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El «mirlo blanco» socialista ya tiene nombre: Francesc Sanguino será alcaldable en Alicante

Puig designa al director del Teatro Principal, elegido por Guanyar y mantenido por el PP, y miembro del Consell Valencià de Cultura a propuesta de Podemos como cabeza de lista en la capital alicantina

Ha costado más de tres meses de «culebrón» desde la decisión de anular las primarias pero, finalmente, los socialistas han encontrado, casi por descarte y tras sondear sin éxito un amplio ramillete de posibilidades, a su particular «mirlo blanco» como alcaldable en la ciudad de Alicante. Finalmente, el designado por el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, para esta misión será Francesc Sanguino, director del Teatro Principal -elegido en su día por Guanyar pero ratificado posteriormente por el PP cuando Luis Barcala llegó a la Alcaldía- y miembro del Consell Valencià de Cultura desde mediados del año pasado a propuesta del grupo de Podemos en las Cortes. La operación del PSPV para fichar a este independiente, al que todo el mundo ubicaba más en la órbita podemita e incluso de EU que como un simpatizante del puño y la rosa, cuenta ya con el visto bueno de Ferraz pero también del exsenador Ángel Franco, el hombre clave que continúa manejando los hilos del socialismo alicantino.

El nombre de Francesc Sanguino llegó a la mesa de Puig hace un par de semanas a través de terceras personas. Y su perfil, junto a otro par de aspirantes, figuraba dentro del «cásting» para la candidatura socialista a la Alcaldía de Alicante desde hace unos días, como este periódico adelantó en su edición del pasado 22 de enero. La sensación generalizada en la cúpula socialista es que ya se había llegado a un punto en el que era muy difícil valorar más alternativas y que, por tanto, dilatar el proceso y apurar los plazos sin contar con una cabeza visible tan cerca de las elecciones solo contribuía a deteriorar todavía más la imagen de los socialistas en Alicante. Con ese complicado panorama, el candidato Sanguino tendrá el reto por delante de intentar aguantar el tipo en los próximos comicios después del fallido gobierno municipal de izquierdas que se saldó con la dimisión de Gabriel Echávarri para un partido, además, que viene de los peores resultados de su historia en Alicante.

«Tiene ganas de asumir ese reto y es una persona con un perfil nítidamente progresista», sugirieron fuentes de la cúpula del PSPV para justificar un nombramiento que agradó al resto de los grupos de izquierda de Alicante. Consideran mucho más fácil, llegado el caso, repetir un acuerdo con la figura de Sanguino. Así las cosas, el proceso que debía culminar con un novedoso proceso de primarias abiertas para elegir al candidato se ha saldado con un «dedazo» a la vieja usanza. Ximo Puig escenificó el fichaje durante un acto a última hora de la tarde en el Consell Valencià de Cultura, órgano del que este autor teatral alicantino forma parte a propuesta de Podemos. Saludó a la consellera de Sanidad, Ana Barceló, que será la número uno provincial a las Cortes del PSPV; a Manuel Alcaraz, conseller de Transparencia y uno de los hombres fuertes de Compromís en Alicante; y, por supuesto, al propio Ximo Puig, que había acelerado durante las últimas horas la operación para concretar la incorporación de Sanguino como número uno alicantino.

El pasado domingo, de hecho, mientras Pedro Sánchez llenaba un pabellón de València para presentar a los candidatos municipales de toda la Comunidad Valenciana sin desvelar la candidatura de Alicante, el jefe del Consell comunicó tanto al presidente del Gobierno como a José Luis Ábalos, ministro de Fomento y secretario de Organización del PSOE, el «fichaje» del autor teatral alicantino como independiente. Esa era una de las condiciones que tenía la cúpula socialista para rastrear un candidato: una persona con un perfil reconocible para la ciudadanía, ligado claramente a Alicante y que hubiera estado al margen de las eternas turbulencias en las que vive sumida la convulsa agrupación de la capital.

Con esta decisión, al menos de cara a la galería, los socialistas ponen paños calientes sobre la grave crisis de liderazgo que les mantenía descabezados a menos de cuatro meses de las elecciones pero, sin embargo, no resuelven los problemas del partido. La ratificación «a dedo» de Sanguino tiene el aval, aunque sea por imperativo legal, del «sanchismo» alicantino de José Asensi y también cuenta con el placet del exsenador Ángel Franco, que sigue al mando del partido. Una de las incógnitas que se abre ahora, precisamente, es la composición de la candidatura municipal: si el aspirante tendrá margen o el «franquismo» se hará con la mayoría para controlar el futuro grupo. Pero esa ya será otra batalla.

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