El Grupo Sedesa logró ser profeta en su tierra durante la década prodigiosa del urbanismo valenciano. Las mercantiles ligadas a la familia Cotino lograron adjudicaciones por valor de 825 millones de euros entre 2000 y 2009, cuando la Generalitat estaba gobernada por los populares. Este cómputo, publicado por Francesc Arabí en 2009 en este diario, incluía la concesión de la autovía CV-50 (por 505 millones) anulada por la crisis. Sedesa logró 25 adjudicaciones en solitario por 90 millones en esa misma época.