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La guardia comarcal de Ripoll empieza a marcharse del PP y emigra a Cs

El alcalde de Guadalest, Enrique Ponsoda, se une al edil de Daya Vieja, Rafa Vives, y protagoniza la segunda baja de cargos públicos en las filas populares en apenas 24 horas

Enrique Ponsoda, en primer término, con el secretario general del PP, Eduardo Dolón. lars ter meulen

Parte del «aparato» territorial que convirtió al PP en una fuerza con un poder municipal que llegaba a un centener de alcaldías en la provincia deja las filas populares y emigra a Ciudadanos. Minutos antes de las once de la mañana, Enrique Ponsoda, actual alcalde de Guadalest y diputado provincial durante el mandato de Luisa Pastor, registraba su baja en la sede provincial del que hasta ahora era su partido para formalizar su pase a la formación de Albert Rivera, según confirmaron fuentes conocedoras de la decisión. Estrecho colaborador en su momento de Joaquín Ripoll, Ponsoda estaba alejado desde hace tiempo del actual presidente provincial del PP, José Císcar, con el que estaba enfrentado. Suma su marcha, de esta manera, a la de Rafa Vives, alcalde de Daya Vieja, del que hace apenas 24 horas también se conoció que tomaba ese mismo camino. Ambos cargos locales mantienen una fluida relación personal además de una importante afinidad política.

No son dos bajas menores. Ni mucho menos. Tienen valor simbólico. Ambos eran responsables en tiempos de Ripoll de la coordinación en sus comarcas -Ponsoda en la Marina Baixa y Vives en la Vega Baja- y atesoraban un importante control sobre las candidaturas de sus territorios, especialmente en municipios medios y pequeños sobre los que cimentaban la trinchera de resistencia frente a Camps. Con la llegada de José Císcar -salvo en algún caso concreto como el de Juan Molina, primer edil de La Cañada; o el diputado alcoyano Fernando Pastor- todos los que estuvieron con Ripoll quedaron en segundo plano y muchos de ellos abandonaron la política. Sin ir más lejos, Ponsoda, por ejemplo, ya no ostentaba ni siquiera la presidencia local del PP en Guadalest, alcaldía que recuperó para los populares en 2011 con mayoría absoluta después de un paréntesis de cuatro años bajo mando socialista y después de haber ostentado también la vara de mando en Benifato. Tanto Enrique Ponsoda como Rafa Vives, primer edil de Daya Vieja durante los últimos 16 años, son alcaldes con carisma en sus poblaciones y están en condiciones de sumar alcaldías para Ciudadanos, que a lo largo de este mandato únicamente ha tenido cuatro en toda la provincia.

Hace semanas que se vienen sucediendo estos movimientos, como ha venido contando este periódico, para canalizar el tránsito que conduce de las filas del PP a Ciudadanos. Y, en principio, no parece que se vaya a quedar en estos dos casos. El escenario es peligroso para los populares que, de no taponar la vía de agua que tienen abierta, van a llegar a doble cita electoral que se avecina con las generales en abril junto a las municipales y autonómicas en mayo ofreciendo una imagen de debilidad con un goteo de cargos a Ciudadanos y con bajas que pueden engrosar las listas de Vox cuando se cierren las candidaturas popularess Así que todo indica, a poco más de tres meses para las elecciones municipales y autonómicas, que la cúpula popular va a tener que seguir lidiando con este agujero interno.

De hecho, según ha podido saber este periódico, hay contactos abiertos con otros cargos públicos, referentes locales y antiguos dirigentes para que engrosen la formación de Albert Rivera, cuyo aparato provincial y regional está controlado, en parte, por antiguos cargos del PP vinculados a la etapa de Ripoll y Eduardo Zaplana. La convocatoria de las generales para el mes de abril y la apertura de los calendarios de campaña está acelerando el proceso. Ciudadanos se está moviendo para completar sus listas -el lunes se iniciará el proceso para la candidatura autonómica- y quiere tener sus equipos perfilados para afrontar la carrera electoral con más fuerza.

Compás de espera en el pulso con Emilio Bascuñana en Orihuela

La crisis del PP por la elección del candidato a la alcaldía de Orihuela vive un compás de espera. La dirección regional y la provincial, contrarias a la continuidad del alcalde Emilio Bascuñana, están dispuestas a aceptar que siga siempre y cuando acepte una serie de condiciones sobre la candidatura. La cúpula autonómica quiere que el número 2 sea el presidente local del PP y que el resto de la lista se reparta a partes iguales entre las dos facciones del PP oriolano.

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