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Claves de un acuerdo muy costoso

Las divisiones internas de EU y Podemos y el reparto de las candidaturas han dilatado un pacto que es clave para que el Botànic reedite un segundo mandato

Claves de un acuerdo muy costoso

El pacto entre Podemos y EU para ir en coalición a las elecciones municipales y autonómicas del 26 de mayo ha estado desde el principio repleto de escollos pese a la importancia de esta alianza en la política valenciana por su valor estratégico para sustentar al bloque de izquierdas que actualmente gobierna en la Comunidad y dificultar la llegada al gobierno de la derecha. La confluencia entre Podemos y EU es un balón de oxígeno para los partidos del Botànic, mientras que a la derecha le interesa que haga aguas porque evitaría que los votos que conserva la diezmada EU se puedan convertir en diputados o concejales. Un pacto clave, desde luego. Y costoso. Muy costoso. Las primeras negociaciones se iniciaron hace meses para intentar unir a dos formaciones con políticas de base en armonía, defensoras de las clases populares e impulsoras de un gran cambio. Pero entonces empezaron los codazos por las listas autonómicas. De ahí que el pacto en la Comunidad Valenciana haya paralizado los acuerdos municipales entre las dos formaciones, que están pendientes ahora de que cuaje la alianza autonómica.

En este caso, el problema para negociar los puestos para ir en la lista a las Cortes ha sido doble, ya que no solo ha habido que atender a la representación de las dos fuerzas protagonistas. Podemos y EU hablaron de repartirse porcentajes y puestos de salida en función de los votos que obtuvieron en los comicios de 2015, que dejaron a la coalición que entonces lideró Ignacio Blanco sin representación. También ha habido que contentar a las dos sensibilidades de EU en la Comunidad. Es decir, al sector de la actual líder autonómica, la garzonista Rosa Pérez Garijo, y a los de la escuela comunista de David Rodríguez y Rosa Albert, partidarios de mantener su propia marca y que defendieron ya en 2015 alejarse de una unión con Podemos para no perder la visibilidad de su partido.

Ambas formaciones han terminado aceptando un preacuerdo electoral -pendiente del refrendo final de los militantes- con un documento en el que queda establecido que Esquerra Unida asume el tercer puesto de la lista por Alicante, circunscripción en la que encabezaría el candidato a la Generalitat, Rubén Martínez Dalmau, de Podemos; la primera o segunda plaza en la circunscripción de Valencia, que sería para Rosa Pérez; y el cuarto en Castellón, el sillón de la discordia. Otro acuerdo interno de EU firmado el 30 de enero pasado y al que ha tenido acceso este diario establecía, de hecho, que el puesto de Castellón para la coalición sería el segundo y no el cuarto. Se trata precisamente de un nombre afín a Rosa Albert y por tanto de los críticos internos con la actual dirección, por lo que se ha desatado la crispación al incumplir la cúpula de EU, con Rosa Pérez encabezando esas negociaciones directamente con Podemos, el acuerdo previo al que se había llegado.

Así que el pacto con los morados ha sido una doble batalla en EU. Ahora mismo la alianza con Podemos está muy cerca. El verdadero desacuerdo, una vez conseguido el diálogo con los morados de Antonio Estañ, se ha dado dentro de EU, un escollo que ha dilatado las negociaciones una vez parecía que ese pacto con Podemos estaba más o menos en marcha. También se habían encallado las negociaciones por el posible escenario de la falta de representación de una de las dos formaciones en alguna de las circunscripciones. En este caso ha habido que acordar mecanismos correctores así como el puesto de senador de designación autonómica, que sería, llegado el caso, para EU.

Otro punto de la negociación se lo ha llevado la marca con la que ambas formaciones irán a las elecciones. Finalmente, no ha habido demasiado problema al ceder Podemos que EU tenga visibilidad en la papeleta. El acuerdo establece ir a los comicios bajo el nombre Unides Podem-Esquerra Unida, a lo que podría añadirse una marca paraguas detrás. Una sigla diferente a la del resto de España. El contexto de crisis interna dentro de Podemos también ha contribuido a ese retraso. Justo después de que Íñigo Errejón anunciara que había acordado ir con Manuela Carmena a las elecciones dentro de la plataforma Más Madrid en vez de con los de Pablo Iglesias, la dirección morada dio orden de paralizar los acuerdos. Pero en la Comunidad Valenciana no ha ido más allá del aviso y han continuado los contactos para llegar a una confluencia con los mayores acuerdos posibles con EU para que la otra clave del contexto político actual, el auge de los ultras, no sea el aliado recién llegado del PP y Ciudadanos para que puedan conformar un gobierno de derechas.

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