«Cómo hemos cambiado». Isabel Bonig utilizó ayer el título de la vieja canción de Presuntos Implicados para criticar al presidente de la Generalitat, Ximo Puig, por lo que considera «evidente» falta de respuesta ante la inacción del Gobierno socialista de Pedro Sánchez sobre financiación autonómica en comparación con la hiperactividad del Consell cuando Mariano Rajoy se hospedaba en el Palacio de la Moncloa. Puig insiste día sí, día no (ayer no faltó a la cita), en que la activitud reivindicativa del Ejecutivo no se ha movido un centímetro tras el cambio de Gobierno en Madrid, aunque precisa también que ahora les escuchan y les tienen en cuenta.

Más allá de si el tono es el mismo o más bajo, estos ocho meses de cambio dejan claras dos realidades: que Pedro Sánchez y su equipo lo van a tener crudo para hacer digerir en la Comunidad que la reforma de la financiación autonómica no se puede abordar en esta legislatura y que a Puig se le complica la gestión de esta cuestión porque, como suelen repetir los socios de Compromís citando a Ovidi Montllor, «ja no ens alimenten molles, volem el pa sencer». O sea, que no valen medias tintas ni inventos paliativos para acallar la reclamación de una financiación justa después de décadas de histórico maltrato.

Y el hecho de que la comisión bilateral permamente entre el Gobierno y la Generalitat (un hito histórico) no aborde la financiación (quedaría para una reunión posterior específica con la titular de Hacienda, María Jesús Montero) en su primera cita fue la noticia de la visita de la ministra Meritxell Batet al Palau de la Generalitat. Sánchez y su Gobierno ya saben que la Comunidad no acepta actitudes diletantes con el modelo de financiación. Y Puig también sabe ya en qué contexto se mueve, más complejo del que se le presentaba con Rajoy en la Moncloa. Ayer mismo, el líder del PSPV salía a precisar el alcance de la comisión bilateral. «Obviamente», dijo, se hablará de la financiación en ese encuentro (previsto para el día 21), aunque será el asunto estrella de la reunión una semana después con Montero. Los socios de Compromís y Podemos incidieron ayer, sin embargo, en la posición de fuerza sobre la nueva financiación autonómica para seguir con un discurso lo más firme posible frente a Madrid.

La más contundente ayer fue la síndica adjunta de Compromís en las Cortes, Mónica Àlvaro, que aseguró que se ha perdido una oportunidad histórica de reclamar la falta de financiación. Àlvaro aseguró que la coalición ha pedido explicaciones a los socialistas. «Lamentamos profundamente que se caiga del orden del día de la comisión bilateral y nos han asegurado que estará encima de la mesa cuando venga la ministra de Hacienda», dijo la diputada por Castellón. El portavoz de Podemos, Antonio Estañ, lamentó que la reforma de la financiación no sea el centro en la comisión bilateral y se mostró sorprendido. El síndic del PSPV, Manolo Mata, aseguró que sin una mayoría sólida en el Congreso no habrá reforma y añadió: «El esfuerzo inútil conduce a la melancolía».