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Atrapados en el laberinto catalán

La crisis en Cataluña, el posible rechazo a los presupuestos de Pedro Sánchez y la nueva amenaza de un adelanto de las generales monopolizan la agenda política en la Comunidad

En plena precampaña electoral y con la provincia de Alicante convertida en un escenario clave para esos comicios autonómicos y municipales del próximo mes de mayo, la agenda política de la Comunidad Valenciana vuelve a estar mediatizada por completo por el avispero de Cataluña. El inicio del juicio del «procés» a los políticos independentistas que ha desembocado, a su vez, en un casi seguro veto a los presupuestos generales del Estado de Pedro Sánchez para 2019 y por extensión la amenaza de un adelanto electoral marcan toda la escena autonómica. Hoy mismo se verá durante el pleno de las Cortes Valencianas -uno de los últimos de esta legislatura que está a punto de expirar- con el debate de una moción impulsada por los socialistas en la que se apela al «diálogo sosegado» dentro de la Constitución para buscar una posible salida al conflicto catalán, que afecta a la estabilidad del conjunto de España.

Esa receta basada en el diálogo combinado con la ley fue la que puso encima de la mesa el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, durante su ruta de ayer por Alicante, donde coincidió con la candidata del PP, Isabel Bonig. En su línea sobre este asunto siempre próxima a las tesis de Sánchez, Puig mostró su «respeto absoluto» a la justicia en el arranque del proceso contra los independentistas catalanes en el Tribunal Supremo. «Estoy convencido de que se tomará la decisión que corresponda de acuerdo con la ley», insistió. «Ahora bien, aparte de la justicia, hay unas cuestiones con raíces políticas que tiene resolver la política. La justicia no puede resolver una cuestión política, puede resolver las consecuencias de unas acciones determinadas que pueden estar fuera de la ley: ley y diálogo», zanjó el presidente.

El jefe del Consell se mostró cauto sobre la posibilidad de que, finalmente, hoy se produzca un veto a los presupuestos de Pedro Sánchez que desemboque en un adelanto electoral. La Comunidad Valenciana, alertó el máximo responsable de la Generalitat, perdería 1.000 millones en el caso de que las cuentas terminaran en la basura. Alicante, la provincia peor tratada en la previsión de inversiones para 2019, se quedaría sin la posibilidad de poder negociar una mejora en el trámite de enmiendas. Y, además, un avance de generales con la disolución de las cámaras obligaría a tramitar de nuevo la reforma del Estatuto de Autonomía, actualmente en el Senado, que reconoce el peso de la población como baremo para el reparto de las inversiones del Estado. Puig apuesta por una «hoja de ruta» propia para intentar evitar que el ruido territorial tape los grandes debates que tiene pendientes la Comunidad, un riesgo que parece ahora más que evidente.

Esa será la estrategia del jefe del Consell que, como otros barones socialistas, se muestra contrario al superdomingo de mayo para evitar que la campaña se convierta en un panorama que obligue a votar en clave estatal. Anoche, precisamente, surgió que el Gobierno, después de descartar el 14 de abril, baraja ahora la fecha del 28 de ese mismo mes aunque fuentes socialistas apuntaron que no se descarta, incluso, que Sánchez pueda seguir unos meses más a golpe de decreto. «No hay una salida automática. El presidente del Gobierno debe valorarla pensando en el interés general, que no es el interés de unos cuantos, por mucho que se manifiesten el domingo, porque ellos no representan al conjunto de la población sino a tres partidos», dijo Puig.

De ruta también en la provincia, en una evidencia más de la importancia electoral de la circunscripción alicantina, Isabel Bonig consideró la opción de un adelanto electoral como un «globo sonda». «Es un mensaje externo para los independentistas catalanes como diciendo 'como sigáis presionando mucho y no me apoyéis los Presupuestos mirar lo que viene' un vuelco hacia el centro-derecha», expuso. «Y en clave interna para aquellos barones socialistas díscolos que están cuestionando la política de diálogo», concluyó la líder regional del PP que ha convertido la crisis catalana en eje de argumentario electoral.

La jugada de Oltra para intentar captar voto más transversal

A nadie le ha pasado inadvertida la jugada de la vicepresidenta de la Generalitat y líder de Compromís, Mónica Oltra, de confrontar directamente con Carles Puigdemont en Twitter. Oltra diferenció entre la forma en la que han actuado los políticos independentistas presos para atacar al expresidente catalán. La maniobra no gustó a sectores minoritarios del Bloc, la fuerza más valencianista de la coalición, pero desvinculó a Oltra de parte de los ataques de la derecha. Una operación a la caza de una bolsa extra de votantes de corte más transversal.

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