudadanos ha decidido a los aspirantes que desea Rivera, hace su «arreglo» electoral y cuenta con sus favoritos ya figurando como primeros espadas en eventos con militantes y en actos en la calle. No están haciendo campaña para las primarias. Ni mucho menos. Lo que están haciendo ya es, a todas luces, su campaña electoral.

El lunes pasado comenzó en Cs el trámite de estas primarias «express». Pero el funcionamiento teórico para vender democracia interna no lo es tanto en la práctica. Los puestos de salida están pactados. Estratégicamente colocados. «Dedazos», para quien guste de un lenguaje más llano y de la calle. Este proceso de primarias no es más que un «paripé» de márketing y barniz democrático que puede ser más o menos acertado a la hora de elegir a los perfiles líderes del partido, pero cuya legitimidad no viene de forma pura de las bases, aunque se intenta que se parezca mucho. Este trámite interno de primarias es un proceso «fantasma» porque en la práctica los militantes que votarán los próximos días 8 y 9 de marzo para designar a sus candidatos -un porcentaje, por cierto, tan bajo que hasta la cúpula del partido lo reconoce- están arrastrados por la cúpula del partido. Si el partido apunta a Toni Cantó votarán a Toni Cantó. Porque además, los afiliados que suelen votar son militantes muy implicados en la vida organizativa de Ciudadanos.

Se pudo ver el miércoles en la Plaza Gabriel Miró, cuando Cantó, de visita a la sede ciudadana en Alicante, sacó a la calle junto a los principales cargos alicantinos al centenar de militantes que fueron a verle y a escucharle porque no cabían en su sde de Maisonnave. Todo eran aplausos, gritos de «Toni, presidente» y palabras de apoyo a un líder de un partido hoy en la oposición en las Cortes. Insistió en «sacar a Compromís de la cabeza de los niños» como si hubiese que depurar ideologías. La militancia decide en última instancia. Eso está claro. Pero es tan poca la movilización que a la cúpula le interesa que el porcentaje se quede así. Es su manera de controlar la selección de los candidatos y de pregonar una cierta democracia interna que, en realidad, no existe en Ciudadanos. Los resultados con la identidad de los ganadores se podían haber registrado en esa notaría de la que se hablaba o, incluso, acudir a una casa de apuestas, aunque se pagará lo mínimo por la certeza del resultado. No se equivocarían.

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