Los socialistas alicantinos están decididos a continuar con su particular sainete. A menos ya de cuatro meses para las elecciones y apenas 72 horas después de anunciar la designación de Francesc Sanguino, director del Teatro Principal, como candidato a la Alcaldía de Alicante, la dirección federal del PSOE, que en su día anuló la votación para reservarse una elección «a dedo», ha vuelto a convocar otras primarias para elegir al aspirante socialista en la capital. Una decisión que sume al partido en el caos y que dilata la crisis de liderazgo de unas siglas que sufren cada vez mayor deterioro en la capital alicantina. Ahora los socialistas se aprestan a otra de esas batallas que tanto apasionan a la agrupación de la capital. Habrá lucha por la candidatura. Y no será fácil. Será muy dura.

El propio Francesc Sanguino, un independiente al que hasta ahora se situaba en la órbita de Podemos y EU, anunció a través de su perfil de Facebook que concurrirá a esa votación interna tras el compromiso que adquirió con el presidente de la Generalitat, Ximo Puig. Fuentes del PSPV garantizaron que su candidatura contará con el respaldo claro del grupo del exsenador Ángel Franco, que controla la ejecutiva local. Pero tendrá rivales. Eva Montesinos, la portavoz municipal socialista que había presentado un recurso contra la suspensión de las primeras primarias, garantizó que se presentará. «He recuperado la ilusión. La lucha ha valido la pena», apuntó la edil, muy crítica con las «formas» para elegir a Sanguino. El «sanchista» José Asensi también ratificó su voluntad de concurrir de nuevo a la cita. «El ganador estará más legitimado», subrayó el catedrático. Tanto Montesinos como Asensi ya se presentaron a esas primeras primarias, suspendidas en noviembre, y, por tanto, mantienen ahora aquella decisión.

La incertidumbre reinaba anoche en las filas del socialismo alicantina. Ni se conocía la resolución oficial, que Ferraz tomó a media tarde arrastrada por la crisis abierta en Madrid que ha obligado, igualmente, a celebrar primarias en la capital para dilucidar la candidatura entre tres aspirantes y con el trasfondo del malestar que había trascendido del influyente «lobby» sanchista alicantino. Ni se sabía ni tan siquiera el nuevo calendario de las primarias que, con toda seguridad, se alargará durante otro mes más de mensajes en clave interna. Es posible que se conozca a lo largo del día de hoy pero fuentes de Ferraz apuntaron que debería quedar finiquitado antes de mediados de marzo, cuando Pedro Sánchez tiene marcado un Consejo de Ministros en Alicante. Sí quedó claro que todo el procedimiento se debe reiniciar de nuevo para celebrar unas primarias en las que, por vez primera, podrán participar simpatizantes junto a los militantes y que, si ningún aspirante logra el 50% en la primera votación, se dilucidarán con una doble vuelta.

Pero de todo este proceso kafkiano y con tintes casi surrealistas, desde luego, ya se desprenden golpes de esos que hacen daño. La credibilidad del aparato del PSOE, controlado por José Luis Ábalos, con sus idas y venidas queda en entredicho. Ximo Puig se debilita. El propio presidente ya había hecho declaraciones en público el miércoles en Alicante alabando la candidatura de Sanguino que, aunque gane esas primarias, también sale tocado en tanto que ha ejercido como candidato durante tres días y ahora esa posibilidad está en el aire. A Sanguino ya lo había acompañado hasta la presidenta del PSPV, Juana Serna, a un acto. Y la agrupación local de la capital, controlada por Franco, se instala en el ridículo absoluto. A media tarde de ayer, llegaron a dar por ratificado a Sanguino por Ferraz hasta el punto que el secretario general, Miguel Millana, había convocado a su ejecutiva y un acto con militantes para esta misma tarde, como demuestra la convocatoria, para presentar oficialmente al director del Teatro Principal. De sainete. Pero de los malos, malos, malos.