Empieza la cuenta atrás. Cinco, cuatro... El piloto rojo se enciende. «Bona nit» en las cámaras del plató, amplio y moderno, de la tercera planta del Parlamento Europeo en Bruselas. Hasta aquí se ha desplazado un equipo de INFORMACIÓN y Levante-EMV y de sus respectivas televisiones para sentar alrededor de una mesa a los eurodiputados valencianos cuando está a punto de cerrar una legislatura intensa, que pasará a la historia por el brexit.

El ambiente que se respira sobre la euromoqueta es la primera sorpresa. El diálogo es posible, los cinco (Esteban González Pons, del PP; Inmaculada Rodríguez-Piñero, del PSPV; Jordi Sebastià, de Compromís; Carolina Punset, de Ciudadanos-ALDE, y Alba Quesada, la aspirante por EUPV a ocupar el puesto que ha desempeñado Marina Albiol los últimos cinco años) confrontan ideas y opiniones sin gritos ni descalificaciones. Este debate, está claro, no es La Sexta Noche. Admiten que mantienen comunicación habitual, se apoyan en asuntos concretos y llegan a actuar como un «sindicato valenciano en Bruselas», votando en sentido contrario al de sus grupos. Ha ocurrido con el acuerdo comercial con Sudáfrica, aunque el resultado final de la votación no haya sido el esperado.

La charla comienza por el Brexit, que es «la peor noticia que ha recibido la UE desde su fundación», en palabras de González Pons, y «un mal escenario incluso con el mejor acuerdo», según Rodríguez-Piñero.

La incertidumbre es, a día de hoy, el resultado del largo proceso de desconexión del Reino Unido. Los cinco políticos valencianos coinciden en que la opción con más posibilidades en este momento es un Brexit duro.

La discrepancia surge al abordar las causas, el proceso hasta el acuerdo con el Gobierno de Theresa May o los efectos sobre las personas. Han sido «unas negociaciones opacas y poco transparentes, dejando de lado los intereses de las personas», sostiene Quesada. Sebastià subraya que los ciudadanos están «espantados» por lo que pueda suceder en su vida cotidiana. Y Punset señala que solo hay garantías a corto plazo».

«No nos confundamos -replica Pons-, el brexit no tiene nada que ver con recortes; es una maniobra de la extrema derecha británica, expresión del hipernacionalismo británico», que lleva pensando en la salida de la UE desde los tiempos de Margaret Thatcher.

Rodríguez-Piñero coincide con el dirigente valenciano del PP en que no se puede hablar de negociaciones opacas: «Hemos tenido numerosos debates, con resoluciones muy apoyadas. Todo lo que se ha ido negociando está en la web». «Los derechos están protegidos. La incertidumbre procede del Reino Unido, que no sabe lo que quiere hacer», agrega.

«El mercado será diferente tras el Brexit. Para nuestros exportadores se avecinan problemas», apunta Sebastià, que admite que la Eurocámara «lo ha hecho bien».

Quesada insiste: «El foco se debería poner sobre la población».