La operación policial del 22 de mayo que destapó el caso Erial para el gran público, tras dos años y medio de investigación en el más completo secreto, incluyó el registro de la vivienda de Robert Bataouche, el empresario francés de origen argelino, y compañero coyuntural de viaje en algunas de los proyectos impulsados por el expresidente de la Generalitat y exalcalde de Benidorm. Bataouche fue consejero de Terra Mítica, el parque temático que «inauguró» la temporada de obras faraónicas que caracterizó la presidencia de Zaplana en la Generalitat.

Bataouche también es administrador del holding Tabarka Media la red de radios, televisiones y diarios locales bendecida y auspiciada por Zaplana para que se loara públicamente su carrera política. Tabarka Media tuvo en nómina a fieles del exjefe del Consell como su jefa de prensa y exdirectora de Canal 9, Genoveva Reig; y el al empresario ya fallecido Antonio Alcalá de Vargas Machuca, que presidió la sociedad mediática, también estuvo al frente de la comisión de control de la Caja de Ahorros del Mediterráneo (CAM), de la que también formó parte el testaferro de Zaplana Francisco Grau Jornet. Alcalá de Vargas Machuca también se vio beneficiado de las privatizaciones de las inspecciones técnicas de vehículos (ITV), cuya adjudicación se investiga en el caso Erial.

Reunión a cuatro en un hotel

Reunión a cuatro en un hotelA pesar de esta estrecha relación, sostenida en el tiempo, como pudo comprobar la Guardia Civil en la reunión de Bataouche con Eduardo Zaplana y sus dos testaferros del 25 de enero de 2018 en el Hotel Agir de Benidorm, los agentes aseguran no haber localizado inicialmente «relaciones comerciales o empresariales entre Eduardo Zaplana y ninguno de los intervinientes en la reunión».

Aunque de nuevo otra conversación telefónica entre uno de los testaferros del exministro y su hijo les pone sobre la pista de una conexión encubierta entre las empresas de Bataouche y las de los hombres de paja de Zaplana. En esta conversación Francisco Grau Jornet hace referencia a que la empresa Medlevante (administrada por Joaquín Barceló y receptora de las presuntas mordidas de los Cotino procedentes de Luxemburgo) «es propietaria de dos apartamentos a medio construir

Pero esta propiedad no aparece en ningún registro oficial. La investigación de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil sí ha logrado acreditar que la empresa Altea Costa Beach SL (administrada por Bataouche) hizo una venta en 2006 de 812.000 euros a la empresa pantalla Medlevante SL, que ésta no declaró a la Agencia Tributaria como operaciones con terceros pero sí hizo Altea Costa Beach.

Y que la empresa de Bataouche sigue teniendo a su nombre las dos viviendas en la calle Currica-Mascarat de Altea. Unos detalles que hacen sospechar a los agentes. «La circunstancia de que doce años después de que se declararan las ventas por parte de Altea Costa Beach no se haya procedido a escriturar los inmuebles hace inferir que se trataría de una maniobra que tendría por finalidad velar la identidad del verdadero titular de los bienes», señala la Guardia Civil.

Protagonistas en el caso Brugal

Las grabaciones incorporadas al sumario del caso Brugal (la trama de sobornos en los contratos de basuras) ya incluye conversaciones telefónicas entre Eduardo Zaplana y su acólito José Joaquín Ripoll (que debieron escarmentar al exjefe del Consell para ser tan precavido al teléfono). En ellas, Zaplana y Ripoll hablan de las negociaciones con Bataouche para entrar en el accionariado de Tabarka Media, que ya recibió en 2001 un crédito ventajosos de la CAM para hacer frente a sus deudas tras una árdua mediación del expresidente de la Generalitat empresas y concesionarias para insuflar financiación.